El futuro de la Antártida está en juego- RED/ACCIÓN

El futuro de la Antártida está en juego

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El futuro de la conservación antártica está en juego. Veinticuatro países y la Unión Europea se reunirán esta semana en Hobart, Australia, con el objetivo de votar sobre una propuesta para extender la protección de los océanos alrededor del Polo Sur. Tras varios intentos fallidos, hay importantes intereses geopolíticos en juego.

El futuro de la Antártida está en juego

Foto: Reeve Jolliff

El futuro de la conservación antártica está en juego. Veinticuatro países y la Unión Europea se reunirán esta semana en Hobart, Australia, con el objetivo de votar sobre una propuesta para extender la protección de los océanos alrededor del Polo Sur. Tras varios intentos fallidos, hay importantes intereses geopolíticos en juego.

La Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA), una organización internacional que regula el uso de recursos en la Antártida acordó en el 2002 la creación de una red de áreas marinas protegidas (AMP), en línea con la recomendación de científicos, ambientalistas y la sociedad civil a nivel global de proteger el 30% del océano para el 2030.

“La Antártida es la última frontera donde aún no ha llegado la explotación de los recursos naturales a nivel industrial”, dijo Milko Schvartzman, especialista argentino en conservación marina. Argentina es una de las siete naciones que mantiene un reclamo territorial sobre la Península Antártica. También tiene la mayoría de las bases y personal localizado en la zona.

“Es uno de los pocos lugares en el mundo que no ha sido afectado por la actividad humana y por esta razón es esencial para la investigación científica”, agregó Schvartzman.

Sin embargo, hasta ahora el progreso ha sido lento. En el 2009, los estados miembros de la CCRVMA acordaron la primera área marina protegida, que cubre 94,000 kilómetros cuadrados al sur de las Islas Orcadas del Sur. Luego, en 2016, la Comisión llegó a los titulares cuando negoció con éxito el parque marino más grande del mundo, cubriendo 1,55 millones de kilómetros cuadrados en el Mar de Ross.

Estos logros generaron esperanzas de avances similares durante las consecuentes reuniones anuales, que buscan expandir las actuales AMPs y crear otras nuevas. Pero las discusiones se prolongaron. Los países se han opuesto a la extensión de las AMPs, afirmando su derecho de acceso a aguas ricas en kril y otros recursos como minerales y petróleo.

Foto: Reeve Jolliff
Foto: Reeve Jolliff

Las propuestas

Hay tres propuestas sobre la mesa en el marco de las conversaciones que se llevarán adelante este año. Cada una es distinta y con diferentes esperanzas de avance.

La propuesta más antigua es la de proteger tres grandes bloques de océano y fondo marino a lo largo de la Antártida Oriental, en una zona rica en corales de agua fría y en los campos de forrajeo de pingüinos. En las conversaciones de la CCRVMA esta fue una iniciativa que se ha discutido durante seis años consecutivos, pero sin lograr ningún progreso significativo.

Con los años, la propuesta se ha reducido. Inicialmente, se propusieron siete áreas que cubren 1.9 millones de kilómetros cuadrados de océano; esto se disminuyó a tres áreas que cubren 1 millón de kilómetros cuadrados. Protegerá ecosistemas y características únicas, incluidos los sitios donde se forma el agua del fondo antártico (esta es el agua más fría del océano, la cual posee una influencia considerable sobre cómo se mueven las corrientes).

La segunda propuesta (ahora en discusión  en el comité científico, constituyendo una etapa previa antes de su tratamiento en comisión), es crear un AMP de 1,8 millones de kilómetros cuadrados en el área del Mar de Weddell y adyacente a la Península Antártica. En el caso de crearse, sería la reserva natural más grande del mundo.

El AMP de Weddell fue presentado originalmente por la UE y desde entonces ha ganado el apoyo de varios países. Greenpeace lanzó una campaña con el objetivo de presionar a los gobiernos para que la aprobaran y obtuvo el apoyo de dos millones de personas. Se espera que la propuesta llegue a la comisión este año, donde se discutirá su aprobación.

“Esto crearía un refugio seguro para los pingüinos, las ballenas y el krill, salvaguardando su entorno”, dijo Louisa Casson, activista sénior de océanos en Greenpeace. “El mar de Weddell es uno de los lugares más prístinos del planeta. Tenemos la oportunidad de protegerlo antes de que se genere algún tipo de daño “.

Finalmente, Argentina y Chile han trabajado de forma conjunta en una propuesta para crear un AMP al oeste de la Península Antártica. Se encuentra en una etapa temprana y se presentará al comité científico en la reunión de este año. El área es particularmente vulnerable a los impactos del turismo, la actividad pesquera y el calentamiento global.

“Es el área de la Antártida y el mundo más afectado por el calentamiento global. Ha habido una disminución masiva en la cantidad de hielo. La Antártida es el centro de la pesca de krill”, dijo Rodolfo Werner, asesor principal de la Coalición Antártica y Océano Austral (ASOC), que ha asistido a las reuniones de la CCRVMA durante más de diez años.

¿Qué es lo que está en juego?

La falta de extensión de las AMPs en la Antártida podría generar graves consecuencias para sus ecosistemas, concuerdan los expertos, especialmente considerando que después del 2048 se espera que el protocolo ambiental actual y vigente que prohíbe la minería (el Tratado Antártico) sea revisado.

Los geólogos estiman que la Antártida posee al menos 36 mil millones de barriles de petróleo y gas natural, aunque las evaluaciones varían ampliamente. Una combinación de cambio climático y pesca a escala industrial ya está amenazando a la población de kril en las aguas antárticas. La población de pingüinos podría disminuir en casi un tercio hacia fines de siglo debido a los cambios en el kril, cuyo tamaño podría reducirse hasta en un 40 por ciento.

Las poblaciones de krill ya han disminuido en un 80% desde la década de 1970, gracias a una expansión de la industria de pesca de kril, que se prevé que crezca en el orden del 12% anual en los próximos tres años.

Al mismo tiempo, se registró una tendencia alcista en el turismo en la Antártida desde el 2011, con 41,966 personas que llegaron durante el período 2017-2018, significando un crecimiento del 16 por ciento en comparación con el período anterior, según la Asociación Internacional de Operadores de Turismo en la Antártida (IAATO). Todo ello ejerciendo una enorme presión sobre la biodiversidad en la zona.

Resultados probables

Existen sentimientos encontrados entre los expertos consultados por chinadialogue. Algunos tienen la esperanza de que se aprueben las nuevas protecciones, mientras que otros son más escépticos.

Para Mike Walker, coordinador para Europa de ASOC, quien trabajó en la campaña del Mar de Ross, la reunión de este año “se encuentra en una mejor posición” que la del año pasado, gracias a los esfuerzos diplomáticos realizados durante su preparación.

En cambio, para Mariano Aguas, jefe del programa antártico de la ONG argentina Vida Silvestre, “no habrá mucho progreso” debido a las diferentes posiciones de los países.

“La CCRVMA arriesga su reputación si no realiza ningún avance durante este año”, dijo Andrea Kavanagh, directora de trabajo antártico de Pew y Océano Austral. “Prometieron tener una red de AMPs para preservar la biodiversidad en el área. Si no pueden hacer eso ponen en tela de juicio cuáles son sus prioridades “.

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Posiciones de los países

Bajo las reglas de la CCRVMA, los 25 miembros de la comisión -24 países y la Unión Europea- deben acordar la adopción de una propuesta. La necesidad de un consenso universal ha generado que el progreso sea especialmente desafiante, dados los diferentes intereses entre los países negociadores.

Se reduce a un debate entre los países principalmente occidentales que buscan establecer AMPs de protección absoluta (donde las industrias vinculadas a la pesca, minería, perforación y otras industrias extractivas estén prohibidas), y aquellos países que desean mantener los derechos de pesca y otras formas de extracción, como China y Rusia, según afirmó el Dr. Nengye Liu, profesor titular de la Universidad de Adelaide.

“El debate es entre la pesca y los estados de conservación. Ha habido un cambio entre los países desarrollados que están presionando para que no haya actividad en las AMPs. “Esto no ha sucedido todavía en China, que se ha convertido en el mayor productor de pesca marina del mundo en la última década”, dijo.

“China está avanzando hacia una pesca sostenible, lo cual significa que quieren seguir pescando en el futuro”, agregó el profesor.

China comenzó a pescar krill antártico en el 2009 y ha ampliado rápidamente sus actividades. Junto con Noruega y Corea del Sur, se encuentran entre las mayores naciones pesqueras de krill antártico, con Noruega a la cabeza en términos de capacidad de captura y procesamiento, y China en el número de embarcaciones.

En 2017, el decimotercer Plan Quinquenal de China, destinado a la tecnología de la industria pesquera, requería que el país aumentara su capacidad de pesca y procesamiento de kril. Pero un libro blanco sobre la actividad de China en la Antártida, publicado el mismo año por la Administración Estatal Oceánica, incluía la protección del medio ambiente como un principio clave.

“China no se opone a las AMPs, pero quieren tener más tiempo para poder pensar en ello”, dijo Jiliang Chen, investigador de Greenovation Hub y especialista en la política antártica de China.

“Hay un acuerdo general de que debe establecerse una red, pero los países pesqueros (como China) tienen más preocupaciones”.

Un estudio realizado por Greenpeace analizó los movimientos de los barcos de pesca de kril en la región y descubrió que operaban cada vez más “en las inmediaciones de las colonias de pingüinos y zonas de alimentación de ballenas”. También resaltó el gran número de incidentes de barcos de pesca involucrados en aterrizajes, derrames de petróleo y accidentes.

Reconociendo su rol, un grupo de compañías responsables del 85% de la pesca de kril en aguas antárticas anunció una “parada voluntaria y permanente” para sus operaciones en áreas claves, incluidas las “zonas de amortiguamiento” alrededor de los criaderos de pingüinos. La medida había presionado a los gobiernos para que actuaran más rápido en la AMP.

Los expertos concuerdan en que las reservas marinas antárticas ofrecen una oportunidad única para conservar y estudiar áreas naturales que en gran parte se encuentran intactas. Aunque el estado de la AMP hace poco para evitar los efectos del cambio climático, puede ayudar a garantizar que las otras actividades no exacerben los impactos.

Al mismo tiempo, los parques marinos antárticos forman parte de un esfuerzo internacional más amplio para proteger el 10% de los océanos del mundo en AMPs para 2020, un objetivo desafiante considerando que menos del 4% está protegido.

“Mirando hacia atrás, se ha avanzado mucho. Lleva mucho tiempo, pero así es como funciona “, dijo Kavanagh.

“Los países que sólo se preocupaban por la pesca ahora están asumiendo compromisos. Rusia ha hecho un gran trabajo en áreas protegidas en el Ártico. China está realmente preocupada por el cambio climático. Hay muchas razones para tener esperanza y ser positivo.”