La conclusión de Davos 2019: la globalización capitalista de los últimos 70 años está muerta- RED/ACCIÓN

La conclusión de Davos 2019: la globalización capitalista de los últimos 70 años está muerta

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La conclusión de Davos 2019: la globalización capitalista de los últimos 70 años está muerta

Foto: Fabrice Coffrini / AFP

La irrupción de la crisis venezolana desplazó de las portadas lo que pasó en el Foro Económico Mundial en la ciudad suiza de Davos durante el fin de semana pasado. Ahí estuvieron presentes el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y el presidente del Banco Central, Guido Sandleris, con la misión de despejar dudas sobre el programa económico y el futuro político de la Argentina.

Qué pasó. El tema central de la reunión de este año fue la Globalización 4.0. Es decir, el crecimiento económico con inclusión social y la aparición de una nueva clase social: el precariado (formado por personas que tienen una vida precaria). Pero, los más de 3.000 poderosos hombres y mujeres de negocios, políticos y líderes de sociedad civil que participaron de la reunión llegaron a una rotunda conclusión: hay que hacer cambios dramáticos al mismo sistema que nos hizo ricos. En juego está la gobernabilidad.

Lo dijo en forma clara en su discurso de cierre Klaus Schwab, fundador del Foro Económico Mundial: “El mundo está experimentando una agitación económica y política que no cesará pronto. Las fuerzas de la Cuarta Revolución Industrial han introducido una nueva economía y una nueva forma de globalización, que exigen nuevas formas de gobierno para salvaguardar el bien público”.

La crisis de legitimidad. En los último dos años, la élite global que regularmente participa en el Foro ha buscado formas de defender la estructura de comercio y diplomacia que dominó el mundo desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Ahora todos parecen estar de acuerdo en que la globalización necesita una nueva estructura.

Schwab dice que hay que aceptar que una parte sustancial de la sociedad se ha visto atrapada por la insatisfacción y la amargura; y no sólo con respecto a la política y los políticos, sino también con relación a la globalización y todo el sistema económico que ésta sustenta. “En una época de inseguridad y frustración generalizadas, el populismo, se ha tornado una opción cada vez más atractiva, como una alternativa al status quo”.

El informe anual de Oxfam Internacional que coincidió con el inicio de Davos reveló que la desigualdad va en aumento. Las 26 personas más ricas del mundo concentran más del 50% de la riqueza mundial y el año pasado su fortuna aumentó en un 12%, el equivalente a US$ 2.500 millones diarios, mientras la de la mitad más pobre de la población mundial se redujo en un 11%.

El documento dice que la creciente brecha entre ricos y pobres está alimentando la indignación de los ciudadanos en todo el mundo y es una amenaza a la estabilidad social.

Un estudio publicado por la consultora MacKenzie sostiene que hay claros indicios de que la globalización se está desacelerando.

El desafío. Schwab dice que el desafío es encontrar un sistema que reemplace a la globalización capitalista que garantice la paz entre las grandes potencias, la cual se ha mantenido desde 1945, y que ofrezca mayores oportunidades para las millones de personas que quedaron marginadas en el actual sistema.

Pero varios economistas advierten que el nuevo orden podría permitir el retorno del autoritarismo. Y muchos dan por descontado que China, tarde o temprano, dominará el nuevo orden y será un contrapeso al modelo liberal de occidente.

Lo que se viene. Axios, el influyente medio digital de Estados Unidos, dice que los presentes en Davos coinciden en que ya se está llevando a cabo una transición hacia un orden político y económico global muy diferente, pero que es apenas visible. Y agregan que es muy  probable que la escala de lo que venga a continuación sea similar a las transformaciones sociales, políticas y económicas posteriores a la revolución industrial, la Gran Depresión global de los años treinta y la revolución neoliberal de Reagan-Thatcher de los años ochenta.

Schwab advirtió que se deben realizar cambios dramáticos en el sistema global, y no sólo pequeños retoques. Los ejecutivos parecieron estar de acuerdo.