SIE7E PÁRRAFOS | Los libros de la guerra; más los comentarios de Almada, Etcheves, Santillan, Majlin y Zuazo- RED/ACCIÓN

SIE7E PÁRRAFOS | Los libros de la guerra; más los comentarios de Almada, Etcheves, Santillan, Majlin y Zuazo

 Una iniciativa de Dircoms + RED/ACCION

Bienvenidos una vez más a SIE7E PÁRRAFOS, la newsletter semanal sobre libros. En esta edición voy a contarles sobre los libros de la Segunda Guerra, un commodity del mundo de la literatura. Además, esta semana escribieron Natalia Zuazo, Selva Almada, Brian Majlin, Florencia Etcheves y Fernando Santillan.

1. La literatura y la guerra, un solo corazón

Hay un auge de novelas con la Segunda Guerra como escenario. En las reuniones editoriales donde se discuten libros, títulos y evalúan propuestas escuché mil veces que un tapa con una esvástica, Torre Eiffel, alambre de púas o alguna referencia a la guerra, garantiza buenas ventas.

Es cierto, los libros sobre guerras y, sobre todo la Segunda, funcionan. Podría pensarse que ya está todo dicho y que la literatura no puede aportar más a lo ya contado en libros de investigación o memorias. Sin embargo, en la Feria del libro de Londres que terminó hace unos días, los grandes grupos editoriales pujaban por nuevos títulos. Como si no se pudiera evadir el tema, porque es mucho más que un momento histórico, la guerra sigue inspirando a miles de escritores. Hay novelas para todos los lectores.

2. Recomendaciones caprichosas

Voy a ser totalmente arbitraria porque hay cientos para recomendar y miles para nombrar.  Los ladrillos, esos libros de 700 páginas que pesan una tonelada (desde Vasili Grossman a Ken Follett ); las novelas románticas (Los amantes de Praga de Alyson Richman, El ruiseñor de Kristin Hannah); los de autosuperación (La bailarina de Auschwitz de Edith Eger, Lo que no puedes ver de Anthony Doerr); los protagonizados por niños (La ladrona de libros de Markus Zusak, El niño con el pijama de rayas de John Boyne); los de escritores nacionales (Hanka 753 de Alejandro Parisi, Fractura de Andrés Neuman); los más literarios (Tierra de nadie de Onetti, La literatura nazi en América de Bolaño, Entre actos de Virginia Woolf, La historia de Elsa Morante, Matadero cinco de Kurt Vonnegut, HHhH de Laurent Binet), Novela gráfica (Maus de Art Spiegelman, Yo maté a Adolf Hitler de Jason) y mis preferidos (Claus y Lucas de Agota Krsitof y Todo lo que tengo lo llevo conmigo de Herta Müller).

Y aquí, los libros de no ficción de la semana:

3. La calesita argentina, de Nicolás Tereschuk, comentado por Natalia Zuazo

Si el formato Intratables de “hablar de política” siempre termina en el eterno retorno (la conclusión de que todos los gobiernos son iguales en hacernos padecer la vida cotidiana), en La calesita argentina el politólogo Nicolás Tereschuk se propone el desafío contrario. Su objetivo es tomar la madeja de lo repetido y tirar de sus hilos para ver qué nos dicen sobre nuestra identidad, recurriendo a autores clásicos y contemporáneos, a la historia y a experiencias que nos permitan salir de la conclusión obvia del que se vayan todos. Aquí, el comentario de Natalia Zuazo.

4. Los oficios, de Sara Gallardo, comentado por Selva Almada

La editorial Excursiones publicó hace poco Los oficios, una antología de artículos, columnas y entrevistas de Sara Gallardo publicadas en el diario La Nación, las revistas Atlántida y Claudia y el semanario Confirmado. Unos años atrás apareció Macaneos, sus columnas también publicadas en Confirmado. Ambos libros curados por el ojo experto de Lucía De Leone. Aquí, el comentario de Selva Almada.

5. Bombo, el reaparecido, de Mario Santucho, comentado por Brian Majlin

Hay un fusilado que vive, oyó Rodolfo Walsh en 1956 antes de salir a la caza de la historia y, cuando Operación Masacre acabó siendo lo que fue, cazó definitivamente a la Historia: su obra dio, a la vez, inicio a una tradición de no ficción que legó ríos de tinta en todo el mundo. Bombo, el libro de Mario Santucho, abreva en esa tradición. Hijo de quien fuera el líder máximo del PRT-ERP, se entera de que, en 2013, 40 años después de su desaparición, llega al poblado tucumano de Santa Lucía el Bombo Avalos, un militante improbable -pobre, sin estudios- de la guerrilla tucumana. Esa sombra -un desaparecido es un hueco, pero un aparecido fugaz solo hace sombra- absorbe a Santucho y entonces sí, va en busca de cazar la historia. Aquí, el comentario de Brian Majlin.

6. Morir no es poco, de Cristina Barile y Celeste Castiglione, comentado por Florencia Etcheves

La muerte es un tema que desvela al hombre desde el principio de la humanidad. Existen todo tipo de análisis, representaciones, maneras de gestionar la falta, pero todo pareciera haber sido y ser una excusa para sobrellevar el miedo a lo desconcido, la pavura por llenar de sentido a ese espacio que todos dejaremos cuándo no existamos más en el plano físico ( si es que existe otro plano, claro). Aquí, el comentario de Florencia Etcheves.

7. Camino al este, de Javier Sinay, comentado por Fernando Santillan

En Camino al Este, Javier Sinay hace la crónica de un viaje en busca del amor. Cuando su novia argentina de antepasados japoneses gana una beca para estudiar en Japón el arte del té, el camino del té o Chado, él decide ir a buscarla en un viaje en soledad. Ella se llama Higashi, que en japonés significa “Este”, y él viajará 14.953 kilómetros, siempre hacia el Este, usando su oficio de periodista para indagar sobre el amor y sobre los viajes. Su camino tiene una parada especial en la ciudad de Grodno, en Belarús. Es la ciudad desde donde emigraron los antepasados de Sinay, su alter heim (old home, antiguo hogar). Aquí, el comentario de Fernando Santillan.

¡Gracias amigos y amigas! Espero que alguno de estos libros haya despertado su curiosidad. Nos vemos la semana que viene con más libros, ideas y recuerdos. Y si tienen comentarios, ¡son siempre bienvenidos!

Saludos,
Flor.

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Sobre libros y escritores. Todos los martes, por Javier Sinay.

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