Presentamos nuestro primer libro: "100 libros para entender el mundo"- RED/ACCIÓN

Presentamos nuestro primer libro: "100 libros para entender el mundo"

 Una iniciativa de Dircoms + RED/ACCION

Escritores, editores, pensadores y periodistas eligen un libro de no ficción, recomiendan seis párrafos para leer y escriben un séptimo párrafo a modo de comentario. Editado bajo el sello Catarsis, la obra es una selección de los mejores comentarios de "grandes lectores" publicados en Sie7e Párrafos, la sección de libros de RED/ACCIÓN.

Presentamos nuestro primer libro: "100 libros para entender el mundo"

Prólogo del libro “100 libros para entender el mundo”.

En la era de la velocidad y de la distracción, la lectura de un libro puede convertirse en un acto de resistencia.

En 1965, en un artículo de la revista Horizon, Alvin Toffler describe por primera vez su concepto de “shock del futuro”: las personas, sometidas a demasiados cambios en muy poco tiempo, quedamos desorientadas e inmersas en un estrés desgarrador. Ese año el mundo entierra a Winston Churchill, pone en órbita el primer satélite para transmisión de TV en vivo, prohíbe la publicidad de cigarrillo en televisión, presenta la primera computadora comercial de 16 bits a 28.500 dólares (se vendieron 172), y Bob Dylan graba su sexto álbum de estudio: Highway 61 Revisited. Cinco años más tarde, Toffler publicaría, justamente, El shock del futuro, un libro que vende más de 6 millones de ejemplares y en donde el autor expande la tesis: la acelerada velocidad del cambio tecnológico y social deja a las personas confundidas y desconectadas. Y el principal ingrediente del fenómeno es el information overload, es decir, la sobresaturación informativa.

Quiero comprar el libro

A casi 55 años de aquella definición, habría que inventar un nuevo nombre para el fenómeno. En 2019, 1886 satélites orbitan la tierra, en todo el mundo mueren unas 5 millones de personas a causa del cigarrillo, hay que multiplicar por 6 billones la capacidad de cálculo de aquella primera computadora para llegar a nuestros teléfonos modernos y Bob Dylan, después de ganar el Nobel, edita su álbum número 73: The Rolling Thunder Revue.

Más allá de las evidentes señales externas de la velocidad de las cosas, en todas las ciudades del planeta experimentamos la misma sensación: vivimos en cámara rápida. Alcanza con mirar los pendientes en las pantallas de nuestros celulares: mails y whatsapps que demandan nuestra atención y aguijonean nuestra ansiedad.

Vivimos en la era de la velocidad porque el cambio nunca fue tan rápido ni tan ancho: hábitos sociales, ciencia, arte o tecnología. Las hiper especializaciones hacen cada vez más complejo entender. Y un antídoto contra la velocidad es entender. O al menos intentarlo.

Vivimos, también, en la era de la distracción. Según un reciente estudio de la consultora Deloitte, para el 28% de los argentinos la primera actividad del día es mirar la pantalla del celular. Y el 11% de nosotros habrá repetido la escena más de 200 veces antes de irnos a dormir. El celular es, al mismo tiempo, un artefacto formidable y un arma de distracción masiva.

La presentación del libro se hizo en el Taller Nicolás García Uriburu.

En su libro The Shallows (Los superficiales), Nicholas Carr explica cómo la experiencia digital ha convertido a un buen número de jóvenes en consumidores compulsivos de snacks de contenidos, provocando una fuerte dispersión de su atención y la atrofia de su memoria.

Por eso, la era de la velocidad y de la distracción atenta contra la reposada lectura de un libro. O al menos esa es mi experiencia personal. Así lo describió George Steiner en marzo de 1997, en The New Yorker, a través de su “Carta de amor hacia la lectura”: “El silencio, el arte de la concentración y la memorización, y los lujos del tiempo para la ‘lectura de altura’ se han dispersado considerablemente. (…) Porque todas las erosiones son casi insignificantes en comparación con el nuevo mundo de la electrónica”. ¿Cómo entender este mundo veloz, impaciente y ancho? ¿Cómo conocer las nuevas ideas que se proponen interpretarlo? ¿Cómo encontrar sentido a los miles de fenómenos simultáneos que nos aturden?

Mi (poco original) receta personal es sumergirme en los libros de no ficción, un sendero en el que siempre tropiezo con la certera frase de Frank Zappa, “so many books, so little time” (“tantos libros, tan poco tiempo”). De modo que, en octubre de 2018, nació la idea: ¿qué tal si les pedimos a grandes lectores que nos comenten sus lecturas? Un comentario breve, un apunte, en donde explique si le gustó y por qué, con qué otro libro puede compararlo, o lo que quiera compartir.

Así, desde cierto egoísmo, nació Sie7e Párrafos, la sección de comentarios de libros de RED/ACCIÓN. La propuesta parecía fácil: invitamos a escritores, editores, pensadores y periodistas, (todos convocados en su condición de grandes lectores), a elegir un libro de no ficción, leerlo, seleccionar seis párrafos a modo de muestra, y escribir un séptimo párrafo a modo de comentario. ¿A quiénes invitar? ¿Qué libros sugerir? ¿Cómo debía ser el comentario? La idea sonaba simple, pero solo fue posible cuando Flor Ure la tomó y la llevó a cabo.

Un año después del nacimiento de la sección, una selección de esos comentarios se convierte en 100 libros para entender el mundo. Contiene los comentarios de nuestros grandes lectores (María O'Donnell, Andrés Malamud, Claudia Piñeiro, Juan Llach, Graciela Fernández Meijide y Marcos Novaro, entre muchos otros) sobre grandes libros (Cómo mueren las democracias, 21 lecciones para el siglo XXI, El orden del tiempo, La sociedad del cansancio o El coraje de la desesperanza, entre otros… 100).

Este volumen es, además, una invitación a la lectura de otros libros. Porque cada comentario es un apunte personal y al mismo tiempo una puerta de entrada al universo del libro elegido. Se puede, así, espiar su interior desde la mirada de un gran lector.

En la era de la velocidad y de la distracción, la lectura de un libro se convierte en un acto de resistencia.

Para entender.

Para aprender, desaprender y reaprender.

Para no convertirnos en los analfabetos del siglo XXI.

¡Quiero comprar el libro!