Por qué las librerías independientes nos hacen mejores lectores- RED/ACCIÓN

Por qué las librerías independientes nos hacen mejores lectores

 Una iniciativa de Dircoms + RED/ACCION

Los libreros de Brezal, Kokoro, Suerte Maldita y Céspedes responden sobre literatura, mercado y más, y recomiendan sus títulos favoritos.

Por qué las librerías independientes nos hacen mejores lectores

¡Hola amigos! Bienvenidos a una nueva edición de SIE7E PÁRRAFOS, nuestro encuentro semanal de libros. Hoy vamos a hablar de uno de mis temas favoritos: las librerías. Pero no cualquier librería, mucho mejor: las independientes.

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En defensa de la bibliodiversidad. Las librerías independientes son fundamentales para todos los que amamos leer. En los últimos años abrieron un par. Siempre me gusta saber más sobre ellas. Veo el mercado del libro tan complicado que me encanta el espíritu de haberse mandado aunque me cuesta entender cómo es que se animaron y cómo llevan en el día a día. Agarré alguna gente que me interesa y les hice algunas preguntas: Matías Zoja, de Librería Brezal, en el Patio del Liceo; Ce Di Gioia, de Kokoro Libros; Luis Mey, de Suerte Maldita, en Palermo; y Cecilia Fanti, de Céspedes Libros, en Colegiales.

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Cómo arrancaron. Matías de Brezal y Ce de Kokoro venden libros desde que son muy jóvenes, así que para ellos fue casi natural ser libreros. No es que se sentaron y se pusieron a pensar si tenía sentido, si era rentable o si iban a poder comer de eso... simplemente lo ejercen. Obviamente, vivieron muchas crisis y saben que no es un terreno fácil. Cecilia de Céspedes y Luis de Suerte Maldita describen su trabajo de libreros como una pulsión, un rapto casi irracional en donde su pasión por la literatura es la motivación. Fanti habla también de un agujero que ella identificó el mercado: “Alguien en la cadena de la industria tenía que acordarse de hablarle a los lectores”, dice, y en los lectores pensó al abrir Céspedes, en una atención que merecen, y que no están recibiendo en las grandes cadenas y otras librerías.

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Cómo ven el futuro de las librerías. “Mientras haya autores, historias y libros por descubrir, compartir o escribir, los que pertenecemos a este raro y extemporáneo mundo tendremos futuro”, opina Matías de Brezal. Y a pesar de que todos se muestran optimistas, reconocen los miles de problemas cotidianos que tiene la actividad, como pagar la luz y el gas en épocas de aumentos.

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Lo distintivo. Estas librerías apuestan a un catálogo curado, eso les da identidad  y les permite conformar un público en donde más o menos van entendiendo qué tipos de libros pueden tener salida. Lo cierto es que tener una variedad inmensa de títulos y abarcar todos los lectores es un gasto enorme, además de que el valor de estas librerías es su selección. “Nos especializamos en género, narrativa y poesía, y le damos visibilidad a títulos que en otros espacios no se ven con frecuencia”, dice Ce, de Kokoro.

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Librerías unidas. Entre los libreros independientes se conocen y se ayudan. No hay un espíritu de competencia: “Nos prestamos libros, nos pedimos consejos, nos reímos y preocupamos juntos, pensamos proyectos”, dice Cecilia Fanti. Sin embargo, no formaron lazos concretos como organizarse para hacer compras conjuntas a las editoriales o cosas por el estilo. Reflexiona Ce, de Kokoro, sobre esto: “Sería una buena herramienta para que las editoriales nos otorguen a las pequeñas librerías unos puntos más de descuento”.

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El lector favorito. Les pregunté si tienen un tipo de cliente favorito. Yo  me siento una pesada en las librerías cuando ya leí lo que me ofrecen. Soy una clienta ploma y creo que de ahí venía mi intriga. A Luis Mey le gustan los clientes que vienen abiertos a recomendaciones, “los que vienen a comprar sin papelito, sin plan. Los que, incluso, me recomiendan a mí algún texto”. En Céspedes dicen que les gustan todos los clientes, pero que los que leen menos son apasionantes: “Miran todo con ojos de novedad y eso un poco se contagia, entonces es como que empiezo a darles libros sin parar”.

Los libros favoritos. Después de todos los rankings de fin de año, me quedé obsesionada con los libros del año y les pregunté cuáles fueron los que más recomendaron últimamente.

  • Librería Brezal: “Insomnio, de Marina Benjamin, publicado por Chai Editora. Una editorial muy nuevita que la viene rompiendo”. Abro paréntesis: lo acabo de terminar y es buenísimo. Cierro paréntesis y me callo. 
  • Céspedes Libros:El libro de Agota Kristof, Claus y Lucas, era un inconseguible, así que la reedición de Libros del Asteroide fue una bomba”. 
  • Kokoro Libros: “Camila Sosa Villada. Antes de Las malas había leído El viaje inútil, editado por Documenta, un sello cordobés. Me pareció una gema. Así que empecé a militarla antes de su maravillosa novela. ¡Por más best sellers así!”.
  • Suerte maldita : “Estoy bastante maravillado hace unos años con Eugenides”.

Y aquí, los libros de no ficción de la semana:

La amargura metódica, de Christian Ferrer, comentado por Fernando Rosso. "Sociología salvaje, intuitivismo elemental, telurismo carente de fundamentos científicos, rebelión sin causa ni consecuencias. De todos estos pecados capitales y de muchos otros más fue acusado Ezequiel Martínez Estrada. Un pensador inclasificable y un escritor espléndido. Christian Ferrer recorre la vida y obra de uno de los padres de la ensayística argentina con exhaustividad y rigor. Hay libros que tienen la obligación de hacerse un lugar entre incontables obras que abordan el mismo tema o autor (pensemos en todo lo que se escribió sobre Borges, por ejemplo), pero el trabajo de Ferrer llena un vacío. Y lo desborda". Aquí, el comentario completo.

Los libros de la guerra, de Rodolfo Fogwill, comentado por Fabián Casas. "Cuando un César conquistaba un nuevo territorio, siempre tenía al lado un enano que le decía: “Recuerda, César, que eres mortal”, para que no se la creyera demasiado. Algo de ese enano hay en esos escritores que suelen pensar en contra de los clichés de lo simbólico. Rodolfo Fogwill era uno de esos tipos, como Hannah Arendt, como Joan Didion. Usando palabras incómodas, conceptos ríspidos, escandalosos. Pero qué bueno que exista siempre alguien que escriba genial y con el que uno puede no estar de acuerdo. Los libros de la guerra es una recopilación de las intervenciones de Fogwill en diferentes medios gráficos, textos que atraviesan la dictadura, la posdictadura y la democracia joven. En esta época, la pluma filosa de Quique hubiera sido estrangulada por los pañuelos de cualquier color, a favor o en contra del aborto, feministas, machistas, defensores de los animales, monárquicos, demócratas, etc". Aquí, el comentario completo.

Hasta acá llegamos por hoy, amigos. Espero les haya gustado el envío de hoy. Los leo siempre, que para eso estamos en esta vida: [email protected]

Fuerte abrazo,

Flor.

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Sobre libros y escritores. Todos los martes, por Javier Sinay.

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