El mágico mundo del ASMR + Boliches nuevos + S.O.S. vacaciones de invierno- RED/ACCIÓN

El mágico mundo del ASMR + Boliches nuevos + S.O.S. vacaciones de invierno

 Una iniciativa de Dircoms + RED/ACCION

En esta edición, todo sobre la nueva manía de YouTube. Además, restaurantes que se las traen, y algunas ideas para entretener a niños, niñas y adolescentes.

El mágico mundo del ASMR + Boliches nuevos + S.O.S. vacaciones de invierno

¡Hola, bon vivant! En esta ocasión, te invito a sumergirte en el bizarrísimo mundo del ASMR, la nueva manía de los centennials.

Además, deslizo bajo la mesa un par de restaurantes nuevos que, digámoslo de manera simple, garpan. Por último, me apiado de todos los que en estas vacaciones de invierno se ven en situación de entretener a sus hijxs o sobrinxs. Colaboro con la causa aportando un par de ideas.

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TODO EN ESTA VIDA TIENE UN NOMBRE: QUÉ ES ASMR

Cuando era chica, me daba una sensación placentera mirar a la secretaria del consultorio médico escribiendo en su PC (t-t-t-t-t-t-t), o a la cajera del supermercado (pip) pasando los productos por el escáner. No sé por qué. El sonido que hacían sellando o firmando papeles, manipulando objetos, generaba un hormigueo insólito en mi cuero cabelludo que bajaba por la nuca hasta las vértebras de la espalda. Qué cosa más absurda. Ahora que lo pienso, más de una vez propuse a mis amigas jugar a la cajera del supermercado, sólo para repetir la sensación (yo, claramente, era la que hacía las compras).

Décadas después, vengo a enterarme de que esa sensación es bastante común y se llama ASMR.

Empecemos por su definición más general.  El ASMR es la sigla para Autonomous Sensory Meridian Response (“Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma”), lo cual en sí no nos dice mucho pero refiere a una sensación agradable de hormigueo que empieza, tal como describí, en la cabeza, y que las personas pueden sentir ante los siguientes estímulos:

  • Escuchar una voz susurrando.
  • Observar a alguien que está haciendo una tarea de forma concentrada.
  • Masticar, sorber o morder alimentos o bebidas en voz alta.
  • Escuchar sonidos suaves y repetitivos, como la lluvia o alguien pasando las páginas de un libro.
  • Recibir atención personal.
  • Escuchar golpecitos en determinadas superficies u objetos.
  • Sentir movimientos de la mano en proximidad a la cara.

Antes de consensuar el término ASMR en 2007, varios foros y blogs propusieron nombres como “masaje cerebral”, “orgasmo cerebral” u “orgasmo mental inducido auditivo”. La naturaleza sexual de esta sensación es un punto de debate (hay neurólogos que insisten en que está relacionado a la excitación de este tipo y otros que disienten).

Virginia Woolf se refirió a esto en su novela La señora Dalloway, específicamente en la escena en que una enfermera habla a su paciente “profundamente, suavemente, como un órgano suave, pero con una voz áspera como la de un saltamontes, que raspaba deliciosamente su columna vertebral y la enviaba corriendo hacia las ondas sonoras de su cerebro”.

¿Quién necesita ir a un spa? En tiempos pandémicos (y de inflación del 50% interanual) el ASMR es una forma muy accesible y barata para relajarse. De hecho, se convirtió en una especie de melatonina virtual muy consumida por la generación Z. Vale la pena explorar la movida en YouTube. Por ejemplo, en este video una chica simula brindarte una atención personal, peinándote el pelo, dándote agua y cepillándote los dientes mientras te habla súper bajito. Es bizarrísimo, lo sé. Pero te apuesto a que se te erizan los pelos de la nuca.

La cantante Phoebe Bridgers se entregó a una sesión de masajes ASMR para YouTube.

Hay otra corriente ASMR que tiene que ver con los masajes. Acá, por ejemplo, se puede ver a la música Phoebe Bridgers siendo masajeada en clave ASMR. Quien la atiende habla bajito, golpetea los frascos de aceite, mueve las manos alrededor de su cara. Phoebe se relaja… y vos te relajás mirándola. Este meta-masaje tiene casi dos millones y medio de vistas en la plataforma. Y ya que hablamos de celebridades en relación a la movida AMSR, W Magazine tiene una serie de videos en los que diferentes famosos susurran y hacen todo tipo de ruiditos frente a dos micrófonos. Esto se llama grabación binaural y genera una acústica tridimensional, dando al oyente la sensación de estar cerca de la fuente del sonido.

También hay sonidos usados específicamente para irse a dormir. En este video por ejemplo, una persona hace las siguientes acciones: pasar las hojas de un libro, servir un vaso de agua, escribir en un teclado, escribir en un cuaderno, masajear las orejas de un maniquí, golpeando un jabón con mini micrófonos… la lista sigue. El furor por el ASMR también llegó a Spotify, adonde hay un sinfín de playlists súper especializadas.

Rosalía experimentó con el ASMR en uno de los videos de W Magazine (otro bastante divertido es el que hizo la rapera Cardi B).

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OLOR A NUEVO

  • Cochinchina era el nombre de una región de Vietnam que fue por muchos años fue ocupada por los franceses. Pero además, Cochinchina es un bar que abrieron la bartender Inés de los Santos y el chef Máximo López May, y que combina los dos universos de la época de la colonia: gastronomía vietnamita de la buena y savoir-faire franchute. La ambientación está buenísima. Hay que ir.
  • Vale la pena ir una noche a Chuí, en Villa Crespo. Consiste en un galpón gigante, súper amplio y abierto, adonde se sirven manjares en clave vegetariana o vegana. Hay jaulas de cristal donde cuelgan zanahorias cubiertas de moho y otro tipo de entretenimientos para curiosos. En Chuí, así como en cualquier restaurante cool palermitano, todo se sirve en platitos chiquitos. Hay platos chiquitos o muy chiquitos, pero nunca un plato de tamaño normal. La premisa es compartir, y si no te gusta compartir, sos mala onda. Último comentario: en este restaurant andá por los hongos shitake. La experiencia es igual de libidinosa que comerte un bife de chorizo jugoso, lo prometo.
La ambientación de Cochinchina es uno de sus mayores atractivos. Dirección: Armenia 1540, Palermo.
  • Julia, en la calle Loyola, es un bolichito con poquitas mesas que destaca por su calidez y simpatía. Acá, también, platos chiquitos. La cocina que se sirve es muy personal, de autor. No te equivocás con el paté con chips de topinambour y chutney de mandarina y los cavatellis. Para coronar, helado de curry, yogurt de coco, galleta 5 especias y miel infusionada con manzanilla.
  • Atis Bar es un bar cooperativo en San Telmo que llama la atención por la imponente belleza de su edificio. Te pido que mires su cuenta de Instagram: sentarse en ese patio en un mediodía soleado de invierno puede ser la gloria misma. Mis amigas fueron, y aunque dicen que el lugar es despampanante, la comida, al parecer, no tanto. Conclusión: hay que ir por el infalible combo de maní y cerveza y dejar al paladar fino en casa.
En San Telmo, la locación de Atis Bar tiene una mística indiscutible. Foto: @pickupthefork

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¿VACACIONES DE INVIERNO EN PANDEMIA? NO DESESPERÉIS

  • Me encuentro sumamente intrigada con la figura de Topa. De nombre Diego César Topa en el DNI, este bonaerense arrancó actuando en la ficción noventera Montaña Rusa para terminar conduciendo un sinfín de programas en el canal de Disney. En vacaciones de invierno, lanzó un show por streaming, Topa, El Viajero, que se puede ver hasta el 16 de agosto.

    Otra figura importante en la industria es Adriana Szusterman, o Adriana a secas, que pasó de maestra jardinera a animadora de fiestas infantiles y de ahí a celebridad de la música infantil. Un dato de color interesante es que Szusterman tiene prohibido cantar la canción de “El sapo Pepe” (lo cual es una pena porque es una pieza fundamental de cualquier repertorio). ¿La razón? Una demanda de su autora, una tal Candela. Ahora, Adriana lanzó Cajita de sorpresas, un espectáculo diseñado para enloquecer de felicidad a niños de hasta siete años.
El escritor Leopoldo Brizuela dijo: “lo escrito por María Elena Walsh configura la obra más importante de todos los tiempos en su género, comparable a Alicia en el País de las Maravillas o a Pinocho”.
  • Me generan suma admiración esos autores que crean obras “para niños” que terminan trascendiendo a ese público para ser clásicos universales. Una figura de ese panteón es sin dudas María Elena Walsh. En Nün Teatro Bar, Lo ves o no lo ves homenajea a esta mujer de otro planeta que nos dejó canciones y poemas para tres mil generaciones.
  • Dos propuestas relacionadas a la lectura: por un lado, en la Usina del Arte se creó la Libroteca, un espacio para que lxs niñxs se acerquen a la literatura. Hay talleres en distintos horarios y actividades que van desde la narración de cuentos a canciones con títeres. Bonus track: hay visitas periódicas de un personaje de Harry Potter (?). El MALBA, por otro lado, propone su Fiesta de la Lectura, que se hace este sábado de 14:00 a 19:30 y está pensada para un público más juvenil. Las actividades son gratuitas y los cursos requieren de inscripción previa.

Ho finito.

¿Te veo el próximo jueves?

Cuidate y divertite,

Delfi

Recibí CHILLAX.

Lo mejor de la comida, bebida y cultura de Buenos Aires, todos los jueves. Por Natalia Sarramone.

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