Microcréditos: cuando la economía también mira a los más postergados- RED/ACCIÓN

Microcréditos: cuando la economía también mira a los más postergados

 Una iniciativa de Dircoms + RED/ACCION

La población vulnerable, en la mira de los economistas y bancos; estudiantes solidarios y varias formas de ayudar.

Montañas de dinero sobre las cuales crecen plantas.

Intervención: Julieta de la Cal.

¡Hola! Es un buen momento para pensar en la economía de los más postergados, a quienes más difícil se les hace la situación que atraviesa el mundo. Porque ya quedó atrás la aparente distancia que hay entre ellos: los economistas piensan cada vez más en estos sectores vulnerables de la población.

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Montañas de dinero sobre las cuales crecen plantas.
Intervención: Julieta de la Cal.

Hay tres ejemplos en la historia que queremos destacar en esta edición. Empecemos por el más reciente: el premio Nobel de la Paz que vive, Muhammad Yunus. Un bengalí que hizo muchas cosas, entre ellas darle visibilidad a los microcréditos. Los microcréditos tienen esta mirada distinta del préstamo: dan la posibilidad de que también pueda prestar un banco a clientes que, en la vida habitual, el mercado no imaginaría.

Hubo varios modelos. El original tenía grupos de 5 o 6 mujeres y hacía especial foco en ellas, por su rol de liderazgo en el hogar. Las mujeres recibían créditos pequeños para comprar un telar, un horno para vasijas, herramientas para la huerta. Pero claro, en situaciones de pobreza extrema. El fenómeno de los microcréditos sigue creciendo, en general conducido y liderado por mujeres, y con una respuesta fabulosa y una morosidad bajísima. Con un compromiso admirable de quienes reciben el dinero, incluso con mejores índices a veces que los bancos tradicionales.

Otro personaje que hizo foco en la economía de sectores postergados fue San Cayetano, quien nació a fines del siglo XV. Hijo de una familia de gran capacidad económica, dedicó su vida a muchas cosas y se hizo sacerdote. Especialmente se dedicó a los más desposeídos en la Italia de su tiempo. El patrono del trabajo fue la primera persona que se sabe que fundó un banco “para pobres”.

Otra experiencia maravillosa es la del Banco del Sol, en Bolivia, que se origina por la década de 1980: era un esquema muy simple donde cinco mujeres recibían un crédito y las cinco, trabajaban en equipo, devolvían en equipo. Sorprendía porque siempre estaban a la cabeza en los índices de no morosidad en los bancos del mundo. Fue el primer antecedente de la era moderna, previo al esquema de Yunus.

Es maravilloso que quienes cuentan con capacidad económica y cultural, además de la asistencia, la ropa, la comida y la donación —que están muy bien— piensen en el desarrollo económico de los más postergados. Mientras tanto, hay un debate que debe darse: en la mayoría de los esquemas, aún, los porcentajes que se cobran como intereses en algunos lugares del mundo siguen siendo altos. Pero me quedo con la imagen de Yunus. Es insólito que un alguien gane el Premio Nobel de la Paz siendo un economista. ¿Por qué lo hizo? Porque miró y se comprometió con los más abandonados y les puso las herramientas al alcance. Y los más postergados devolvieron con creces esta confianza que los bancos les dieron.

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Fotos: Fundación Varkey / Intervención: Julieta de la Cal

Este martes 21 de septiembre es el Día del Estudiante. Y quisiera que conozcas a dos estudiantes argentinos: Maximiliano y Lisandro. Ellos fueron elegidos entre los 50 mejores del mundo según el Global Student Prize 2021. Un reconocimiento que tiene que ver con su desempeño académico y con su buena influencia en sus compañeros, pero no solo con eso: también se les reconoce que aplican sus saberes a mejorar la realidad de la sociedad que habitan.

Stella Bin cuenta sobre ellos en la última edición de su newsletter sobre Educación, REAPRENDER. De Maxi (17 años y miembro de la comunidad indígena Misión Wichí, en Salta), dice que en su comunidad “es conocido por ayudar a niños y adultos en diversas tareas que implican redacción o tecnología”. Mientras que Lisandro (17 años y estudiante de ORT, en la ciudad de Buenos Aires), desarrolló LectO: una aplicación gratuita que permite editar textos para facilitar la lectura y la escritura a personas con dislexia. “Mi sueño más grande es que mis conocimientos mejoren masivamente la vida de las personas”, dice.

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Los ejemplos de Maxi y Lisandro reflejan que no debemos subestimar el potencial de las y los adolescentes para transformar el mundo. Lo saben bien desde Ashoka (una organización que impulsa el trabajo de emprendedores que buscan un cambio social) y Clubes TED-Ed (una iniciativa educativa que busca que las ideas de los jóvenes y adolescentes sean escuchadas). 

Por eso, abrieron una convocatoria para jóvenes de entre 12 y 18 años que cuenten con ideas para mejorar la realidad de sus comunidades. “Transforma al Mundo con tus Ideas” es una experiencia intensiva de 10 días para adolescentes que vivan Argentina, Brasil y México.

Acá podés conocer más. Y compartirlo con los y las jóvenes que conozcas.

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Docentes y estudiantes en una zona rural de Chaco.
Foto: Voy con vos.

Hay oportunidades para jóvenes con ideas en América Latina. Y también hay oportunidades de ayudar a estudiantes de comunidades en situación de vulnerabilidad. Como por ejemplo en las zonas rurales de la provincia de Chaco.

Allí, la asociación civil Voy con vos lleva adelante dos programas para que los jóvenes de localidades rurales puedan sostener su escolaridad, tanto en las escuelas de la comunidad como en las secundarias de pueblos cercanos.

Actualmente desarrollan una campaña para recaudar fondos. Podés conocerla y ayudar acá.

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Hay muchas formas en las que podemos hacer algo por el bien de los demás. Tantas que hasta existe una que trasciende nuestros días de vida: este es el caso del “legado solidario”.

En Argentina, es posible dejar los bienes que uno dispone en un testamento a nombre de alguna entidad sin fines de lucro que se quiera apoyar (el porcentaje del patrimonio que puede donarse despenderá de si se tienen cónyuge y/o hijos/as). Y esto es lo que promueven en la 5° edición del Mes del Legado Solidario organizaciones como AMIA, Cáritas Argentina, Fundación Gottau, Fundación Sales, Obra Don Orione, Médicos Sin Fronteras y UNICEF. Su lema es: “Que tu solidaridad trascienda”.

“Aunque no voy a estar para ser testigo, sé que voy a darle posibilidades a los chicos y chicas en situación de vulnerabilidad y eso me llena de ilusión", dice María, quien hace más de un año decidió dejar en su testamento un legado solidario.

Para conocer más de cómo funciona el legado solidario podés entrar en este enlace.

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Una trabajadora de la salud escribe en su escritorio rodeada de adultos y niños de una comunidad rural de Santiago del Estero.
Foto: Fundación San Genaro.

En los últimos meses hemos sido testigos de las famosas “reaperturas”. Aunque todavía son necesarios recaudos, el avance de la vacunación ha permitido retomar muchas de las actividades prepandemia que tanto extrañábamos. Y, entre ellas, se encuentran las actividades ligadas a la solidaridad.

En este caso, las que realiza la Fundación San Genaro desde hace una década junto a instituciones sociales de base para mejorar la calidad de vida de mujeres, niños, niñas y adolescentes, mediante programas con foco en educación, salud y empoderamiento de la mujer. Antes de la pandemia, la fundación había comenzado un proyecto llamado “Médicos rurales itinerantes”, en el cual profesionales de la salud se trasladan para ofrecer atención primaria gratuita a niños, niñas y adolescentes en parajes aislados donde se dificulta el acceso a la salud.

En el 2020, por la irrupción del coronavirus, el proyecto se interrumpió. Pero este año se retomó: durante una semana, médicas pediatras y trabajadoras sociales recorrieron cinco escuelas rurales ubicadas en el Departamento de Quebrachos, en Santiago del Estero, para atender a 203 niños/as y 101 familias. En esta ocasión, el proyecto tuvo el apoyo de la Asociación de Profesionales Argentinos en el Reino Unido (APARU).

¡Por más “reaperturas solidarias”!

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Fotos: Ronaldo SCHEMIDT/AFP y Naciones Unidas. Intervención: Julieta De la Cal.

Antes de cerrar esta edición, te dejo una lectura recomendada, en caso de que aún no la hayas visto. La última semana, desde RED/ACCIÓN publicamos una nota de Florencia Tuchin en la que se explica cómo se logró bajar la desnutrición y aumentar el acceso al agua potable en comunidades indígenas de Salta.

Un trabajo que, tristemente, comenzó a raíz de las muertes de niños wichi que coparon los medios en febrero de 2020. Pero que dio grandes resultados: en el transcurso de 13 meses el acceso al agua subió del 11 % al 82 %.

De esta experiencia surgen dos lecciones valiosas que cuenta la nota. Una de ellas es que trabajar en conjunto da grandes resultados. En Salta, donde todavía hay problemas que resolver, trabajan organismos internacionales, organizaciones de la sociedad civil y el Estado.

La otra lección: la clave es estar cerca del prójimo, escuchar qué necesita y cómo es mejor brindar una mano. Ese es el camino. Y, con eso, me despido hasta el próximo lunes.

Cuidate mucho, cuidalas mucho, cuidalos mucho.
Un gran abrazo.

Juan