La sustentabilidad no se toma vacaciones: seamos turistas responsables- RED/ACCIÓN

La sustentabilidad no se toma vacaciones: seamos turistas responsables

 Una iniciativa de Dircoms + RED/ACCION

Empieza el período de descanso en distintos puntos del país, una invitación a reflexionar sobre turismo responsable. Además, el junio más cálido registrado en la historia, renovables en Argentina y el Día Mundial del Chimpancé.

La sustentabilidad no se toma vacaciones: seamos turistas responsables

Ilustración: Pablo Domrose

Debo confesar que en los últimos años he viajado más por trabajo que por vacaciones, pero considero a ambos como motivadores de un viaje de placer que se disfruta por igual, que me saca de la rutina en Buenos Aires y que me desafía a continuar con mi estilo de vida en armonía con el planeta. Por ello, en el mes que inician las vacaciones en diferentes lugares del país, te invito a reflexionar sobre turismo responsable. 

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Ilustración: Pablo Domrose

1. La sustentabilidad no se toma vacaciones: por un turismo responsable  

Turismo sustentable, ecoturismo, turismo sostenible, turismo ecológico. Son varias las definiciones que históricamente se le ha intentado dar a la actividad turística al momento de vincularla con la sustentabilidad. Con sus diferencias puntuales y similitudes en demasía, hay una que creo contempla mejor el propósito de la cuestión: turismo responsable. 

¿Cuál es ese propósito? Promover un desarrollo de la actividad con un impacto positivo en los tres ejes que definen a la sustentabilidad: ambiental, social y económico. Un desafío que se plantea para todos los actores involucrados: gobiernos nacionales y locales, hoteles y otros establecimientos de hospedaje, emprendedores y proyectos, guías, turistas.

Analicemos más en detalle este involucramiento de triple impacto. Por un lado, tenemos a los actores con intereses en el sector turístico. Allí se han observado modificaciones en el estilo de vida más eficiente que buscan promover los distintos hospedajes. Desde cambios en la arquitectura y composición del lugar (instalación de paneles solares, electrodomésticos con etiqueta de alta eficiencia, compensación de la huella de carbono, artículos de baño biodegradables, huerta orgánica, entre otros) hasta cambios para promover en el día a día de los turistas durante su estadía (reutilizar la toalla de baño, usar eficientemente el agua, alquilar bicicleta para recorrer la ciudad, entre otros). 

Por otro lado, se encuentran los turistas o viajeros que, como tales, tienen (o tenemos) un enorme poder de impacto con cada decisión que tomen a lo largo de su viaje. Aquí es donde el triple impacto se puede observar con más claridad.

Desde lo ambiental, este nuevo paradigma del turismo busca que elijamos espacios en contacto con la naturaleza (desde lo más profundo del bosque hasta lo más visible de la ciudad) y que en todo el recorrido haya una responsabilidad, por ejemplo, respecto de cómo y dónde tiramos los residuos hasta la alimentación que llevamos.

Desde lo social, busca que interactuemos con las comunidades locales, su cultura y su patrimonio. Y desde lo económico, busca que apoyemos el desarrollo local a través de la compra de productos elaborados localmente. ¿Qué sentido tiene acaso comprar en la patagonia argentina un chocolate elaborado en Suiza, por ejemplo? No tanto como las emisiones contaminantes que ello implicaría. En los tres casos, el eje a considerar es uno: hacerlo con respeto, hacerlo con responsabilidad. 

Como toda actividad, el turismo tiene la oportunidad y el desafío de transformarse en pos de un mundo más limpio, más equitativo y más inclusivo. ¿Puede esto realmente hacer una diferencia para el planeta? Dejemos que las cifras den la respuesta. Según datos de la Organización Mundial del Turismo, el número de turistas alrededor del mundo subió de 25 millones en 1950 a casi 1.200 millones en 2015. Y conforme el Programa de Naciones Unidas para el Medioambiente (PNUD), el turismo genera el 5% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, contribuyentes al cambio climático.

De hecho, un estudio dado a conocer el año pasado en la revista científica Nature, evidenció que el turismo fue el responsable del 8% de dichas emisiones globales durante el período 2009-2013, cuatro veces más de lo previsto. ¿Los principales contribuyentes? El transporte, las compras y el consumo de alimentos.

La importancia del tema se ha incrementado a tal punto en los últimos años que Naciones Unidas declaró al 2017 como el Año Internacional del Turismo Sostenible con el objetivo de “reconocer a los emprendedores, las empresas, los individuos y las comunidades que hacen posible este tipo de turismo”. El lema de la campaña 2017 se mantiene vigente para la ocasión: “viaja, disfruta, respeta”. 

Hoy el debate se centra en cómo viajamos, es decir, qué medio de transporte utilizamos, con un ojo crítico respecto de las emisiones que genera cada vuelo. Recientemente el diario británico The Guardian entrevistó a distintos científicos climáticos para conocer qué medidas implementan para “salvar al planeta”. Dejar de viajar en avión o hacerlo con menos frecuencia fue la prioridad. Pero esto será tema para profundizar en alguna próxima newsletter. 

2. ¡El junio más cálido registrado en la historia!

Nuevo récord y no de los positivos. Esta información se dio a conocer la semana pasada mientras leías SUSTENTABLES. El servicio de Cambio Climático del programa Copernicus de la Unión Europea informó que el mes que concluyó recientemente fue el junio más cálido jamás registrado. Lo interesante (o preocupante) es que el récord no sólo se reconoció para el territorio europeo -donde la ola de calor se hizo evidente-, sino que también aplicó a todo el planeta. 

Conforme los datos, la temperatura promedio global de junio de 2019 se ubicó 0,1°C por encima del anterior récord del mismo mes de 2016. En el caso particular de Europa, la temperatura media fue de más de 2°C por encima de lo normal. Esto merece recordar una de las fórmulas sobre las cuales venimos conversando en la newsletter: si aumentan las emisiones de gases de efecto invernadero -producto de un sistema basado en la explotación de combustibles fósiles-, aumenta la temperatura media del planeta. 

Esto también merece hacer una aclaración, en virtud de algunos titulares erróneos. Lo que se dio a conocer no es que junio fue el mes, de entre todos los meses, más cálido desde que se tienen registros en 1880; sino que fue el junio más cálido en comparación con todos los junios registrados. El récord global histórico como el “mes más cálido registrado en la historia” lo sigue teniendo julio de 2016. ¿Romperemos este mes un nuevo límite? ¡Ojalá que no!

Europa fue el lugar protagónico. En Francia, el viernes 28 de junio la temperatura alcanzó una cifra histórica de 45,9°C. Ello abre un interrogante: ¿hay relación entre las olas de calor y el cambio climático, o son eventos aislados? Su respuesta implica dos consideraciones. Por un lado, existen eventos climáticos que han tenido lugar históricamente -como las olas de calor- y que pueden tener sus determinadas causas. En este caso, la ola de calor europea se debía a una masa de aire caliente procedente del Desierto del Sahara. Por otro lado, el cambio climático puede incidir en esos eventos haciendo que sean, por ejemplo, más frecuentes e intensos.

Así lo asegura un rápido reporte de un grupo de investigadores de la World Weather Attribution (WWA), en el que se describe cómo el cambio climático hizo más probable la ola de calor recientemente vivida en Europa, y hasta cinco veces más probable en el caso de Francia. No sólo porque incrementa su frecuencia de aparición, sino también las temperaturas durante esos ciclos y, por ende, la intensidad de sus efectos. El dato para reflexionar: no estamos hablando de proyecciones a futuro, sino de cómo estamos viviendo los efectos del cambio climático… hoy. El momento de actuar, desde todos los ámbitos, ante el principal problema de nuestro siglo es ahora. 

3. Energías renovables en Argentina: entre los avances y los desafíos

Al momento de escribir esta newsletter, el 4.59% de la energía producida en la Argentina provenía de fuentes renovables. Un dato que vos podés chequear minuto a minuto de forma online aquí. La cifra parece muy alejada de los objetivos de la Ley Nacional de Fomento a las Energías Renovables (27.191) que ya no llegó a la meta del 8% a 2017 y que espera ahora alcanzar el objetivo del 20% al 2025. La cifra parece aún muy alejada del verdadero potencial con el que cuenta el país: abunda el sol en el norte y el viento en el sur. 

Bajo el título “Programa RenovAr: ¿éxito o fracaso?”, un informe de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) analiza el desempeño de las tres primeras rondas del programa RenovAr, creado en 2016 para acompañar el desarrollo de energías renovables a través de licitaciones periódicas. 

¿A qué conclusiones llega el reporte? “Si bien el programa es exitoso al ubicar a las renovables en el plano energético argentino, éstas no han aumentado su participación en la matriz con la celeridad que requiere la Ley”. Los dos motivos detrás de ello, según FARN, son: por un lado, las condiciones macroeconómicas actuales que no favorecen el financiamiento de los proyectos y, por otro, faltan líneas de transmisión eléctrica para el transporte de este tipo de energía. Podés conocer el informe en detalle aquí

Si te interesan este tipo de análisis para dar respuesta a las problemáticas ambientales o si conocés a alguien afín, FARN tiene abierta la convocatoria para que estudiantes de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) puedan realizar sus prácticas profesionales en la clínica jurídica de la organización. El plazo para postularse concluye hoy. Para más información escribir a [email protected]  

4. Seguimos en julio, seguimos por un mes libre de plásticos

Fue el tema central de SUSTENTABLES la semana pasada y quizás una consigna que debiera acompañarnos todos los meses: rechazar los descartables y elegir alternativas reutilizables. Me entusiasma ver que cada vez más personas se sumen a la iniciativa contando sus experiencias en redes sociales con los hashtags #PlasticFreeJuly #JulioLibreDePlastico o #JulioSinPlastico. 

A partir de la convocatoria, Belén de esta comunidad (que separa los reciclables y hace compost, ¡bien!) me planteó una duda que yo también tuve cuando empecé esta cotidianeidad con menos plásticos: si rechazamos las bolsas descartables, ¿qué usamos para el tacho de basura? Desde mi propia experiencia, implementé dos alternativas. Por un lado, reutilizar envases o packaging que pueden reemplazar a la bolsa y cumplir la misma función. Paquetes de fideos, de papel higiénico, de pan lactal, sachets de leche, son algunos de los ejemplos entendiendo que los usamos sólo para lo que sería “basura” y no residuos reciclables (pues éstos no lo necesitan). 

Por otro lado, si se requieren bolsas, se pueden comprar alternativas biodegradables, que se descomponen más rápidamente a través de procesos biológicos. Tené en cuenta que si separás los reciclables y hacés compost, lo que queda de basura restante es cada vez menos y, por lo tanto, se requiere de menos bolsa/envoltorio/packaging. Un dato de color (o no tanto, je): aplico el mismo criterio para juntar la hez de mi perra.  

La semana pasada les comentaba del proyecto de ley de la diputada Brenda Lis Austin que busca regular y prohibir los plásticos de un sólo uso en el país, y la posibilidad de que cada uno de nosotros puede realizar sus comentarios, observaciones y/o críticas sobre el mismo de forma online. Conversé con su equipo y, para ese entonces, ya había más de 60 comentarios de ciudadanos. En virtud de la importancia de la temática decidieron extender el plazo de participación hasta este viernes 12 de julio, inclusive. ¿Te sumás? Podés hacerlo de forma sencilla y digital aquí

Foto: Gentileza The Jane Goodall Institute – Michael Neugebauer.

5. Una fecha para recordar y cuidar a nuestros “primos” más cercanos 

Foxie es una chimpancé. Cuando llegó al Santurio Northwest en el estado de Washington (Estados Unidos), manifestó un particular interés por los muñecos con pelo de color, los trolls. Los llevaba de un lado a otro, los agarraba con cuidado, con cariño. El motivo detrás de este comportamiento era escalofriante: Foxie había sido utilizada como criadora para la industria de investigación médica; sus cuatro crías le habían sido quitadas con apenas pocos días de vida.

La historia de Foxie es una entre miles de chimpancés alrededor del mundo. Es uno de los motivos por los cuales el año pasado -sí, recién en 2018- se celebró por primera vez el Día Mundial del Chimpancé. Y el próximo domingo 14 de julio llega la segunda realización de la fecha con el mismo propósito: celebrar a los chimpancés como especie, conservarlos y cuidarlos.

Tres de las cuatro subespecies de chimpancés que habitan en la Tierra se encuentran en peligro de extinción y una en peligro crítico. Sus principales amenazas: tráfico ilegal (para laboratorios, zoológicos o como mascotas), uso en la industria del entretenimiento, consumo de su carne, pérdida de su hábitat. 

Además de las actividades de conservación y protección de esta especie en su hábitat natural, los santuarios se convierten en el refugio necesario para aquellos que sufrieron el cautiverio. ¿Qué podemos hacer nosotros? Involucrarnos.

El Instituto Jane Goodall aconseja: no comprar maderas de origen tropical y optar por aquellas con certificación sostenible, denunciar el uso de animales salvajes en la industria del entretenimiento, evitar fomentar el mascotismo (no sacarse fotos con los chimpancés), denunciar el tráfico ilegal, y contribuir como donante o voluntario con organizaciones que trabajan en pos de la conservación.

El Instituto cuenta con una sede en Argentina con distintas actividades locales para participar. Historias como las de Foxie escribí el año pasado con motivo de la fecha en este artículo y con un objetivo: salvar a la especie más próxima al ser humano en el reino animal, salvar a nuestros “primos” más cercanos.  

Un último dato: ¿por qué se celebra en ese día? El 14 de julio de 1960 Jane Goodall se adentró por primera vez en la selva de Tanzania para estudiar el comportamiento de los chimpancés. Su investigación fue revolucionaria… lo continúa siendo hoy.  

6. En agenda: más mercados naturales y un concurso de emprendedores  

Quedarse en el propio lugar durante el período de vacaciones puede ser también una oportunidad para reconectarse con los mercados y con sus productores. Sabe la Tierra es uno de los proyectos que más he visto crecer en los últimos años, promoviendo un paradigma diferente de producción y consumo responsables. Bajo el concepto de mercado y con una oferta bien curada de productos naturales, orgánicos y sustentables, la iniciativa impulsada por Angie Ferrazzini busca fomentar el consumo consciente y responsable de manera directa entre productor local y consumidor. En julio llega a 13 barrios de ciudad y provincia de Buenos Aires. Recomiendo seguir su agenda aquí y consumir… a conciencia.  

Muchos de los productores hoy ya consolidados en el mercado Sabe la Tierra, comenzaron con una idea emprendedora. El próximo martes 16 de julio se celebrará el 4º Encuentro Nacional de Emprendedores Sustentables PROESUS. Allí se darán a conocer los emprendimientos vinculados a sustentabilidad que fueron destacados este año por el Programa Nacional de Emprendedores para el Desarrollo Sustentable (PROESUS), una iniciativa de la Secretaría de Ambiente que busca detectar, promover y fortalecer emprendimientos de alto impacto en desarrollo sustentable. Una buena oportunidad para conectar con 15 emprendimientos locales argentinos y con soluciones innovadoras a las problemáticas ambientales. Se llevará a cabo el 16.07 a las 14 en el Centro Cultural de la Ciencia (Godoy Cruz 2270, Palermo). La entrada es gratuita, con inscripción previa aquí

7. Ser sustentables: y turistas responsables

Si la sustentabilidad no se toma vacaciones, podría decir entonces que el consejo a seguir es uno: continuar allí donde estemos o vayamos con todos aquellos cambios de hábito que emprendiste en tu día a día. Pero a modo de check-list, aquí van algunos de mis tips favoritos:

Antes del viaje. 
* Averiguar (puede ser a través de Internet) sobre las características del lugar que visitarás: ¿tiene áreas protegidas en contacto con el verde o parques llamativos en medio de la ciudad? Sumá visitarlos en tu cronograma. 
* Preparar la valija considerando la rutina libre de plásticos. Llevar bolsa, botella y vaso reutilizables. 

Durante el viaje. 
* Respetar a la naturaleza, a las especies, a las comunidades locales y a su cultura. 
* Hacerse cargo de los propios residuos tirándolos en los cestos que correspondan. 
* Comprar souvenirs o alimentos a productores locales. 
* Visitar iniciativas locales y entrar en contacto con los ciudadanos. 

Después del viaje. 
* El documentalista de viajes Anthony Bourdain decía respecto del viajar: “Te llevas algo contigo. Con suerte, dejas algo bueno atrás”. Antes de volver a la “bella locura” de la rutina, tomarse un tiempo para reflexionar sobre el período de descanso y verlo como una oportunidad para continuar cambiando hábitos en pos de la sustentabilidad.

Todo está relacionado con todo. El cambio climático incide indirectamente en la pérdida de hábitat de los chimpancés, por eso es importante acelerar la transición hacia energías renovables. La expansión de la frontera agrícola afecta directamente sobre el hábitat de estos primates, por eso es fundamental promover un nuevo estilo de producción y consumo más responsable. Tomarnos una foto con un animal salvaje que está siendo utilizado como mascota no entretiene al animal, sólo al humano; y nos debe interpelar como turistas, tanto como el hecho de no dejar una huella negativa de plásticos descartables allí a donde vayamos. 

En un párrafo, los distintos temas sobre los cuales conversamos en esta edición de SUSTENTABLES. Pero la reflexión final se la dejo a ella, pura sabiduría, experiencia, inspiración y referente a seguir, Jane Goodall: “Nos hemos equivocado y aún nos seguimos equivocando con el planeta. Tengo 85 años y mi sueño es que haya una masa crítica de jóvenes que entiendan que, por supuesto necesitamos dinero para vivir, pero que está mal vivir para el dinero. Espero que no midan el éxito por la cantidad de dinero que tienen, sino por el estilo de vida que llevan. Fue Mahatma Gandhi quien dijo ‘la Tierra proporciona lo suficiente para satisfacer las necesidades de cada hombre, pero no para satisfacer su codicia´”. 

Un saludo y hasta el próximo miércoles!

Tais

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