Los arrecifes de coral atraviesan sus peores momentos en años. Debido a las frecuentes olas de calor y el estrés que estas le generan, los corales escupen las algas que viven en su tejido, que les proporcionan su color y la mayor parte de su energía. Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) y la Iniciativa Internacional de Arrecifes de Coral (ICRI), más del 54 % de los arrecifes de coral del mundo han sufrido en el último año blanqueamiento (lo que puede provocar la muerte masiva de corales).
Frente a esta incertidumbre surge el trabajo de Steve Simpson, profesor de la Universidad de Bristol, (Inglaterra) y de su equipo. A través de la ecoacústica, una ciencia todavía en desarrollo, trabajaron para repoblar arrecifes de coral en Australia, el Caribe, el Mar Rojo y Asia. Para atraer las larvas de coral y que se instalen en un arrecife degradado, los científicos transmiten grabaciones de ruidos de peces capturados cerca de un arrecife saludable y concurrido.
Según describen en Reasons to be cheerful, las larvas de coral suelen ser microscópicamente pequeñas y flotan en el océano antes de asentarse permanentemente en un arrecife. No tienen cerebro ni oídos, pero se ha descubierto que son sensibles al sonido, probablemente a través de sus diminutos pelos (cilias epidérmicas) que detectan las vibraciones.
Asimismo, el equipo descubrió que las larvas pueden detectar sonidos según la forma en que se mueven los pelos, por lo que pueden ser "engañadas" para que naden hacia (y se instalen en) un arrecife típicamente silencioso y poco saludable. El experto explica que a medida que los arrecifes de coral desaparecen, también desaparece su coro. "Cuando un arrecife disminuye, la diversidad y complejidad del sonido también desaparece", dice Simpson.
De acuerdo con un estudio en la revista Royal Society Open Science, el equipo instaló un parlante submarino que transmitía los sonidos de un arrecife próspero en un arrecife degradado frente a las Islas Vírgenes de los Estados Unidos en el Caribe. El experimento confirmó que el concierto submarino atrae hasta siete veces más larvas de coral y peces que un arrecife diezmado. En los trabajos realizados en el laboratorio, descubrieron que las larvas se sintieron particularmente atraídas por los gruñidos, graznidos y ruidos retumbantes de baja frecuencia emitidos por los peces territoriales, que pueden proteger los corales que crecen en el arrecife.
"La gente dice que los arrecifes de coral podrían ser el primer ecosistema que podríamos perder y a mí me gusta pensar que, por lo tanto, son el primer ecosistema que podemos salvar. Si están al borde del abismo y podemos salvar los arrecifes de coral, podemos salvar cualquier cosa. Y se convierten en un faro de esperanza", comenta Simpson a The Guardian.