Los colegios privados piden que las familias puedan pagar las cuotas que adeudan con Ahora 12 o Ahora 18- RED/ACCIÓN

Los colegios privados piden que las familias puedan pagar las cuotas que adeudan con Ahora 12 o Ahora 18

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Norberto Baloira es secretario ejecutivo de la Junta Coordinadora de Asociaciones de la Enseñanza Privada de la República Argentina (COORDIEP). En esta entrevista analiza la difícil situación financiera de colegios privados. colegios privados y explica por qué necesitan créditos a tasa cero para pagar alquileres y salarios. También cuenta cómo se trabaja en la adecuación de los colegios para volver a las aulas.

Los colegios privados piden que las familias puedan pagar las cuotas que adeudan con Ahora 12 o Ahora 18
Norberto Baloira, secretario ejecutivo de la Junta Coordinadora de Asociaciones de la Enseñanza Privada de la República Argentina (COORDIEP).


¿Cuál es la situación de los colegios de gestión privada de Argentina y qué discutieron la semana pasada en las paritarias nacionales?
—No se dieron aumentos salariales, pero tampoco hubo recortes que podían darse: se renovó el Fondo de Incentivo Docente (FONID) y el pago de materiales didácticos, incentivos que vencieron en junio pasado, y que ahora se mantienen hasta noviembre.


También se habló de la reapertura de las escuelas...
—Sí. Se especificó cómo se llegará a esa instancia, cómo adecuar los protocolos para asegurar medidas sanitarias para docentes y alumnos. Los colegios están preocupados. Sabemos que en algún momento habrá que volver a las aulas y ya están trabajando en ese sentido. Empezaron a pensar en la reubicación de sus alumnos y en los espacios en los que desarrollar aulas, a conectarse con las familias para saber cómo se compone y si hay personas de riesgo en ella. La vuelta al colegio será particular: no existirán los recreos tal como se conocen y las viandas deberían traerse de sus propias casas. Mientras que el horario podría ser de 6 horas diarias, dos veces por semana, para facilitarle el traslado a las familias. Un día se dedicaría para hacer limpieza y desinfección profunda de la escuela. Si bien aún no han estimado la inversión, pero todos saben que tendrán que hacerla. Hay que demarcar pisos y espacios, comprar más material didáctico (porque no se comparte), etc.. Hay colegios que lo pueden hacer, pero muchos están solo pudiendo pagar los salarios.

Ilustración: Pablo Domrose.


Hace pocos días, los jardines maternales privados se manifestaron en la Ciudad de Buenos Aires por su situación económica. ¿Cuántos son los colegios que ven comprometida su continuidad?
—Muchos jardines maternales están en serios problemas porque las familias dejaron de pagar. Unos 150 jardines maternales en todo el país ya han cerrado o están con riesgo de cerrar porque no pueden seguir pagando alquileres y sueldos. La ayuda de las ATP no les alcanzó o no les llegó. De hecho, la ayuda estatal no llega al 20% de las escuelas de gestión privada. De los 17.500 colegios privados que hay en el país, en marzo llegó a 3.800 y en abril a 4.000. Además, estamos pidiendo al ministerio de Educación créditos a tasa cero para pagar sueldos, alquileres y adecuar los colegios para el regreso a clases presenciales. Y que las familias morosas puedan pagar con Ahora 12 o Ahora 18 las cuotas que adeudan.


¿Qué pasó desde lo pedagógico en las escuelas privadas?
—A partir de la suspensión de la presencialidad cada colegio se las ingenio para llegar al alumnado de acuerdo a si estaba en el campo (a veces sin conectividad ni luz) o en el medio de la ciudad. Algunos usaron cuadernillos que les hacían llegar a las familias. Otros pudieron empezar a trabajar con sistema virtuales. Los docentes se adaptaron, en muchos casos poniendo sus materiales, desde sus casa, sin límites horarios. Las familias comprendieron la situación, siempre que pudieron siguieron pagando aranceles. Sobre todo cuando veían el esfuerzo de los docentes. Pero hay colegios con mora de hasta el 80% de las familias. Eso se explica porque se resintió el trabajo de los padres y en algunos casos la educación pasó a un segundo plano, primero hay que alimentar a la familia.


¿De qué hablamos cuando hablamos de educación privada en nuestro país?
—Es un concepto muy variado y va desde colegios en barrios populares, que trabajan con cuotas cero, a colegios de hasta 25.000 o 30.000 pesos o más de cuota mensual. El 50% de ellos cuenta con aportes del Estado que paga cada jurisdicción. El otro 50% se sostienen solo con la cuota que pagan los padres. Hay que tener en cuenta que los aportes son solo para pagar sueldos a docentes del plan oficial. Es decir, salvo en una o dos provincias, no cubren sueldos de personal de maestranza ni docentes extraprogramáticos. Por esto también se demoró la ATP, porque tenían que verificar qué recibía cada colegio, lo que varía entre 100% y 40% de los salarios. Hay que saber que entre 75% y 80% de los ingresos de los colegios van a salario docente. Por eso, cuando se propone la reducción de aranceles es preocupante porque también hay que pagar servicios, seguros, etc.


¿Qué impacto podría tener el cierre de colegios privados en el sistema educativo?
—Depende de la jurisdicción y el nivel del que hablemos. Pero si tomamos desde inicial a terciario, en CABA. 53% de la matrícula total es privada, en la provincia de Buenos Aires entre 35% y 40%, en Mendoza y San Juan 25% o 30%. Claro que nivel inicial es donde el Estado está más retrasado y donde más se desarrollan los privados. La provincia de Buenos Aires requiere muchísimo de asistencia privada en inicial y lo mismo las provincias del norte. Es equivocado pensar que la educación privada es elitista. La mayoría de las asociaciones religiosas sostienen colegios con cuotas muy accesibles y así les permiten a muchas familias tener acceso a un jardín para sus hijos, por ejemplo.


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