Un homenaje a una mujer que pudiendo salvar su vida eligió salvar la de alguien más- RED/ACCIÓN

Un homenaje a una mujer que pudiendo salvar su vida eligió salvar la de alguien más

 Una iniciativa de Dircoms + RED/ACCION

Una historia de donación de órganos que merece un homenaje y 3 preguntas sobre la ayuda a pueblos originarios.

Un homenaje a una mujer que pudiendo salvar su vida eligió salvar la de alguien más

¡Hola! En estos días en los que estamos más sensibles, cuidando de nuestra salud, recordé una historia de heroísmo y solidaridad digna de compartir y destacar.


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Quisiéramos, en estos momentos que estamos todos sensibles, contar una historia. Una historia bastante breve, simple, de una mujer, Zunilda, una madre de familia con dos hijos. No sabemos de ella actualmente pero siempre recordamos esto que nos tocó vivir a su lado hace unos 15 o 20 años.

En ese momento ella, con treinta y pico, tiene un problema de salud. Empeora, se complica, la internan. Un día se acercan sus médicos y le dicen: “Zunilda, descubrimos que tu hígado dejó de funcionar, hay una falla hepática grave y necesitás un trasplante”. 

Ella, con sus dos hijos, recibe este impacto tremendo, esta noticia tan dura. De tener una vida sana, a pasar a una condición de emergencia. Hace falta que aparezca un donante para que ella pueda seguir con su vida. Pasan los minutos, las horas, los días, y no es fácil que aparezca un órgano compatible. Pasa el tiempo, se alarga la espera. Se complica su salud, y ahí la conocimos. En la angustia, en lo difícil del momento. 

Por fin, un día entran sus médicos y le dicen: “¡Zunilda, apareció un donante y es compatible!”. Y ella, madre joven, en el momento de salvar su vida y mejorar su salud, el momento de volver a estar bien, hace algo inédito. Les dice a sus médicos: "Les quiero agradecer, pero me enteré de que detrás mío, en la lista de espera, hay un chiquito de tres años, Santiago, que necesita un hígado. Yo tengo clarísimo lo que les voy a decir: quisiera que ese hígado fuera para él, no para mí. Algún día mis hijos y mi familia me entenderán".

Fue la primera vez, en tantos años vividos, que estuvimos ante una situación como esta. Estuvimos frente a una mujer que en el momento de poder vivir eligió salvar otra vida. La historia termina con un final muy feliz porque a los pocos días apareció otro órgano y fueron trasplantados los dos: Zunilda y Santiaguito. Pero esta mujer, en este momento en que estamos sensibles, merece un homenaje.  

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Tres preguntas a Nicolás Fariña, presidente de la ONG Ayuda a Pueblos Originarios [por David Flier]. “Soy originario wichi, nací en Ingeniero Suarez, tuve una infancia feliz, en mi escuela. Luego en Buenos Aires estudié Derecho y Periodismo, pero no me olvidé de dónde vengo”, cuenta sobre el origen de la organización que, con 200 voluntarios, organiza viajes periódicos para ayudar (con donaciones, capacitación y acompañamiento) a distintas comunidades de pueblos originarios del país.

—¿Cuáles son los principales desafíos del trabajo con las comunidades de pueblos originarios?
—El principal desafío es visibilizar sus problemas, porque son cosas de las cuales no se habla porque no venden. Hay muchas etnias distintas, muy diferentes unas de otras, que no se conocen. Pero, además, tampoco se conocen todos los problemas que tienen. Como que llevar una donación de filtros de agua salva vidas, porque las personas tienen que caminar kilómetros para juntar agua, que encima está sucia. Pero aun así nos falta mucho: llevamos apadrinadas 22 comunidades, pero son solo el 5% de las que hay en el país, y es responsabilidad del Estado garantizar sus derechos. Estas comunidades son muy descuidadas.

—¿En qué radica la clave de su trabajo?
—Nuestro principal trabajo es viajar y estar con ellos. Además de llevarles donaciones de alimentos o filtros, de trabajar para que tengan escuelas o desarrollar huertas en las comunidades, lo más importante es convivir con ellos, pasar tiempo, comer juntos. Por eso nos reciben bien: porque nos cuidamos y aprendemos mutuamente. Y por eso el voluntario más importante está en la comunidad originaria, es el que nos pasa el reporte. Lo importante es que no se corte el vínculo. Ellos te esperan: como decía, están invisibilizados y para muchas comunidades la nuestra va a ser la única visita que reciban en mucho tiempo. Por eso es tan importante ir, no solo entregar la donación: a veces es más importante una charla sobre sus derechos, sobre inclusión o sobre salud.

—¿Qué puede surgir en alguna de esas charlas?
—Hace 5 años fui a una comunidad Nan Qom, en Formosa. Fui a hablar sobre derecho a jóvenes y adolescentes y empecé a hablar sobre la Constitución, lo básico. A una chica, Grecia, le gustó mucho. Me preguntó cómo aprender más del tema. Hoy ella está en segundo año de Derecho. Y contagió su interés a otras dos personas. Esa es la finalidad: dejar una semilla. Hoy ella sabe por qué su tierra debiera estar a su nombre, y que tiene derecho al agua, a la salud. Que un carnet no es un carnet para circular: es un documento que dice que somos ciudadanos argentinos. Por eso es importante ir y concientizar.

Podés seguir y apoyar el trabajo de Ayuda a Pueblos Originarios en sus redes sociales. Todas son: @ayudaapueblosoriginarios.

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En busca de generar contenido constructivo, lo sabemos, es necesario juntarse: construir comunidades comprometidas para generar un efecto mayor. Esto es especialmente relevante a la hora de comunicar. Por eso, es relevante el reciente lanzamiento formal de la Red latinoamericana de Periodismo Humano, que ya venía operando en los meses anteriores.

Se trata de una coalición de medios de distintos países de Latinoamérica que compartimos valores (como la solidaridad social, la inclusión, la apuesta por la educación, la lucha contra la pobreza, entre muchos otros), los cuales buscamos replicar a través de nuestros contenidos.

La alianza no solo implica la republicación de notas, sino que también es una muestra de que, en otros lugares del mundo, hay gente que persigue nuestros mismos ideales nobles. Y, si nos unimos, tenemos más posibilidades de alcanzarlos.

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A veces la solución a muchos problemas que afrontamos como comunidad puede estar muy cerca, incluso entre nosotros. Tan cerca como en el consejo de una abuela. Esta es la tesis que tienen en el Proyecto Abuelas: que muchas políticas en salud y desarrollo no consideran el rol de estas familiares mayores.

No solo se trata de “edadismo” (discriminación por edad) sino que es un desperdicio de un valioso capital. Porque aunque en muchas culturas de África, Asia y América las abuelas tienen un rol importante en sus familias, sus consejos no son considerados a la hora de establecer políticas públicas. Por ejemplo, autoridades sanitarias buscan capacitar a adolescentes (en temas como matrimonio, embarazos no deseados y mutilación genital) pero sin considerar la influencia de las abuelas. “La clave está en reconocer su experiencia, el trabajo que ya desarrollan y darles nuevos conocimientos que puedan combinar con su influencia en el resto del grupo”, dice Judi Aubel, directora de la organización. Ella dice que las abuelas están ávidas de aprender y que incorporarlas a los procesos hará más efectivo el desarrollo de políticas públicas.

Aquí hay una lección: no dejemos afuera a las abuelas. Su sabiduría, combinada con nuevos conocimientos, es una poderosa herramienta.

Leé el artículo completo que habla del trabajo del Proyecto Abuela.

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Foto: Prensa Ministerio de Ambiente/cf/Telam

Hace unos días repasaba un contenido de principios de marzo. Una nota en la que familias que habían sufrido daños en sus viviendas (en algunos casos habían perdido sus casas) durante el terremoto que azotó San Juan en enero, ahora sufrían las inclemencias del tiempo (lluvias, frío, crecientes de ríos) en hogares que no pudieron ser reparados. El daño, más de un mes y medio más tarde, seguía ahí.

“Nadie vino a preguntarnos, ni siquiera a saber si seguíamos vivos”, se quejó una señora.

Al margen de los damnificados por el terremoto, la nota es una oportunidad para reflexionar sobre un fenómeno que se repite: cuántas veces, en las horas inmediatas que siguen a la tragedia, el hecho lamentable acapara los títulos en los medios y nuestras ayudas y preocupaciones se multiplican. Pero, rápidamente, volvemos a la rutina y el problema parece quedar atrás.

Y hay tragedias que perduran. Podríamos decirlo de los incendios en la Comarca Andina de marzo, que también dejaron a muchas familias sin sus casas. De tantas inundaciones que se han sucedido en distintos puntos del país. De familias que buscan a niños y niñas desaparecidos por largo tiempo.

Haríamos bien en saber que quienes atraviesan una tragedia también necesitan de nuestra ayuda luego de que las cámaras abandonan el lugar. Y que esta, aunque no sea inmediata, sigue siendo muy valiosa.

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Recordá que queremos tu feedback para mejorar juntos OXÍGENO. ¿De qué tema creés que nos falta hablar? ¿A quién deberíamos entrevistar?

Reinventamos la home de redaccion.com.ar ¿ya la conocés?  El nuevo sitio busca ofrecer una experiencia más interactiva y simple a la hora de informarse y, al mismo tiempo, facilitar el compromiso ciudadano. Al final, vas a encontrar un espacio para decirnos qué te pareció (y ayudarnos a seguir mejorándola).

  • Vimos que la comunidad de lectores de RED/ACCIÓN comparte una característica: son ciudadanos comprometidos, activos en la búsqueda de una sociedad más tolerante e inclusiva. Una de las preguntas clave que busca responder esta nueva experiencia es ¿cómo puede RED/ACCIÓN ayudarlos en esa tarea?

Cuidate mucho, cuidalas mucho, cuidalos mucho.
Te mandamos un abrazo.

Juan.