Tres hábitos simples para mejorar el pensamiento crítico- RED/ACCIÓN

Tres hábitos simples para mejorar el pensamiento crítico

 Una iniciativa de Dircoms + RED/ACCION

La autora Helen Lee Bouygues advierte que muchos líderes empresariales no se toman el tiempo para razonar ciertas decisiones. Tras una vasta experiencia, comparte sus principales conclusiones.

Durante más de 20 años, he ayudado a organizaciones a transitar distintas dificultades. En mi experiencia, muchos problemas de las organizaciones comparten una causa de raíz: la falta de espíritu crítico.

Muchos líderes empresariales simplemente no están razonando los temas urgentes ni se toman el tiempo para evaluar un asunto desde todos los ángulos. En general, los líderes a nivel corporativo solo elegirán la evidencia que respalde sus creencias previas.

El pensamiento crítico es una habilidad aprendida. Para ayudar a las personas a mejorar, recientemente comencé la Reboot Foundation, una organización sin fines de lucro. Basada en mi experiencia y en el trabajo de nuestros investigadores, he reunido tres simples cosas que usted puede hacer para mejorar sus habilidades de pensamiento crítico:

Cuestione las suposiciones. Si actualmente está en una discusión acerca de una estrategia a largo plazo de la compañía, en la que se basarán años de gasto y esfuerzos, asegúrese de plantear preguntas básicas acerca de sus creencias: ¿Cómo saben que el negocio aumentará? ¿Qué dicen las investigaciones acerca de sus expectativas para el futuro del mercado?
Otra forma de cuestionar sus suposiciones es el considerar alternativas. Podría preguntar: ¿Qué pasaría si nuestros clientes cambian? ¿Qué pasaría si nuestros proveedores quiebran? Preguntas como estas pueden afinar su pensamiento.

Razone a través de la lógica. Hace años, tomé la responsabilidad de rescatar la división internacional de una gran empresa de lencería. El crecimiento de uno de sus principales productos fue cayendo durante años. Nadie podía descubrir el porqué. Cuando mi equipo comenzó a hablar con empleados y consumidores, aprendimos que las clientes de diferentes países tenían gustos y preferencias diferentes. Resultó que la compañía creía que todas sus consumidoras tenían preferencias similares en lencería, así que enviaban los mismos tipos de sostenes a todas las tiendas en Europa. En su organización, pónga mucha atención a la “cadena” lógica construida por un argumento en particular. Pregúntese: ¿El argumento está respaldado plenamente por la evidencia? ¿Todas las piezas de evidencia se complementan para producir una conclusión sólida?

Diversifique el pensamiento. Es natural que las personas se acerquen a otras que piensen o actúen como ellas, pero es crucial salir de su burbuja personal. Si trabaja en contabilidad, haga amigos en marketing. Si siempre sale a almorzar con los altos directivos, vaya a un partido de béisbol con sus colegas de menor nivel. Entrenarse de este modo lo ayudará a escapar de su pensamiento usual y obtener perspectivas más amplias. En entornos de equipo, permita que las personas opinen de forma independiente, sin la influencia del grupo. Cuando pido consejo, típicamente omito mis preferencias y le pido a los miembros del equipo que me envíen sus opiniones por separado a través de un correo electrónico. Esto ayuda a prevenir que las personas se sumerjan en un pensamiento grupal.

Aunque estas tácticas pudieran sonar fáciles o incluso obvias, son escasas en la práctica, particularmente en el mundo empresarial. Muchas organizaciones no se toman el tiempo para involucrarse en formas robustas de razonamiento. Sin embargo, en los negocios las victorias más importantes se logran pensando con inteligencia.

Helen Lee Bouygues es presidenta de la Reboot Foundation.

©HBR, distribuido por The New York Times Licensing Group