El después de las pandemias en la historia: salir adelante para mejorar- RED/ACCIÓN

El después de las pandemias en la historia: salir adelante para mejorar

 Una iniciativa de Dircoms + RED/ACCION

Pareciera que de a ratos el mundo está generando un gran acuerdo y que, como en otras pandemias, éste va a iluminar el avance tecnológico, la comunicación, la cultura solidaria y el deseo de abrazarse entre los pueblos.

El después de las pandemias en la historia: salir adelante para mejorar

¡Hola! Los que pasamos por la universidad en los años ‘80 y estudiamos algo relacionado con la biología y la virología fuimos formados en la idea de esperar una pandemia. Pero de ninguna manera sabíamos qué significaba vivirla.


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El desafío de las pandemias. Los que pasamos por la universidad en los años ‘80 y estudiamos algo relacionado con la biología y la virología fuimos formados en la idea de esperar una pandemia: a cada generación, o cada dos generaciones, nos decían en clase, le corresponde una. Parece increíble, pero es así, aunque de ninguna manera sabíamos qué significaba vivir en pandemia. 

Pandemias hubo varias. Empecemos por la de Grecia, la plaga de Atenas en el siglo V a.C., posiblemente de tifus, una bacteria ligada al agua. Más adelante, en el año 542, apareció la epidemia de primavera, de peste bubónica, ligada a una bacteria que llevan las ratas. Luego, hacia mediados del siglo XIV vino la famosísima peste negra en la que uno de cada tres europeos perdió la vida. De nuevo, fue peste bubónica. Desde 1492 y por varios años, llegaron a América, desde Europa, la sífilis, la viruela, la gripe, el sarampión y el tifus.

Y más acá, la recordada gripe española generó en 1918 unas 50 millones de muertes, y fue lo más parecido a la pandemia del coronavirus por su enorme difusión. En esa época no había antibióticos ni casi nada de medicación moderna.

Sala de gripe española. Imagen: Wikipedia

Ante estas situaciones, los pueblos quedaron siempre impactados. El mundo hoy está a la altura de las circunstancias: se comparten medicinas y métodos, y hay una globalización de la solidaridad y de la ciencia.

En las postpandemias han surgido tremendos acuerdos y encuentros entre los países. Después de la peste negra vino el Renacimiento, un rebrote cultural. Y a la gripe española y a la Primera Guerra Mundial siguió un avance de las instituciones científicas públicas y privadas. Cuando aparece una pandemia, siempre hay un desafío. Si hay división y egoísmo, el resultado es una tragedia.

En cambio, los resurgimientos sociales fueron producto del encuentro. Pareciera que de a ratos el mundo está generando hoy un gran acuerdo y que, como en otras pandemias, éste va a iluminar el avance tecnológico, la comunicación, la cultura solidaria y el deseo de abrazarse entre los pueblos. Para que termine la pandemia falta entre un día y un año: lo que viene después puede ser muy bueno.

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La alegría de extrañar Glastonbury. Así se titula un envío de The Upside, la sección (y newsletter) sobre noticias constructivas del diario The Guardian. El periodista Chris Michael propone que el coronavirus nos ha ayudado a apreciar lo que tuvimos en vez de llorar por lo que hoy nos falta.

Él toma por caso el famoso festival de rock de Glastonbury, hoy cancelado, y dice que hacía años que no asistía, pero que lo miraba por televisión y eso le resultaba una forma de marcar el paso del tiempo. “Una pérdida intangible”, escribe, “ha sido la capacidad de sacudir nuestras vidas con viajes, bodas o salidas nocturnas, para proporcionar forma y contraste. Sin contraste, no hay historia. Y sin historia, la vida puede parecer sin sentido”.

“Sin embargo”, continúa, “como siempre, hay una ventaja: no solo la oportunidad de un año de silencio (ciertamente no programado) para que Glastonbury permita que el pasto sane y los locales y organizadores se tomen un descanso. Sino también la oportunidad de pausar y recordar algunos de los mejores momentos del festival: apreciar lo que tenemos, no sólo lo que no ha sucedido”.

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Foto: CONICET

Test del CONICET. El primer test serológico argentino para COVID-19, COVIDAR IgG, alcanzó una producción de 100 mil unidades. Se distribuyen en forma gratuita a hospitales y centros de salud públicos y privados de todo el país. Fue desarrollado por científicos del CONICET y de la Fundación Instituto Leloir (FIL), y permite determinar en plasma sanguíneo la presencia de anticuerpos específicos contra el nuevo coronavirus.

“Ha tenido un éxito rotundo en el sentido de que tiene una gran especificidad y sensibilidad”, dijo Andrea Gamarnik, investigadora del CONICET, directora del Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Buenos Aires (IIBBA, CONICET-Fundación Instituto Leloir) y jefa del Laboratorio de Virología Molecular de la FIL.

Mientras tanto, los investigadores también están desarrollando una base de datos centralizada para el análisis de los resultados serológicos que arrojan las decenas de miles de unidades de COVIDAR IgG, y que estará a disposición de las autoridades nacionales para ayudar a responder varias preguntas: ¿cómo es nuestra respuesta inmunológica al COVID-19? ¿cuáles son los niveles de anticuerpos, qué tipos aparecen y en qué momento? ¿cuánto duran? ¿cuál es el desempeño de la diversidad de terapias con plasma sanguíneo para pacientes con diferentes grados de severidad?

¡Avanzando!

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En pandemia, metegol humano. En Pergamino diseñaron este metegol humano con jugadores que evitan salirse de los cuadriláteros donde están asignados mientras afinan su puntería para rematar al arco. Son 12 rectángulos trazados con pintura blanca sobre el pasto sintético.

Las jugadas sufren ciertas limitaciones de movimiento: el jugador en cada cuadrilátero no puede desplazarse hacia los cuadriláteros de adelante o atrás, pero sí hacerlo a los que son contiguos. ¡Buena idea!

  • Si querés compartir más historias para oxigenarnos juntos, respondé a este mail… Te espero.

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SuperAyuda. A raíz de la pandemia, las escuelas rurales de Santiago del Estero llevan más de 50 días sin clases presenciales y la brecha educativa para niños y niñas que no tienen acceso a internet se torna cada vez más desigual. El aislamiento y la falta de acceso a servicios de salud complica la delicada situación de las familias rurales.

Por eso la Fundación San Genaro lanzó la campaña SuperAyuda. Quiere asegurar que niños y niñas santiagueños tengan un alimento altamente nutritivo y podés sumarte donando mensualmente una o más latas de SuperSopa, el alimento producido por la Universidad Nacional de Quilmes. Es una sopa concentrada compuesta por hortalizas, carne, arroz y arvejas. Pueden obtenerse 50 raciones de sopa a partir de una lata y está pensada para los comedores comunitarios.

Para apoyar la campaña, podés visitar las redes sociales de Fundación San Genaro e ingresar al link que aparece en el perfil.

Cuídate mucho, cuidalas mucho, cuidalos mucho.
Te mando un abrazo.

Juan.