Prueban cambios en la forma de enseñar a leer y escribir- RED/ACCIÓN

Prueban cambios en la forma de enseñar a leer y escribir

 Una iniciativa de Dircoms + RED/ACCION

Escuelas privadas y estatales bonaerenses incorporaron un método basado en la estructura de las palabras y sus sonidos. Se basan en estudios neurocientíficos que afirman que los chicos aprenden mejor. La técnica desafía el modelo que predomina en las aulas argentinas, que propone una alfabetización basada en la premisa de que los niños construyen su lectoescritura de una manera más integral.

Prueban cambios en la forma de enseñar a leer y escribir

Escuelas privadas y estatales bonaerenses incorporaron un método basado en la estructura de las palabras y sus sonidos. Se basan en estudios neurocientíficos que afirman que los chicos aprenden mejor.

La técnica desafía el modelo que predomina en las aulas argentinas, y promete resolver las dificultades de comprensión lectora que explican los problemas de repitencia y abandono escolar.

La manera en la que se enseña a leer y escribir empezó a cambiar en varias escuelas bonaerenses. Ese cambio en la metodología se basa en estudios de neurociencia que analizaron el funcionamiento del cerebro de los chicos durante el proceso de aprendizaje.

Básicamente, varios especialistas en alfabetización y funcionarios del área de educación proponen incorporar, o ya lo hicieron, un método centrado en la estructura de la palabra y sus sonidos.

Ese método, conocido como conciencia fonológica, implica que la maestra enseñe de manera explícita la naturaleza del código alfabético y el sonido de cada letra.

Hoy y desde hace tres décadas, la técnica que predomina en las aulas de primer y segundo grado, donde se da el proceso de alfabetización, es de inmersión: la maestra crea las condiciones y da lugar a que los chicos construyan su lectoescritura de manera más integral a partir de la exposición a estímulos culturales.

Esa práctica surge del método que la academia llama psicogénesis, que tiene su origen en 1979, con la publicación de "Los sistemas de escritura en el desarrollo del niño", el libro de Emilia Ferreiro y Ana Teberosky con el que se funda ese modelo alfabetización.

Uno de los primeros pasos de la conciencia fonológica es repasar los fonemas.

Uno de los primeros pasos de la conciencia fonológica es repasar los fonemas.

Por qué es importante el debate. Quienes impulsan el cambio, que implicaría acercarse al método con el que se alfabetizaba hasta la década del 70, afirman que las prácticas que predominan hoy no resolvieron los problemas de comprensión lectora y que esa situación explica los problemas de repitencia y abandono escolar.

“Los seres humanos no leemos naturalmente, leer es artificial y difícil. No se madura, se aprende, requiere de enseñanza explícita y sistemática para convertir al cerebro lingüístico en uno lector”, opina Florencia Salvarezza, directora del Instituto de Neurociencias y Educación de la Fundación INECO, que junto al Ministerio de Educación armaron una serie de cuadernillos para docentes en los que detallan cómo enseñar a leer con el método de la conciencia fonológica.


Consultá el cuadernillo en el que el Ministerio de Educación recomienda el método sistemático

El diagnóstico. Para argumentar la necesidad de replantear las prácticas de alfabetización, los impulsores del cambio exponen varios números que explicarían el “fracaso” del método actual:

  • El 30% de los alumnos de 4° grado apenas alcanza un desempeño incipiente o básico en las tres dimensiones evaluadas: discursiva, textual y convenciones lingüísticas, según las pruebas Aprender 2017.
  • El 53,6% de los alumnos argentinos de 15 años no pudo reconocer la idea principal de un texto ni hacer “inferencias sencillas”, según datos de la prueba PISA que realiza la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos​.
  • En las pruebas regionales TERCE, de Unesco, Argentina cayó del 6° al 9° puesto en lectura en 3° grado. Solo supera a Ecuador, Paraguay y los países centroamericanos.

Qué escuelas experimentan con el método explícito. La primera experiencia surgió hace dos años en un colegio privado, pero ahora se sumaron pruebas piloto en cinco escuelas de gestión estatal.

  • El Newman, de San Isidro, fue pionero y en 2016 sumó el método.
  • Luego lo incorporó el Santa Inés, también en ese municipio, y finalmente el Well Spring, de Pilar.
  • Este año, la Provincia de Buenos Aires instauró una prueba piloto en cinco escuelas primarias estatales: en Morón, Almirante Brown, San Isidro, Lanús y Quilmes.

“Tengo 20 años de experiencia como maestra y nadie me había explicado exactamente cómo enseñar a leer y escribir. Por eso viajé a Estados Unidos para capacitarme en el método de enseñanza explícito, que te ofrece recursos concretos para llevar al aula, porque es sistemático y directo”, contó Florencia Aguilar, maestra del Newman y encargada, luego, de capacitar a las maestras del Santa Inés.

Florencia se entrenó en Nueva York con Phyllis Bertín, una referente en el tema y coautora del programa Preveniendo el Fracaso Escolar, un método bastante difundido en Estados Unidos y basado en la conciencia fonológica.

“Yo sé exactamente con qué letra comenzar a enseñar: la c. Y con cuáles seguir: la a y la s. Es decir, tengo una secuencia de habilidades para ir enseñando”, explicó Florencia y aseguró que en 2016 y el año pasado, todos los chicos de primer grado pasaron a segundo “sabiendo leer fluido, con buen ritmo y entendiendo lo que lee”.

Y completó: “Eso no ocurría antes. Algunos chicos no alcanzaban ese nivel y era un problema que luego arrastraban en su vida escolar”.

En el Newman trabajan con el método explícito desde 2016.
En el Newman trabajan con el método explícito desde 2016.

Cómo se prueba el método en la gestión estatal. El primer espacio gubernamental en volver a abrazar la técnica explícita fue el Ministerio de Educación de la Nación al promoverlo desde los cuadernillos. Mientras que la Provincia de Buenos Aires es la que empieza a practicarlo.

“El nuevo diseño curricular de primaria habilita expresamente ambos métodos: la psicogénesis y el explícito. Y está muy bien que convivan. Hay chicos que pueden aprender mejor trabajando letra por letra, decodificando. Incluso podría ser un ejercicio para que la materia Prácticas del Lenguaje instrumente dos veces por semana”, consideró Agustina Blanco, directora de Evaluación y Planeamiento bonaerense.

Más allá de esa postura amplía, docentes de cinco escuelas bonaerenses están siendo capacitados para aplicar el programa Aprendo Leyendo, un plan de alfabetización enmarcado en la teoría de la conciencia fonológica. A su vez, esas cinco escuelas son parte de la Red de Escuelas de Aprendizaje, que impulsa la colaboración e intercambio de buenas prácticas entre colegios desde una plataforma online.

¿Podría predominar este método en la Argentina? “No es imposible, pero sí resulta difícil. En primer lugar porque tenés que cambiar el sentido común de los docentes respecto de cómo se enseña”, consideró Guillermina Tiramonti, coordinadora del Consejo de Formación Continua de la provincia de Buenos Aires e investigadora principal del área de educación de FLACSO.

Hacerlo a nivel nacional requeriría, además de mayor consenso, una adhesión por parte de las provincias y un trabajo en el mismo sentido en los cerca de 1300 institutos de formación docente del país.

Ocurre que el método es resistido, o al menos no es visto como una hipotética solución, por muchos especialistas en educación defensores de la teoría de la psicogénesis, como la propia Emilia Ferreiro, Ana María Kaufman o Delia Lerner, por citar algunos académicos.

También Mirta Castedo, directora de la Maestría en Escritura y Alfabetización de la Universidad de La Plata, vuelve a poner en valor el modelo de la psicogénesis.

“La propuesta de enseñanza (de la psicogénesis) se apoya sobre un principio fundamental (divergente con la conciencia fonológica), que es el de introducir a los niños en la escritura lo antes posible y dejar de lado los ejercicios de análisis de la oralidad en sí misma, porque es la escritura la herramienta cultural que abre la llave del análisis de la oralidad”, señala Castedo en un documento en el que analiza los dos métodos.

Qué dicen los trabajos científicos que vuelven a poner en valor la conciencia fonológica. El 8 de septiembre pasado se hizo en el Centro Cultural de la Ciencia una jornada sobre estrategias para mejorar resultados escolares. Expusieron algunos de los máximos referentes del método explícito y asistieron casi 500 docentes y directivos de escuelas.

  • El norteamericano Kenneth Pugh, director de investigación del Haskins Laboratories de la Universidad de Yale, expuso sobre cómo lee el cerebro y cómo se desarrollan en los niños los circuitos cerebrales que permiten leer. Y concluyó: “Hay niños que presentan trastornos de la lectura que no están relacionados con el ambiente ni la inteligencia sino con la biología del aprendizaje. La neurociencia corrobora lo que las abuelas ya sabían: una buena lectura tiene que ver con la fonología, el lenguaje y sus conexiones”.
  • El español Manuel Carreiras, director científico del Centro Vasco de Cognición, Cerebro y Lenguaje, mostró estudios hechos en chicos que se alfabetizaron con distintos métodos y concluyó que resulta “beneficiosa la instrucción sistemática y basada en la fonética”.
  • John Russel, director de la escuela neoyorquina The Windward School, contó que su colegio inscribe casi exclusivamente a chicos con dificultades para leer, principalmente con dislexia, un trastorno que dificulta justamente la lectura y está presente en el 10% de los chicos. “Usamos el método explícito de alfabetización y logramos una instrucción efectiva en todos los chicos”, señaló Russel.

Qué países aplican el método explícito. Según explicó Florencia Salvarezza, de INECO, es la metodología que “predomina en el mundo” y remarcó que en Finlandia, donde predomina esa técnica, “el 90% de los chicos lee fluido”.

“Estados Unidos tiene un mix entre ambos métodos. Lo mismo pasa en México y Colombia. Pero en Chile, Perú y Uruguay trabajan el explícito”, detalló Salvarezza.

Fotografía de portada: Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires.