Los bancos de alimentos crean ecosistemas de alimentación integrados- RED/ACCIÓN

Los bancos de alimentos crean ecosistemas de alimentación integrados

 Una iniciativa de Dircoms + RED/ACCION

No solo permiten reducir el hambre, la malnutrición y el desperdicio de alimentos en el país sino que también apelan a la creación de redes. Además, contribuyen a combatir el cambio climático.

Los bancos de alimentos crean ecosistemas de alimentación integrados

(Imagen: gentileza. REDBdA)

En momentos clave del mundo, cuando la alimentación nos permite reflexionar sobre el futuro de la humanidad, en la Red de Bancos de Alimentos (REDBdA) nos movilizamos junto a empresas y donantes para favorecer el proceso sustentable de creación de valor y que cada integrante pueda aportar a las necesidades de las comunidades locales. Entre 2003 y 2019 la REDBdA distribuyó más de 111.334.289 kilos de alimentos que se traducen en más de 334 millones de platos de comida. En 2019, más del 75% de los beneficiarios fueron niños, niñas y adolescentes menores de 18 años.

Somos 25 bancos de alimentos en 15 provincias de la Argentina con la activa participación de más de 10.000 voluntarios de todo el país, pilares fundamentales para que los alimentos rescatados lleguen en tiempo y forma a quienes más los necesitan, al realizar la clasificación en los depósitos, armar los pedidos para entregar a las entidades beneficiarias y otorgar servicios profesionales.

En 2020, en el contexto del COVID-19, el trabajo de la REDBdA brindó alimentos a 1,6 millones de personas gracias a las alianzas con 5.237 comedores, merenderos y entidades, alcanzando al doble de comedores que en 2019.

Los bancos de alimentos permiten reducir el hambre, la malnutrición y el desperdicio de alimentos en el país. Lo hacen rescatando alimentos aptos para el consumo, a fin de almacenarlos, clasificarlos y poder distribuirlos, de manera trazable y segura, entre entidades de ayuda comunitaria adheridas. Esto es además un aporte muy importante para combatir el cambio climático, evitando el uso innecesario de recursos, la degradación de la tierra y la generación de residuos. Así, le dan un valor social a aquellos alimentos que perdieron su valor comercial, evitando su desperdicio y posterior contaminación al ambiente y haciendo que lleguen a las personas que más lo necesitan. 

De este modo, educan acerca de la naturaleza del hambre y sus posibles soluciones como también sobre la importancia que tiene una sana nutrición para el crecimiento y desarrollo humano.

En un país donde se desperdician 16 millones de toneladas de alimentos por año (14.5 millones se pierden durante la siembra, cosecha, traslado y almacenamiento, mientras que 1.5 millones se pierden en la última parte que es servicios de comida y familias) trabajamos con el objetivo de cambiar esa realidad, entendiendo que no es una utopía y los bancos de alimentos junto a La REDBdA estamos convencidos de que, si generamos las herramientas, es posible.

Los bancos de alimentos son organizaciones abiertas dispuestas a recibir alimentos en caso de productores o empresas interesadas en donar productos de la cadena de producción; también nos beneficiamos del transporte que nos brindan para que nuestros alimentos lleguen en tiempo y forma a las entidades beneficiarias. El corazón de nuestra actividad se apoya en nuestros voluntarios, quienes día a día forman parte del proceso de clasificación de alimentos, armado de pedidos y de servicios en diferentes disciplinas.

En tiempos de pandemia, los bancos de alimentos y comedores se erigieron como instituciones comunitarias y sociales, apelando a la creatividad, el profesionalismo y la creación de redes. Por eso representamos un ecosistema de alimentación que se propone evolucionar cada día, trabajando en prácticas de sensibilización educativas y también en espacios que permitan incorporar instrumentos de políticas públicas para incentivar el aprovechamiento de los alimentos en sus diversas fases de producción.

Una mirada hacia la alimentación sostenible nos permite ir más allá de los alimentos como productos que satisfacen una necesidad, para entender el derecho a estar bien alimentados como una construcción humana multifactorial que nos motiva a ver de otro modo el ciclo de desarrollo de las sociedades y sus metas, en un mundo que propone un nuevo sistema de intercambio más duradero, más íntegro y de largo plazo.

*Santiago Ramos es presidente de la Red Argentina de Bancos de Alimentos.

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