Estudios paleoclimáticos y la experiencia pasada sugieren que, si bien enfrentaríamos desafíos, nuestra capacidad de adaptación y los avances tecnológicos nos posicionan mejor para afrontar el futuro climático.
Se ha encontrado evidencia de prácticas funerarias entre los neandertales, lo que sugiere una capacidad cognitiva avanzada. Además, la cultura Musteriense, caracterizada por el trabajo de la piedra, revela detalles sobre la vida cotidiana y las habilidades tecnológicas de estos antepasados.
Un estudio reciente, publicado en Scientific Reports, revela cómo el uso de propulsores tecnológicos niveló el campo de juego entre hombres y mujeres prehistóricos en la caza, desafiando la noción de que la fuerza física era el único factor determinante en la organización social.