El proyecto Krafla Magma Testbed (KMT) comenzó su andadura en 2017, pero ha sido el anuncio de la primera misión de perforación en 2026 lo que lo ha popularizado en los medios de comunicación. Y no es de extrañar que haya ocurrido así, porque el túnel que planean construir para acceder a la cámara magmática del volcán Krafla es un aspecto muy llamativo del proyecto.
El objetivo del túnel es obtener acceso seguro y fiable a la cámara subterránea donde se almacena el magma del volcán. Así, se podrán tomar muestras del magma y desarrollar investigaciones experimentales que persiguen dos objetivos fundamentales: predecir desastres volcánicos y explorar nuevas formas más eficientes de aprovechamiento de la energía geotérmica.
A esta primera perforación le seguirá otra prevista para 2028, y se espera que en 2030 las instalaciones de medida y análisis estén operativas.
La energía de la Tierra
La geotérmica es la energía natural almacenada en el interior de la Tierra. La temperatura de la corteza terrestre aumenta con la profundidad y la energía almacenada a menudo se manifiesta directamente a través de las erupciones volcánicas en la superficie. Por esta razón, países como Islandia y Japón, con una actividad volcánica elevada, cuentan con mayor potencial de aprovechamiento de este tipo de energía.
Se trata de una fuente de energía muy versátil, porque puede aprovecharse el calor de forma directa (en piscinas y balnearios, en sistemas de calefacción de distrito, etc.), pero también es posible utilizarla para producir electricidad.
Los requisitos para el uso directo de la energía geotérmica pueden llegar a ser muy simples, y puede darse prácticamente en cualquier lugar del planeta.
Yacimientos geotérmicos
Para poder producir electricidad con una fuente de energía geotérmica es necesario tener acceso a un yacimiento geotérmico, cuyos requisitos son más difíciles de alcanzar. No solo es importante que geológicamente sean puntos de interés, también es importante que en la zona haya recursos suficientes para poder explotarlos.
Los yacimientos geotérmicos se pueden clasificar según su nivel energético (entalpía). Los de alta entalpía pueden utilizarse para producir electricidad, como es el caso del volcán de Islandia que quieren perforar.
Este tipo de yacimientos alcanza temperaturas superiores a los 150ºC, suficiente para generar vapor de agua y poner en funcionamiento un ciclo termodinámico similar al de una central térmica o nuclear.
El rendimiento de este proceso está ligado a la temperatura de la fuente, de tal manera que a mayor temperatura mayor será también la producción de electricidad. Es en este aspecto donde el proyecto KMT tiene su mayor interés, ya que en la cámara magmática del volcán Krafla se alcanzan temperaturas de más de 900ºC. Sin embargo hay una limitación: para aprovechar esta fuente de energía tienen que desarrollar nuevos materiales y sensores que sean capaces de soportar temperaturas tan extremas.
La tierra del fuego y el hielo
Islandia se encuentra en una localización privilegiada para el aprovechamiento geotérmico. Más de un 70% de la energía consumida en el país es de origen geotérmico. Han alcanzado incluso la autosuficiencia en la producción de electricidad combinando, principalmente, la geotermia con la generación hidroeléctrica. Su capital, Reykjavík, cuenta con un sistema de calefacción que funciona con agua calentada con energía geotérmica. Una vez que ha sido utilizada para calentar los hogares, se hace circular por las calles para fundir la nieve. Sin embargo, esta política adoptada por el gobierno islandés que fomenta el aprovechamiento geotérmico es relativamente reciente.
Abandonar los combustibles fósiles
Hasta 1970 Islandia basaba su política energética en los combustibles fósiles. Pero en 1973 el gobierno comenzó a trazar un plan estratégico para el aprovechamiento de la energía geotérmica, como consecuencia de una fuerte crisis producida por la subida de los precios del petróleo. Desde entonces, Islandia ha ido avanzando simultáneamente hacia la independencia energética y la descarbonización.
El plan del gobierno se articuló en dos fases: la primera entre 1999 y 2003, para recopilar datos, y la segunda entre 2004 y 2009 dedicada a la investigación y evaluación de los recursos geotérmicos.
El año 2009 fue un momento crucial para el avance de la investigación geotérmica, ya que en ese año se perforó por primera vez la cámara magmática del volcán Krafla. Aunque el hallazgo no estaba previsto, la perforación formaba parte de un proyecto precusor del KMT, el Iceland Deep Drilling Project (IDDP). Tanto el IDDP como el KMT demuestran el compromiso del gobierno islandés, que ha hecho a Islandia ganarse el merecido título de “La tierra del fuego y el hielo”.
Geotermia en otros países
Japón es otro de los países que cuenta con una ventajosa localización para el aprovechamiento geotérmico. Y el gobierno japonés se ha embarcado en proyectos que pretenden hibridar la energía geotérmica con la mareomotriz.
La idea fundamental consiste en emplear una turbina flotante o sumergida para captar la energía de las mareas, mientras se realiza una captación de la energía geotérmica del fondo del mar.
El gobierno chileno, además de estar inmerso en el aprovechamiento de sus reservas de litio, está empleando la técnica de la fractura hidráulica (fracking) para reutilizar antiguos pozos de petróleo y aprovechar fuentes de energía geotérmica.
En España los yacimientos de alta entalpía no son muy comunes y no tenemos una gran trayectoria en lo que se refiere a proyectos de geotermia. Sin embargo, sí hay una región en España que, salvando las distancias, podría llegar a ser nuestra Islandia. Se trata de las Islas Canarias, con actividad volcánica reciente (recordemos la erupción del volcán de La Palma) y recursos geotérmicos con potencial para su explotación.
El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) ha publicado recientemente una resolución de ayudas para estos proyectos, con una dotación de 49 millones de euros.
Excavar un túnel al interior de un volcán es una opción científica y rentable para conseguir sacar de la tierra la energía limpia y barata que necesitamos. La realidad, esta vez, supera a la ficción.
Javier Sánchez Prieto, Director Académico Máster Universitario en Energías Renovables UNIR, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.