Cómo evitar que los hospitales compren artículos tóxicos para el ambiente- RED/ACCIÓN

Cómo evitar que los hospitales compren artículos tóxicos para el ambiente

 Una iniciativa de Dircoms + RED/ACCION
Cómo evitar que los hospitales compren artículos tóxicos para el ambiente

Desde no comprar un producto con un envase innecesario hasta buscar alternativas a los productos que contienen mercurio u otras sustancias tóxicas, son decisiones que los directivos de los hospitales pueden tomar para disminuir las emisiones del sector de la salud. Una misión del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) vino al país para presentar un proyecto que busca fortalecer la sustentabilidad en el ámbito sanitario, reduciendo el daño a las personas y al ambiente, que puede causar la fabricación y el desecho de productos médicos.

Un hospital de gran tamaño puede producir hasta una tonelada de residuos por día, que si no se los maneja adecuadamente terminan generando contaminación y enfermedades. En muchos hospitales de países en desarrollo, todos estos residuos se mezclan y queman en incineradores de baja tecnología y alto grado de contaminación, o bien a cielo abierto sin ningún tipo de control. Hoy en día se sabe que la incineración de residuos hospitalarios genera grandes cantidades de dioxinas, mercurio y otras sustancias contaminantes.

Frente a este contexto, autoridades y referentes del sector de la salud se reunieron con una misión del centro regional del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) de Turquía, conformada por especialistas en compras sustentables. Allí, se presentó el proyecto Compras sostenibles en salud (SHIPP, por sus siglas en inglés), una iniciativa desarrollada por PNUD, en colaboración con la organización Salud sin Daño y financiada por la Agencia Sueca de Desarrollo Internacional. El objetivo central del proyecto es reducir el daño a las personas y al ambiente causado por la fabricación, el uso y la eliminación de productos utilizados en los centros de atención de la salud y en programas sanitarios. El programa comenzó a implementarse en enero de 2018.

En general, los productos que priorizan no dañar el medio ambiente:

  • Son menos tóxicos
  • Son mínimamente contaminantes
  • Hacen un uso más eficiente de la energía
  • Son más seguros y saludables para los pacientes y el personal
  • Poseen materiales reciclados
  • Contienen menos packaging innecesario
  • No contienen fragancias.

“El cambio climático tiene efectos devastadores en el planeta y nuestra preocupación tiene que ver con que el sector de la salud todavía no está preparado para hacer frente a las catástrofes producto de este fenómeno", enfatiza Rosemary Kumwenda, líder del equipo del PNUD para el equipo regional de VIH, salud y desarrollo en Europa y la CEI. "Hay que trabajar para contar con sistemas de salud resilientes y sustentables. Es importante plantearse: ¿Qué aspectos de los hospitales pueden estar perjudicando a las personas? Hoy sabemos que un mal manejo de sus residuos contribuye a la contaminación atmosférica".

Los especialistas del PNUD, señalan que observan un aumento de la mortalidad debido a la mala calidad del aire. "La contaminación ha superado el impacto que tiene el VIH, la Tuberculosis y la Malaria, juntas", aclara Kumwenda. Se calcula que alrededor del 23% de todas las muertes en el mundo y el 36% de las muertes entre niños de 0 a 14 años de edad pueden atribuirse a los tóxicos ambientales.

Para Kumwenda, es necesario generar una red amplia, de diversos sectores, para generar estrategias, que busquen disminuir los efectos del sector de la salud en el ambiente. También es importante generar una base desde el ámbito político y legislativo.

Antonella Risso (Salud Sin Daño) y Rosemary Kumwenda(PNUD)
Foto: Virginia Garcia/PNUD Argentina

“Si los efluentes que provienen de la producción de antibióticos no se manejan adecuadamente, los mismos terminan en los ríos y en los suelos. De allí, los seres humanos obtenemos alimentos y los antibióticos pueden estar en los peces o plantas que consumimos. Este ciclo va creando resistencia a los antibióticos. Por otro lado, sabemos que si no gestionamos los residuos sanitarios que salen del hospital y se incineran, terminamos emitiendo en la atmósfera contaminación orgánica, de manera no intencionada. Respirar este aire puede causar daños al cuerpo humano”, explica Kumwenda.

En 2012, a través de una serie de eventos alrededor del mundo, se lanzó la Red Global de Hospitales Verdes y Saludables, una iniciativa de Salud sin Daño que reúne a hospitales, centros de atención de la salud, sistemas de salud y organizaciones profesionales y académicas vinculadas con el sector que buscan reducir su huella ecológica y promover la salud ambiental pública.

“Hay hospitales en Argentina que conforman esta red. En 2007, el Hospital Fernández fue el primero del país en sustituir el mercurio de los termómetros. Si bien hay un grupo que tiene el compromiso de implementar medidas para contar con un sistema de salud con una mirada integral en torno a la sustentabilidad, no son la mayoría. Hoy, estamos demostrando que se puede proporcionar atención médica de alta calidad y al mismo tiempo reducir el impacto”, explica Antonella Risso, referente de Salud Sin Daño.