“Argentina tiene que hacer un cambio estructural de las finanzas públicas y apostar a una sociedad de innovación”- RED/ACCIÓN

“Argentina tiene que hacer un cambio estructural de las finanzas públicas y apostar a una sociedad de innovación”

 Una iniciativa de Dircoms + RED/ACCION
“Argentina tiene que hacer un cambio estructural de las finanzas públicas y apostar a una sociedad de innovación”

Es uno de los economistas “Rock Star” del momento. The New York Times lo describe como uno de los más importantes e influyentes del mundo. Su foco es el desarrollo económico y la lucha contra la desigualdad. Un gran conocedor de la Argentina -hace 30 años que la visita en forma regular-, su última visita coincidió con una nueva crisis, un tema que no deja de sorprenderlo.

– Parece que seguimos debatiendo si el mundo es redondo o plano mientras el resto del mundo desarrollado avanza.

– Este país ha tenido más crisis financieras desde su fundación que cualquier otro lugar del planeta. Considero que todos los expertos macroeconómicos argentinos son más hábiles que cualquier experto en macroeconomía en el mundo porque la gente aquí lidia todos los días con crisis financieras, monedas duales, tipos de cambio, saben todo. Pero esta es una gran debilidad. Este país tambalea yendo de una crisis financiera a otra. He venido regularmente a la Argentina durante tres décadas y ha sido una crisis constante.

–¿Cual es la receta para no seguir repitiendo los mismos errores?

–Propongo un cambio estructural profundo de las finanzas públicas y el sector financiero para que este país no siga viviendo de créditos a corto plazo. Eso es muy debilitante. Tampoco se puede seguir gastando más de lo que se recauda con el sistema tributario. Uno de los problemas de ustedes es que no hay consenso sobre cómo se deben distribuir los recursos, cuál debe ser el presupuesto, cómo gastarlo y cómo financiarlo. Y se quedan con una esperanza de que mañana alguien comprará nuevas deudas para poder pagar las anteriores. Creo que este es un problema. Lo primero es generar un consenso social para avanzar con las reformas.

Otro problema claro es que toda la región, por ser tan rica en recursos naturales, ha vivido durante dos siglos dependiendo de los precios de las materias primas. Y los beneficios los han disfrutado, en su mayoría, una cierta parte de la sociedad. Eso parece haber desviado el foco del desarrollo de nuevos sectores y nuevas tecnologías.

–Se repite la historia …

–Cada vez que visito América Latina hablamos de política. Y cuando visito Asia, hablamos de tecnología. Y este es un contraste sorprendente para mí. Vengo hace casi 30 años y eso nunca cambia. Creo que este país, que tiene tanto talento, debería estar conversando de otras cosas. Este país gasta alrededor del 0,6% del PBI en investigación y desarrollo. Pero un país como Argentina debería gastar, al menos, un 1% del PBI. Y eso significa poner énfasis en la ciencia; construir una base de investigación universitaria, construir las vínculos entre las universidades y el sector empresarial; porque son las nuevas tecnologías –no solo los productos tradicionales de la minería y la agricultura-, en donde la Argentina tiene que invertira.

–Acá se habla mucho de porqué Argentina no fue Australia, ¿hay allí una enseñanza para los argentinos?

–Australia es la contraparte más natural en el mundo para ustedes, donde los niveles de ingresos alguna vez fueron comparados con Argentina. Pero ahora Australia está muy adelante. Australia diversificó su economía y entró en un desarrollo tecnológico mucho más amplio hace aproximadamente 30 años. Y despegó. Vivía en el barrio de Corea, Japón, Taiwán, Singapur, China, y todo era tecnología. Mientras que aquí el vecindario sigue siendo, en su mayoría, una economía basada en la agricultura y la minería.

–¿Cual es su receta, entonces?

–Ustedes tienen tanta energía eólica en la Patagonia, tanta energía solar en el norte, tanto potencial hidroeléctrico a lo largo de los Andes, que uno podría construir una red increíblemente sofisticada de energías renovables que inyectaría mucho dinamismo en la economía del país.

–Hablemos ahora de lo que está pasando en la economía mundial. Todo indica que el mundo está “extraordinariamente” mejor que hace 50 años, pero hay un malestar que se generó en la crisis del 2008 y que no se disipa, ¿cual es su lectura?

– Nos enfrentamos a muchas tensiones y crisis: la desigualdad, el cambio climático, el desempleo.Y para resolverlas hacen falta soluciones integrales. Y en un aspecto muy importante, en realidad estamos mucho peor hoy de lo que estábamos hace 50 años. Y es que estamos mucho más cerca de la destrucción ambiental del planeta por el calentamiento global.

–Pero hay mucho menos pobreza, la gente tiene mejor acceso a la salud y la tecnología ha mejora la vida de millones de personas …

–Las cosas han mejorado mucho, es cierto. Pero hay una desigualdad social y política de pobreza generalizada. Y aún peor, antes la mayoría del mundo era pobre. Ahora hay pobreza en medio de la abundancia. Ahora somos ricos, pero todavía hay mil millones de personas que son desesperadamente pobres en el mundo. Y este es un crimen moral aún mayor de lo que era cuando todos eran pobres. El ímpetu moral para que podamos acabar con la pobreza es mucho más fuerte ahora porque la gente está sufriendo y muriendo en medio de la abundancia..

–¿Es eso lo que está detrás de las frustraciones que han resultado en la llegada de Trump al poder, el Brexit, la irrupción del nacionalismo en Europa, o incluso ahora en Brasil?

–Creo que el nacionalismo está sirviendo a los intereses de élites estrechas, no a públicos amplios. Entonces, cuando miro el nacionalismo de Donald Trump, está dirigido principalmente a los ricos y poderosos en los Estados Unidos, incluida la familia Trump.

–¿Entonces, la única opción es el multilateralismo?

–El multilateralismo se basa en la idea del imperio de la ley, la igualdad de los Estados y sobre ciertos principios básicos, como el universal de los derechos humanos. Creo que el multilateralismo es una idea adecuada para las necesidades del mundo actual. Los principales oponentes del multilateralismo y la globalización son personas poderosas que piensan que un estado de derecho les impide robarnos más.

–¿Y cuál es la responsabilidad de las élites liberales en eso?

–Una economía de mercado en sí misma no resolverá el problema de los que se sienten perjudicados por la globalización. Y es por eso que necesitamos una economía de mercado que, además, aborde la exclusión social. Y tal sistema existe. Se llama socialdemocracia y funciona. Se practica en Alemania, Dinamarca, Noruega, Suecia. Ese sistema dice que tenemos un sistema de mercado. Sin embargo, no se dejará a la gente sin acceso a una atención médica decente, a la educación, o a la capacitación laboral; si necesitas tiempo de vacaciones para irte con tu familia, a un permiso por enfermedad para tener dignidad en el trabajo, te lo garantizan. Eres parte de esta sociedad.

En Estados Unidos es bastante diferente. Si eres pobre, olvídalo. Porque nuestras élites en los Estados Unidos no se preocupan por los pobres. Hemos desarrollado una sociedad terriblemente dividida, con mucha gente pobre y algunas personas súper ricas.

–¿Optimista o pesimista para lo que viene?

–Depende de la hora del día en la que me preguntes. Normalmente me levanto bastante optimista por la mañana. Luego leo los tweets de Donald Trump, pongo mi cabeza en mis manos y pienso en cómo podemos tener un presidente tan idiota. Paso el resto del día lidiando con esa idea. No sé si soy optimista o pesimista, pero solo hay un camino a seguir y tenemos que luchar por ello.

Perfil

Jeffrey Sachs (54) es considerado uno de los principales expertos mundiales en desarrollo económico, macroeconomía global y lucha contra la pobreza.

El economista de Harvard es Director del Centro para el Desarrollo Sostenible de la Universidad de Columbia. Ha sido nombrado dos veces entre los 100 líderes mundiales más influyentes por la revista Time. En América Latina adquirió resonancia durante la década de los 80 cuando ayudó a varios países, incluidos Bolivia, Brasil y Perú, a combatir la hiperinflación y renegociar sus deudas.

Esta entrevista se publicó en la edición de octubre de 2018 de MONO, la publicación impresa mensual para miembros de RED/ACCIÓN. Si querés recibir MONO todos los meses en tu casa podés activar tu membresía acá