Oración, comentado por Cristina Banegas- RED/ACCIÓN

Oración, comentado por Cristina Banegas

 Una iniciativa de Dircoms + RED/ACCION

La actriz comenta un libro a través de las palabras de una amiga suya, a quien se lo regaló. María Moreno realiza en Oración un gran trabajo sobre Rodolfo Walsh.

Oración, comentado por Cristina Banegas

Oración
María Moreno
Random House

Uno (mi comentario)

Estos párrafos fueron leídos por mí como parte de los festejos de los 10 años del Oeste, Usina Cultural, que dirige Graciela Camino. Ella nos presentó a María y a mí hace unos 30 años.

Se trataba de un homenaje a María y, por supuesto, temíamos que no viniera, dada su famosa fobia a esta clase de eventos. Por suerte vino, con un texto propio que terminaba con una antigua escena de las tres llamada “otra vuelta de lo mismo”.

Yo no elegí los textos. Fue Graciela. Como soy una actriz, siempre hablo con las palabras de otros no pude renunciar a elegir esta selección, que me pareció excelente. Y aunque dudé en elegir otros fragmentos, decidí que la emoción con la que los enuncié definía que fueran esos textos.

(Mara La Madrid amiga y esposa de Juan Gelman vino a Buenos Aires dos veces en el año. Primero le regalé Black Out y luego Oración).

Email a María Moreno:

Amiga
Le regalé tu libro a Mara, en su paso por Buenos Aires.
Esto me escribe:
(Y te aclaro que ya le había regalado Black Out y ya lo leyó 2 veces)

Abrazote
Cris

Email de Mara La Madrid sobre Oración:

Queridísima, el libro de María Moreno es extraordinario, fuera de serie.

Una escritura sorprendente a muchas latitudes inimaginables, una inteligencia de lectura o una lectura más allá que me entusiasma y apabulla. Una lectura de textos, experiencias, películas, lo que sea que, a todo lo vuelve nuevo, un descubrimiento.

Un libro que tendré que leer no sé ni sabré cuántas veces.
Gracias por este regalo extraordinario.
Abrazo.
Mara

Me pareció un comentario insuperable.

Otra vez son las palabras de otras mujeres las que escribo.

Dos (la selección)

He visto la escena con sus ojos: la terraza sobre las casas bajas, el cielo amaneciendo, y el cerco. El cerco de 150 hombres, los FAP emplazados, el tanque.

Pero no la he visto, la he leído, recitado como una oración. Por ella, la muchacha.

Esa mujer no es “Esa mujer”, un botín, un monumento escondido, un símbolo o una coartada. Pero no puedo dejar de recordarla, de pensar en su último gesto. Matarse. Hacerlo frente a un ejército. Ganarle de mano para no entregarse viva. En su gloria.

Ese cuerpo no llegó vivo a las manos de sus enemigos. Si lo hubieran abierto, habrían leído en él que había dado a luz, que la sonrisa de las fotos había sido tocada en un consultorio odontológico.

Se mata o se deja matar, es decir que se suicida por mano de otro, o por un pacto entre compañeros, luego de una decisión ya acordada. Libertad fatal. No importa. Lo que importa son las palabras, a quién corresponden.: “USTEDES NO NOS MATAN, NOSOTROS ELEGIMOS MORIR”

Tres

LA CASA DE CORRO 105 es una casa fea en un barrio que hace siesta como en 1976. Hoy las ventanas están  casi clausuradas por rejas blancas de construcción barata. La impresión es de blindaje, de un secreto a persianas bajas. La miro y me detengo apenas en la esquina.  

Después el testimonio de Lucy (vecina)

“la casa está muy cambiada porque el ejército la hizo de nuevo –dice Lucy-. Ellos tiraron un paño que había en la entrada y agujerearon el zócalo, que era de mármol. .las puertas y las ventanas estaban llenas de agujeros y el frente quedó destrozado”

Cuatro

“Yo estaba durmiendo en la pieza de la terraza cuando escuché el tiroteo, dice Maricel Mainer

La casa tenía una puerta imperial, una de esas entradas tipo garaje con grandes rejas y daba a la esquina de Corro y Yerbal. Vos entrabas al garage y después estaba la puerta de un comedor, una pieza muy grande, la cocina, un patio.  Estaba durmiendo cuando escuché el tiroteo…

Cuando empezó el ataque, nos despertamos. Los milicos usaron tanquetas ,helicópteros, granadas. Y alli, frente a mi pieza, que daba a la terraza, apareció Victoria con Coronel, corriendo y disparando. Yo le dije “dame un arma para defenderme” y ella me contestó: “de ninguna manera” y los dos salieron para saltar a la terraza de al lado.

Cinco

WALSH:

“ TUVE UNA PESADILLA TORRENCIAL, EN LA QUE HABIA UNA COLUMNA DE FUEGO, PODEROSA PERO CONTENIDA EN SUS LIMITES QUE BROTABA DE ALGUNA PROFUNDIDAD”

“SU MUERTE SI, SU MUERTE FUE GLORIOSAMENTE SUYA, Y EN ESE ORGULLO ME AFIRMO Y SOY QUIEN RENACE DE ELLA”

Seis

y si dice renacer de ella, es porque esa muerte le ha dado una prórroga: de caer, ese cuerpo menudo de muchacha, hubiera sido un rehén para que, con los tormentos perpetuados sobre él, se buscara en el padre la defección o una derrota en carne de su carne, lo que –para ganar de mano al enemigo- lo hubiera precipitado a una muerte hermana.

Nadie quiere morir, sino interrumpir lo insoportable de una escena. Vicky no quiere morir, quiere no caer. No es un pensar, es un acto.

Cuál fue la última imagen contemplada por Vicki? Vio a los soldados bajar las armas? Y cómo hizo para que no la capturen viva sino disparando en ráfagas? Entonces siguió haciéndolo hasta volverse imperdonable, y así asegurarse la muerte? En todo caso, matarse fue no morir como asesina. Esa es la lección de Vicki en eso que se dice rapidamente “se mata o se deja matar” pero en lo que sea, no dudó.

Los disparos de bazooka fueron seguidos por un prolongado silencio, dice el diario. En un momento cesó el fuego”dice Lucy. “de pronto –dice el soldado ,hubo un silencio-“ escribe Rodolfo Walsh,. El silencio luego del sonido atronador de las bazookas no es un silencio pleno, a lo lejos suenan los disparos efectuados para rematar a los que atravesaron el cerco para dejar la casa. El silencio del alto del fuego del que habla el diario quiere decir, luego de la orden de rendición, que hay una etiqueta respetada por los hombres de Roualdes, antes de la salida a la terraza de los sobrevivientes, que serán metidos en un baúl y secuestrados contra un fondo de ventanas cerradas con precipitación, detrás de las que es guarda es otro silencio, el de los vecinos, a los que se les acaba de dar una lección ejemplar: quién es el más fuerte y lo que está dispuesto a hacer.

Siete

EL HA VISTO LA ESCENA CON SUS OJOS: la terraza sobre las casas bajas, el cielo amaneciendo, y el cerco, escribe. El hombre del dato y de la evidencia sabe que no amanece a la nueve de la mañana, hora del comienzo del ataque a la casa de la calle Corro. Pero no se equivoca: adelanta la hora. A las siete de la mañana Vicky está viva, y la imagina mirando el cielo. Ni los diarios ,ni el comunicado del Ejército, ni las voces de los testigos confirman esa hora y registran el cerco con la llegada de los primeros patrulleros a las ocho. Para que amanezca en setiembre tienen que ser las siete porque hay un amanecer de la revolución del fin del capital, del género que nazca del ocaso  de la novela, y lo escribe en la mirada postrera de su hija, para separarla de la “leche negra del alba” esa es la verdad del texto. un amanecer de fuego, en el pasado, pero que vuelve a anunciarse cada día. Un símbolo que enceguece. Mírenlo.


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