Cómo escolarizamos a los refugiados ucranianos- RED/ACCIÓN

Cómo escolarizamos a los refugiados ucranianos

 Una iniciativa de Dircoms + RED/ACCION

Es necesario tomar medidas urgentes para atenderlos adecuadamente y que puedan continuar avanzando en su proceso educativo, sin perder ese derecho humano inalienable.

Cómo escolarizamos a los refugiados ucranianos

Existe una brecha social, cultural y educativa que se ha puesto de manifiesto con mayor evidencia en los años de pandemia y confinamiento. Afrontarla requiere de actuaciones que en muchos casos se llevan a cabo en los centros educativos, pero que en otros deben abordarse desde medidas de carácter político.

Esta es la única manera de cubrir todos los flancos y atender a la población escolar vulnerable, especialmente a la que está en sus etapas de escolaridad obligatoria.

La situación originada por la guerra en Ucrania ha supuesto la salida de millones de personas que deben refugiarse en países de toda Europa y otros países dispuestos a darles acogida. En España, por ejemplo, tenemos a más de cuatro mil niños ucranianos escolarizados, intentando que su vida habitual no sufra por falta de escuela.

Son evidentes, de inmediato, los efectos positivos de esta escolarización para su incorporación a la nueva vida y a la nueva sociedad que los espera. No es nuevo el recibir a personas con la condición de refugiadas por razones de guerra, persecución política, etc. Pero la cantidad de personas afectadas, y la rapidez de su llegada, ha desbordado todas las previsiones que se pudieran tener en los países de acogida inmediata.

Es necesario tomar medidas urgentes para atenderlos adecuadamente y que puedan continuar avanzando en su proceso educativo, sin perder ese derecho humano inalienable.

La importancia de los primeros años

Es en los primeros años de evolución personal cuando más repercutirá la educación en el apropiado desarrollo de la persona, pues, si se interrumpe (unas veces temporalmente, otras de forma definitiva) se causarán graves perjuicios y quedarán huellas imborrables en su formación personal y social.

Sin la atención y formación inicial apropiadas, difícilmente los menores que se incorporen a la sociedad española (o de otros países) podrán desarrollar sus capacidades y adquirir las competencias imprescindibles para aspirar a un futuro digno y cumplir sus expectativas de vida.

Las opciones mediante las que se atiende a la población vulnerable pretenden dos objetivos fundamentales: por un lado, prevenir las situaciones de vulnerabilidad; por otro, superarlas.

Opciones de apoyo para alumnado inmigrante

  1. Aulas de enlace o acogida, para lograr el rápido aprendizaje de la lengua vehicular del sistema.
  2. Servicios de intérpretes y traductores, para facilitar la participación de las familias en los centros docentes y acceder a la documentación de importante conocimiento para ello.
  3. Servicios de apoyo itinerantes para diferentes centros que escolarizan alumnado inmigrante y precisan de orientación para atenderlo.
  4. En España existen dos programas consolidados en los centros ordinarios y con amplia tradición, como son el Programa de Lengua y Cultura Portuguesas y el Programa de Lengua Árabe y Cultura Marroquí, atendido por España, Portugal y Marruecos y con profesorado de origen.

Opciones de apoyo para alumnos enfermos

La población vulnerable o en riesgo de vulnerabilidad incluye a los niños que necesitan apoyo mientras están enfermos en sus domicilios o permanecen ingresados en el hospital. Para ellos se cuenta con:

  1. Unidades de apoyo educativo en centros hospitalarios con camas pediátricas (aulas hospitalarias). La escuela permanece en el hospital y el alumnado continúa con su actividad escolar habitual.
  2. Servicio de apoyo educativo domiciliario, para el alumnado que debe mantenerse convaleciente en casa, a pesar de tener el alta hospitalaria.
  3. Centros educativo–terapéuticos, para la atención al alumnado con trastornos psiquiátricos durante los periodos de crisis grave. Personal médico, educativo y social atiende a los estudiantes y a sus familias.

Opciones para el alumnado con desventaja social

  1. Programas de colaboración externa entre los centros y organizaciones sin ánimo de lucro, con objeto de llevar a cabo refuerzos escolares, creación de hábitos de trabajo, acompañamiento del alumnado desprotegido en determinados horarios, etc.
  2. Regulación legal para la incorporación adecuada de la población al sistema en función de su edad: aulas taller (en centros de Educación Secundaria), programas de diversificación curricular, unidades de formación e inserción laboral (para mayores de 16 años).
  3. Apertura de aulas fuera del horario escolar, que atiendan a la población general del barrio donde se ubica el centro en temas de culturización: informática, biblioteca, música, danza, deporte, teatro, etc.
  4. Programas de compensación educativa, para alumnado con más de dos años de desfase escolar entre el curso que le correspondería por edad y el que tiene por competencias adquiridas.
  5. Control del absentismo escolar.
  6. Programas de mediación educativa, con objeto de lograr la resolución de conflictos dentro del propio centro, la continuidad de la escolarización durante toda la etapa obligatoria (especialmente de las niñas, de etnia gitana o religión musulmana), la superación de situaciones de acoso escolar, etc. Pueden realizarse con familias y personal institucional o con la colaboración de entidades sin ánimo de lucro o de las propias Administraciones.
  7. Medidas de carácter complementario: ayudas de comedor escolar o para la adquisición de libros de texto, por ejemplo.

Medidas permanentes

Estas posibilidades, que el sistema educativo tiene disponibles para prevenir y superar las posibles situaciones de vulnerabilidad, se complementan con otras, menos específicas, pero totalmente transversales, que deben aplicarse de modo permanente:

  • La formación continua del profesorado.
  • El mantenimiento de la red de educación de personas adultas.
  • La escolarización equilibrada en todos los centros respetando los principios de educación inclusiva.
  • La existencia de personal de apoyo cuando sea preciso.
  • La flexibilidad de horario o las actuaciones de fomento de la interculturalidad.

Todas ellas contribuirán eficazmente a intentar que la brecha social existente disminuya con la rapidez deseada.

*María Antonia Casanova es profesora de la Universidad Camilo José Cela y Directora del Instituto Superior de Promoción Educativa (Madrid), Universidad Camilo José Cela.

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation.

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