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Robots, pasturas y energías renovables: Uruguay apuesta a una economía baja en carbono y quiere lograr un "hito" en 2021

El país cuenta hace solo un año con un Ministerio de Ambiente. Pero, en línea con su compromiso de acción climática, ha desarrollado un trabajo coordinado que le ha permitido disminuir sus emisiones. Sus sistemas de monitoreo son clave, y desde el Gobierno aspiran a, para fin de año, contar con números históricos que evidencien una producción agrícola-ganadera que ayuda a secuestrar carbono del suelo.

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Este año será el de menor siembra de la oleaginosa en una década. En cambio, se esperan producciones récord para el trigo y el maíz, que en diez años duplicaron sus cosechas. La rotación de cultivos permite a los productores tener una mejor cobertura ante eventos climáticos extremos y vulnera menos el suelo, lo que a largo plazo es más rentable. Además, las retenciones a las exportaciones juegan un rol clave.

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La batata, mandioca, calabaza y una gran variedad de granos guisados eran hasta no hace tanto un plato popular en Cuba. En la actualidad, el rendimiento de los campos cambió, la tierra está "estresada" y las plagas afectan los cultivos. Esa combinación disparó el precio de estos productos. ¿Qué responsabilidad tiene el Estado por su políticas públicas? ¿Cuál es el sistema económico que rige la agricultura de la isla?

El calentamiento global arrincona al café: cada vez menos tierras son aptas para su cultivo

En el mundo se consumen 500.000 millones de tazas de café al año y la industria da empleo a millones de productores. Pero a medida que el cambio climático avanza, las zonas que naturalmente eran propicias para el cultivo de café se están reduciendo. ¿Qué medidas se están tomando para sostener la producción?

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El café, esa bebida que tantos de nosotros disfrutamos y necesitamos a la mañana para arrancar el día. Pero, ¿sabías que por el cambio climático su producción está en peligro?

En el mundo se consumen 500.000 millones de tazas de café al año. Esta industria da empleo a millones de productores en los países que se encuentran dentro del llamado cinturón del café, que incluye a regiones de América Latina, África y Asia.

El impacto del cambio climático

Pero a medida que el cambio climático avanza, las zonas que naturalmente eran propicias para el cultivo de café se están reduciendo.

Hay más de cien especies de café en la naturaleza, pero las dos que más consumimos, las que se cultivan en granjas, son dos: robusta, que se usa para café de máquina y café instantáneo, y arábica, que es la variedad más consumida para hacer café de especialidad.

Ambas especies necesitan características específicas para poder crecer, pero la arábica es particularmente sensible. Para crecer, la planta necesita estar en un ambiente de 18 y 21 grados, recibir cierta cantidad de lluvia y estar en altura, por lo general entre los mil y 2 mil metros sobre el nivel del mar. Por estos factores, uno de los lugares ideales para la producción de café es Colombia.

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Pero ahí mismo ya se empezó a sentir el cambio climático: desde 1980 a hoy, la temperatura promedio en la región aumentó 1,2 grados centígrados, lo que obliga a que los cultivos tengan que desplazarse mayor altura, ya que los que quedan abajo reducen notablemente su calidad.

Ante este escenario, la posibilidad de aplicar ingeniería genética para volver a los cultivos más resistentes es muy tentadora. Pero la industria cafetera todavía no lo ve como una solución.

"La industria del café históricamente siempre fue bastante reticente a la ingeniería genética y a meter mucho la mano humana en los cultivos y en las producciones", dice Nicolás Artusi, periodista especialista en café. "Pero hay otros países con economías más desarrolladas que en vistas de lo que puede llegar a pasar con el café están iniciando sus propios cultivos de café, un poco desafiando a la naturaleza. Sur de China, por ejemplo, Australia, Nueva Zelanda".

Un estudio calcula que para 2050 los cultivos se habrán reducido a la mitad, y que el 60% de las variedades salvajes de café se habrán extinguido. Esto implicaría un golpe fuerte para una industria que genera 363 mil millones de dólares a nivel mundial.

Y en Colombia, entre los años 2009 y 2012 tuvieron algunas de sus peores producciones en mucho tiempo.

A estos problemas se le suman las escasas regulaciones que hay para el precio de venta de granos de café, cuyo mínimo se mueve muchas veces por debajo de lo que necesitan los productores para no ir a pérdida.

¿Qué puede hacerse para prevenir esto?

A nivel agrícola, se están plantando cierto tipo de árboles que ayudan a dar sombra para que el suelo no se recaliente; también, se planta el café a mayor altura para compensar por la suba de temperatura. Pero todas estas innovaciones requieren dinero que muchos productores no tienen. 

Por eso, es indispensable la ayuda a los caficultores. Para que puedan tener mejores herramientas para combatir esta situación.

"Digamos que las grandes empresas multinacionales de café están muy comprometidas con esto", dice Artusi. "En primer lugar, cuidando a los caficultores. Hay muchas que están invirtiendo en educación, que están abriendo universidades del café, que están alentando a que los caficultores se conviertan en ingenieros agrónomos, que conozcan mucho más el suelo, los métodos de producción, las cosechas".

Pero si no se toman medidas urgentes ante el cambio climático, quizás el café se convierta en una bebida de lujo a la que muy pocos podrán acceder.

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Trigo Transgénico: el desarrollo que entusiasma pero no despeja una duda vital

Creado por el CONICET, la Argentina es el primer país en aprobar este cultivo, que promete resistencia a la sequía y mayor productividad. Pero hay una preocupaciones que no logran calmar: ¿qué impacto pueden tener los agroquímicos que necesita este tipo de trigo?

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La aprobación del trigo transgénico HB4 viene generando opiniones divididas, desde los que defienden el desarrollo tecnológico hasta la preocupación de productores, consumidores y ambientalistas locales y de la región. Argentina es el primer país del mundo en aprobar este tipo de trigo.

Empecemos por lo primero, ¿qué es un transgénico?

Según la OMS, son organismos modificados genéticamente a partir de la introducción de uno o varios genes de otras especies que no pertenecen a su genoma original para otorgarle ciertas características.

En el caso del trigo transgénico HB4, se aislaron algunos genes del girasol, una especie muy adaptable a la falta de agua. Esos genes se pasaron a una planta experimental y, después de estudiar los resultados, se transformaron plantas de interés agronómico como soja y trigo, con el gen seleccionado. El resultado fue un trigo con una tolerancia mayor a la sequía.

El crecimiento de la población mundial trae consigo dos grandes problemas: la necesidad de producir comida para alimentar a todo el mundo y la falta de tierra para cultivar, según reporta la ONU.

Estados Unidos, Brasil y Argentina son los tres países del mundo que tienen mayor superficie destinada a cultivos modificados genéticamente. Según el Servicio Internacional de Adquisición de Aplicaciones Agrobiotecnológicas (ISAAA), desde la creación de los transgénicos aumentó notablemente la producción mundial de alimentos y con un menor uso de la tierra.

¿Qué dicen algunos productores?

Barbechando es una organización de productores y profesionales vinculados a la actividad agroindustrial que busca incidir en leyes y políticas públicas para el sector.

"El trigo HB4 es muy importante porque se puede aplicar en superficies en donde hoy sería inviable. Esto estabiliza la producción de trigo, generando más previsibilidad y bajando el costo. Por lo tanto, van a bajar los alimentos. Van a haber más alimentos y más baratos", dice Germán Paats, presidente de Barbechando.

Si pensamos en los consumidores, ¿son seguros los cultivos transgénicos?

Según un análisis y recopilación de varios estudios de la Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos (NAP), desde el punto de vista del consumo directo en ninguno de los países donde están aprobados se han mostrado efectos negativos en humanos.

Raquel Chan es la investigadora del CONICET que fue responsable del descubrimiento del trigo. "Argentina tiene un sistema regulatorio modelo y aceptado a nivel internacional en el cual para cualquier cultivo genéticamente modificado implica demostrar que no existirá daño ambiental, sino beneficios, que que no existirá daño a la salud humana o animal y que no existirá daño a la economía nacional", explica Chan.

Entonces, si los alimentos transgénicos son seguros para las personas que los consumen y nos permiten aumentar la producción, ¿cuál es el problema?

El uso de agroquímicos

Una de las situaciones que más preocupan a diferentes organizaciones es el incremento en el uso de agroquímicos.

La Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) es una organización nacional de familias productoras y campesinas que se encuentra en 15 provincias.

"No es el trigo transgénico solo, sino que viene con un paquete tecnológico de herbicidas y de plaguicidas que ha quedado demostrado que son tóxicos y que es veneno para nuestros cuerpos, nuestro territorio y nuestras familias. Se está implementando ese paquete tecnológico con un tipo de glifosato que es peor aún que el glifosato que ya la OMS tuvo que afirmar que es probablemente cancerígeno con todo lo que eso implica", considera Rosalía Pellegrini, de la UTT.

El glifosato es el herbicida más usado alrededor del mundo. El herbicida al cual es resistente el trigo transgénico es el glufosinato de amonio.

El mal uso de los herbicidas puede provocar que a largo plazo muchas especies de malezas logren resistencia, por lo que con el tiempo es necesario usar cada vez más herbicidas, según la Environmental Sciences Europe.

Las fumigaciones con agroquímicos

La periodista especialista en alimentación Soledad Barruti destacó en un artículo para RED/ACCIÓN que una sus mayores preocupaciones es que con este nuevo desarrollo se fumigará la tierra a lo largo de todo el año. Ahora se fumiga en primavera y verano, con el trigo se completaría el ciclo fumigando también en invierno.

Con el tiempo, la exposición al glifosato ha demostrado en algunos casos tener efectos controversiales tanto en la salud de animales como en personas. Por eso, países como Austria y Alemania ya anunciaron su próxima prohibición. 

Sin embargo, desde el CONICET afirman que este nuevo desarrollo podría ayudar a reducir el uso de herbicidas.

"No sembrar solo soja, que es el monocultivo que se siembra en verano, sino alternarlo con trigo en invierno implica una reducción drástica del uso de herbicidas. Porque al tener un cultivo constante en el terreno a sembrar, las malezas no pueden crecer y con mucha menor cantidad de químicos se puede mantener un terreno libre de malezas ya que hay un cultivo creciendo", afirma Raquel Chan, investigadora del CONICET.

Desde el lado de los productores que están en contra, creen que lo que hay que cambiar es el modelo de producción.

"Es aumentar que nuestro territorio esté en función del monocultivo y del agronegocio. Eso implica desmontes y eso implica sobretodo que la tierra deje de estar en función de un proyecto de producción de alimentos sanos para el pueblo. El pueblo nacional o está para la producción de alimentos sanos, la agroecología y otros modos más sustentables para pensar la agricultura. O está para el monocultivo, ya vimos lo que pasó con la soja", opina Rosalía Pellegrini, de la UTT.

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