Para qué sirve la red institucional- RED/ACCIÓN

Para qué sirve la red institucional

 Una iniciativa de Dircoms + RED/ACCION

Hace unos años la función de relaciones, bien ejecutada, era estratégica; hoy es vital.

Para qué sirve la red institucional

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Sólo hay convivencia pacífica y clima de negocios favorable con calidad democrática. En la Argentina y en el resto del mundo, sin cámaras empresariales, asociaciones profesionales ni otras entidades intermedias sólidas, los poderes del estado quedan expuestos a los caprichos de las mayorías intolerantes. El rol de los profesionales de la comunicación y los asuntos públicos, clave.

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La red. Miami, 2015. Un académico y dos empresarios venezolanos son panelistas en un evento para pocos organizado por el Council of the Americas. Describen, sin ocultar su dolor, cómo se quedaron sin país. Desde el público, parafraseando a Vargas Llosa, alguien pregunta cuándo se jodió Venezuela. “Fue de a poco, pero diría que una de las claves fue que dejamos que las cámaras empresariales, las asociaciones profesionales, las ONGs, los medios y las universidades se debilitaran y dejaran de hacer oír su voz para defender la democracia. Ahí le entregamos el país a Chávez”, es la respuesta. Frío en la espalda.

En otras palabras, faltó responsabilidad política empresaria. Una realidad de muchas caras que incluye la gestión de intereses para generar marcos regulatorios que beneficien no sólo a un sector sino a toda la sociedad (el lobby altruista); el financiamiento transparente de los partidos políticos; el apoyo económico a los medios de comunicación independientes y un largo etcétera que no ha sido todavía lo suficientemente pensado, ni mucho menos ejecutado. En esa misma enumeración cabe lo que echaban en falta los venezolanos desde el exilio miamense: el robustecimiento de las instituciones intermedias, blindaje de la democracia.

El término, algo rancio ya, para definir la interacción de las empresas con cámaras y otras organizaciones potencialmente aliadas era relaciones institucionales. Si hace unos años la función, bien ejecutada, era estratégica, hoy es vital:

  • Rol sectorial. Las instituciones intermedias funcionan como entidades gremiales que nuclean y coordinan iniciativas para favorecer a los distintos sectores de la economía. Sirven también como voceros de cada sector, para decir lo que las empresas no quieren o no pueden decir individualmente en defensa de sus intereses. Lo tradicional.
  • Voz pública de lo colectivo. ADEPA defendiendo la libertad de prensa o la SRA poniéndole voz a las preocupaciones de los productores rurales es lo necesario, pero también lo obvio. Cuando van un paso más y trascienden el tema que les es propio, hacen más sólida la red: las une la voluntad unánime de convivencia democrática.
  • Alianzas transversales. La red se hace de nudos: firmas de acuerdos, ejecución de proyectos comunes, constitución de paraguas institucionales que cobijan a varias entidades, fondeos cruzados, impulsos de agendas trans-sectoriales, acuerdos público-privados. Cuanto más, mejor. Los tres poderes del estado funcionan mejor cuando tienen por debajo instituciones privadas robustas, independientes y bien conectadas entre sí.

El mundo se ha vuelto complejo. Los profesionales de asuntos públicos son o deberían ser, cada vez más, vaqueanos que ayudan a entender el contexto y anticipar lo que viene. Un ecosistema amigable para los negocios no se construye en un día. Ni en dos.

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Tres preguntas a Matthew Flinders. Es profesor de Ciencias Políticas y fundador del Sir Bernard Crick Centre for the Public Understanding of Politics. También es presidente de la Political Studies Association of the United Kingdom.

  • ¿Cómo te parece que vemos la democracia en este momento?
    Hace 50 años, Bernard Crick, un politólogo inglés, escribió In Defense of Politics. Es mágico: describe a la política como a algo que todos amamos. Hoy, es bastante obvio que la democracia y los políticos perdieron parte de su magia. Hay muchos problemas con la democracia, a todos los niveles, y esos problemas definen nuestras vidas. Lo que yo sugiero es que esos problemas de la democracia son en realidad la causa de su belleza y su magia. No es que la democracia nos esté fallando, sino quizá nosotros le estamos fallando a la democracia. Podría ser que quizá el problema es que tenemos demasiada democracia, o una democracia equivocada.
  • ¿Cómo describirías esa situación, cuál es el ABC de la democracia actual?  
    Mi ABC es así: A de attack y Amazon. B de benefits. Y C de calmar la tormenta y compromise. Empecemos por la A de attack: lo que tenemos hoy son ataques agresivos a la democracia. El rol de los gobernantes parece que no fuera gobernar, sino sobrevivir a los ataques. Pero hay algo más profundo, lo que llamo política Amazon: no somos ciudadanos sino clientes, y esperamos un nuevo producto de los políticos cada día. Así surgen los populismos de izquierda o de derecha, que nos generan necesidades y nos proponen soluciones simplistas. Hay que abandonar ese modelo. Vamos a la B: los beneficios de la democracia. Es lenta para resolver problemas porque los problemas de la vida son complejos, y por eso mismo necesitamos respuestas colectivas. Y la C: los políticos Amazon, populistas, generan una explosión de emociones. Necesitamos calmar la tormenta para poder dialogar y alcanzar acuerdos.
  • ¿Cómo se sale de ese problema?
    Tenemos que entender que el modo de reconstruir la democracia es a través de los acuerdos y compromisos. Uno de los padres fundadores usa el término “energía de gobierno”. Si elegimos a alguien para que nos gobierne tenemos que darle la posibilidad de tomar decisiones y gobernar. Una clave de la democracia es el equilibrio entre gobernar a la gente e involucrarla en el gobierno. La paradoja es que quizá la hiperdemocracia en la que vivimos, con tantos perros guardianes, tantos medios mirando 24/7 a los que gobiernan, está generando más descontento que satisfacción con la democracia. No estoy a favor de un sistema insensible, pero quizá los políticos se están haciendo demasiado hipersensibles tratando de escuchar tantas demandas de la gente. Tienen miedo a tomar decisiones que deberían tomar.

Las tres preguntas a Mattew Flinders son un extracto de la presentación que hizo con el título The Problem with Democracy en el contexto de TEDxHousesofParliament en 2019. Para acceder a la presentación completa, podés hacer click acá.

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Periódicos on line. Visual Capitalist publica un ranking global de sitios web de noticias con más suscriptores pagos. Con 7.5 millones, el New York Times encabeza la lista, seguido del Washington Post y The Wall Street Journal.

Con excelente performance, La Nación y Clarín comparten el puesto número 18, con 260.000 suscriptores cada uno, superando a Folha de Sao Paulo, el otro latinoamericano del ranking. Los periódicos siguen buscando su modelo de negocio, con un blend dinámico de publicidad, suscripciones y otros servicios. Futuro abierto.

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Academia. Este artículo reciente de Daniel Innerarity señala que la pandemia de covid –la primera que sufre esta sociedad de datos en la que vivimos– plantea la pregunta de hasta qué punto contamos con la infraestructura y, sobre todo, con los conceptos adecuados para comprenderla y combatirla.

Los datos no son neutrales, y los sistemas de recolección de que disponemos tienen puntos ciegos. Esta dificultad para acceder a información confiable, de alguna manera se exacerba porque vivimos en la era de la post-verdad. El autor propone un cambio conceptual sugerente que se aleja de las mediciones sociales clásicas con foco en las mayorías y se enfoca en grupos e individuos.

Hasta acá llegamos esta semana. Todas tus ideas, propuestas o consultas son bienvenidas. Podés escribirme a [email protected]

¡Hasta el miércoles que viene!

Juan

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