Mientras a nivel global se debaten mayores medidas para combatir el Cambio Climático, el 2023 cerrará con un triste récord en esa materia de la mano del consumo de carbón, el energético que más emisiones contaminantes genera. De acuerdo a la Agencia Internacional de la Energía (EIA por su sigla en inglés) recién para el 2026 podría esperarse un descenso en su demanda, pero atado a lo que suceda en China.
Según la EIA, el año se encamina a cerrar con un nivel de demanda global de carbón de 8.540 millones de toneladas, un incremento interanual del 1,4% que se debió a la demanda principalmente de China (que se elevó un 5%) y de India (+8%), a raíz de una menor generación hidroeléctrica pero un incemento en la demanda de electricidad.
En contraposición, el 2023 marcó una baja en la demanda de carbón de la Unión Europea (-23%) y de Estados Unidos (-21%) que no alcanzaron a compensar el enorme volumen de demanda china.
La EIA indicó en su informe más reciente que recién para el 2026 prevén un escenario de menor demanda global de carbón, con una baja que en ese año podría ser del 2,6%.
Pero advirtieron que el escenario final dependerá de lo que suceda en China, un país que no solo es el mayor produtor e importador de carbón, sino también el principal consumidor a nivel mundial, pero que está realizando un importante despliegue de energías renovables.
El estudio consideró que si bien el plan de desarrollo renovable es alentador, el reemplazo del carbón dependerá más que de eso, del crecimiento económico que pueda tener el país asiático. Y es que advirtieron que «el dominio de China en el mercado del carbón es más fuere que el de cualquier otro país en cualquier otra fuente de energía».
El reporte es alentador en torno al inicio de una camino descendente en el uso de carbón pero también marca que las bajas deberán ser más marcadas de lo qeu se está visualizando para que se pueda cumplir con lienamientos como el Acuerdo de París.
A nivel mundial el carbón es la principal fuente de energía utilizada para la generación de electricidad, la industria siderúrgica y la del acero, pero es la mayor fuente de emisiones de dióxido de carbono (CO2).
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