¡Hola amigos y amigas! Bienvenidos a una nueva edición de Oxígeno. Hoy vamos a reflexionar sobre un caso que nos provoca un tremendo dolor, el del bebe que encontraron la semana pasada en una caja de cartón. Además, algunas historias inspiradoras que ojalá nos ayuden a mantener el optimismo.
1. Toda persona merece saber quién es, todo bebé también
La semana pasada nos enteramos de que un bebé apareció abandonado en una caja de cartón en la Provincia de Buenos Aires. Tenía una nota consigo, dejada ahí por la madre. "Quien haya encontrado a mi hijo le pido por favor que llame a su papá. Él todavía no lo sabe. No puedo cuidarlo ni tenerlo. Nació ayer. Lo amo mucho y espero que algún día me perdone", decía la nota.
Se cree que una vez por mes en la Argentina alguien abandona un bebé. Buscar a la madre que lo dejó siempre nos va a generar muchos ruidos, pero nos parece que esa mamá y ese hijo merecen encontrarse, como todas las mamás y todos los hijos del planeta. Obviamente, uno tiene un montón de dudas. Leer la nota que dejó la madre nos llena de sensaciones: ahí hay una madre que tiene una profunda preocupación, pero el hecho en sí mismo es tan desgarrador que abre un montón de juicios.
Soñamos con que cualquier bebé que nace en nuestro país tenga la garantía de que, si está en una situación compleja, la comunidad en la que nació va a estar preocupada por él y va a intentar que conozca su vínculo lo antes posible. Soñamos con que ningún chico o chica se sienta defraudado por su comunidad, con que sepan que no fuimos insensibles a su llegada. Que más allá de la situación de su familia, hay una sociedad que se preocupó por él. Y que se preocupó por saber quién es, para que él o ella lo puedan lo saber apenas lo deseen.
Algunas veces participamos de estas búsquedas. Muchas veces nos decían cosas tremendas por la actitud de la madre, pero independientemente de la actitud de ella ese bebé puede tener muchos vínculos más: abuelos, padre, hermanos. Una vez la realidad nos dio una lección tremenda: estábamos buscando a una madre y recibíamos muchas críticas. A los pocos días, esa madre apareció muerta. Mientras hacíamos un montón de juicios sobre su actitud, de pronto ella apareció sin vida. Es decir, había dejado a su bebé para salvarlo, porque sabía que corría peligro. Había hecho algo heroico, no algo abandónico. ¿Ese hijo no merecía saberlo?
Otro caso: tiempo atrás recibí un mensaje que decía: “Hola Juan, hoy cumplo años. Y como llegué a la mayoría de edad quería contarte que yo fui abandonada en una caja de cartón. Y hoy, que cumplo 18 años, yo quiero averiguar quién es mi mamá y de dónde vengo”. Esta chica me expresó una respuesta a nuestras dudas. Como ella, mucha gente está buscando su identidad. Entonces, ¿no debemos ayudar a este bebé a poder saber cuanto antes quién es su familia?
2. El maravilloso viaje de Fanny Sales
El título de esta nota dice: “Indígena de la comunidad Avá Guaraní se graduó en medicina”. Su protagonista es Fanny Sales y tiene 25 años. Estudió la carrera completa en Cuba, en la Universidad Arley Moreira, donde le otorgaron una beca. Allí, cumplió su sueño de graduarse y volvió a Paraguay, su país natal, para poner en práctica todo lo que aprendió. Lo hará en la zona de Alto Paraná, donde quiere ayudar a reducir la cantidad de amputaciones a causa de la diabetes.
Qué maravilloso ver a una joven tan comprometida. Ver que su viaje de formación no terminó solamente con el éxito personal sino con su regreso al origen para ayudar a los suyos. A menudo, vemos gente triunfar por el mundo. Es fabuloso que eso suceda. Pero qué conmovedor cuando el éxito es entendido como la puesta en marcha de la vocación de ayudar al otro. Leé más acá.
3. Verdaderos números uno hay pocos
El argentino Gustavo Fernández nuevamente salió campeón de Roland Garros y recuperó el número 1 en el ranking mundial de tenis adaptado. Ya era un #1 mucho antes que eso. Es un ejemplo de resiliencia que resalta los valores más nobles del deporte. ¡Felicitaciones Gustavo! Desde acá nuestra admiración y tremendo respeto por todos tus logros.
4. ¡Toda la vida por delante!
Rafael Kohanoff tiene 93 años. La semana pasada se contó su conmovedora historia en RED/ACCIÓN. “Tengo toda una vida por delante”, dice Rafael en la nota. E ingeniero químico y lidera un grupo que desarrolla tecnologías para que las personas de su generación puedan hacer todas las cosas de la vida cotidiana: ponerse las medias, abrocharse los botones, levantar el bastón del piso… Cosas tan pequeñas, pensamos, cosas tan de todos los días.
Esa sensibilidad de poner la vista ahí, y acompañarla con el esfuerzo de todos los días (¡y el trabajo de toda una vida!), es lo que conmueve. ¿Qué es la juventud, sino tener grandes sueños por delante? El ejemplo de Rafael nos llena de energía. Ojalá todos nosotros salgamos a la calle cada día, sin importar la edad, pensando en tenemos toda la vida por delante. Leé la nota acá.
5. Una imagen de Borges junto a un texto suyo fue de los posteos más vistos de mi Instagram esta semana
6. El viernes pasado fue el día del periodista y escribimos esto pensando en ellos
"A los que están solos,
a los que tienen frío,
a los que les falta un medicamento,
a los que se inundaron,
a los que buscan un familiar perdido,
a los que piden justicia,
a los que duermen en las calles,
a los que esperan un trasplante,
a los que luchan por salvar el bosque,
a los que no les alcanza,
a los que no se los escucha y a los que son invisibles;
ustedes les dan la voz de un micrófono y la imagen de una cámara,
que les permite decir y expresarse.
Gracias por esa vocación.
Somos testigos de ese trabajo comunitario."
7. Un pequeño recordatorio de la mano de un artista
Gracias amigos y amigas. Ojalá hayan encontrado en estas líneas alguna idea o reflexión que los conmueva. Nos encontramos la semana que viene, y recuerden que recibimos todos sus comentarios o sugerencias.
Un abrazo,
Juan.
