¿Por qué nos cuesta tanto decir que no?

A veces, solemos asumir compromisos que en el fondo no queremos o que nos generan una gran sobrecarga o mucho estrés.

¿Por que nos cuesta  tanto decir que no?

Tanto en el trabajo como con la familia y amigos, solemos decir que sí a situaciones que sabemos que no vamos a poder o no queremos cumplir, solo para ser aceptados o para no quedar mal ante los demás.

¿Por que nos cuesta  tanto decir que no?

Miembros co-respondables y lectores de RED/ACCIÓN nos contaron sus experiencias:

Decía que sí porque quería destacarme, dar a entender que podía con todo. Me enfermé, tuve contracturas, descuidé mi salud emocional y física, hasta tuve un ataque de pánico.

OSJANNY, 34 AÑOS, TRABAJA EN UNA START UP DE DELIVERY.

¿Por que nos cuesta  tanto decir que no?

¿Por qué decimos que sí cuando quisiéramos (o deberíamos) decir que no?

Porque no nos gusta o queremos evadir la confrontación .

¿Por que nos cuesta  tanto decir que no?

Porque queremos  complacer al otro,  queremos sentir que  agradamos o que se nos necesita.

¿Por qué decimos que sí cuando quisiéramos (o deberíamos) decir que no?

¿Por que nos cuesta  tanto decir que no?

A veces alguien de la iglesia me pide que lo visite en su casa a las 16. Se que no hay forma de que llegue pero igual digo que sí.  Luego me estreso porque me doy cuenta de que no voy a poder.

SEBASTIÁN, PASTOR EN CONGREGACIONES DE LA IGLESIA ADVENTISTA EN NEUQUÉN.

Miembros co-respondables y lectores de RED/ACCIÓN nos contaron sus experiencias:

¿Por que nos cuesta  tanto decir que no?

Consejos para entender en qué situaciones debemos decir que no.

Hacé una lista de los “sí” que das en una semana. Cualquier reacción negativa al ver la lista indica la medida real.

Prestá atención a cómo dividís tu tiempo.

¿Por que nos cuesta  tanto decir que no?

Consejos para entender en qué situaciones debemos decir que no.

Aclará tus prioridades: ¿qué es más y qué es menos importante?

Dale el control a otras personas para facilitar tus responsabilidades.

Pensá en “no” antes de decir “si, no hay drama”.

¿Por que nos cuesta  tanto decir que no?

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