Diseño plano: la lógica de lo sencillo - RED/ACCIÓN

Diseño plano: la lógica de lo sencillo

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El diseño plano se caracteriza por la simplicidad de las formas, la geometría, la bidimensionalidad, la legibilidad y el uso de colores planos y vibrantes. Es decir, un diseño limpio y orientado a la usabilidad. Se volvió una tendencia en el diseño durante los últimos años.

Diseño plano: la lógica de lo sencillo

Ejemplo de un diseño plano. VideoPlasty/Wikimedia Commons, CC BY-SA

En los últimos años, muchas marcas han simplificado sus logos y se han desprendido de elementos visuales innecesarios. Se trata de la tendencia al diseño plano o flat design. Lejos de ser una novedad, el diseño plano supone un regreso a lo esencial.

¿Qué es el diseño plano?

El diseño plano se caracteriza por la simplicidad de las formas, la geometría, la bidimensionalidad, la legibilidad y el uso de colores planos y vibrantes. Es decir, un diseño limpio y orientado a la usabilidad.

Para comprender mejor en qué consiste esta tendencia, vamos a aproximarnos al lado opuesto: el esqueumorfismo. Con este término nos referimos a un estilo de diseño que imita la apariencia de los objetos en el mundo real. Para ello se vale de recursos como el uso de sombras, brillos y texturas que aportan volumen y realismo.

A la izquierda, un ejemplo de diseño esqueumorfista. A la derecha, un diseño parecido en diseño plano.
A la izquierda, un ejemplo de diseño esqueumorfista. A la derecha, un diseño parecido en diseño plano. TTerlizz y Elegant Themes en Wikimedia Commons, CC BY-SA

El cambio de milenio vino acompañado del auge de Internet y de las TIC. En este nuevo escenario, la interacción del usuario con distintas pantallas comenzó a ser cada vez más frecuente. Para lograr una experiencia de usuario más intuitiva, algunas compañías comenzaron a adoptar un diseño realista en sus interfaces. Esta tendencia la encontramos, por ejemplo, en las primeras versiones del sistema operativo iOS de Apple.

Durante este periodo muchas marcas adaptaron su identidad visual a esta nueva corriente estética. Por ejemplo, la mayoría de las marcas de automóviles rediseñaron sus logos con una apariencia tridimensional.

El esqueumorfismo facilitó la transición del mundo físico al digital, al familiarizarnos con el uso de las tecnologías. Conforme nos hemos ido adaptando a este nuevo entorno, ya no es necesario imitar la apariencia realista de los objetos para comprenderlos. Esto da paso a un cambio de paradigma: el diseño plano.

Los orígenes del diseño plano

A comienzos del siglo XX, la psicología de la Gestalt estudió la percepción visual. Una de sus conclusiones es que las personas tendemos a simplificar la realidad que percibimos. Por eso, preferimos las formas sencillas, geométricas y ordenadas. Una figura compleja contiene demasiada información que debemos procesar, y eso requiere un mayor esfuerzo por nuestra parte. En consecuencia, un diseño simple facilitará la comprensión.

Las señales de tráfico, como esta de Malasia, buscan transmitir mucha información en poco tiempo, de forma sencilla y eficaz.
Las señales de tráfico, como esta de Malasia, buscan transmitir mucha información en poco tiempo, de forma sencilla y eficaz. CEphoto, Uwe Aranas, CC BY-SA

Esta cualidad de las formas se denomina pregnancia visual. Por ejemplo, las señales de tráfico y la señalética de los aeropuertos tienden a la máxima simplicidad, pues su función es informarnos de manera eficaz e inmediata.

Las leyes de la Gestalt fueron aplicadas por la escuela Bauhaus, cuyo estilo de diseño se caracterizó por la limpieza y la funcionalidad. La influencia de la Bauhaus en el diseño gráfico ha llegado hasta nuestros días y una muestra de ello es el diseño plano.

La experiencia del usuario

El diseño implica una reflexión sobre cómo nos relacionamos con los objetos que nos rodean y cómo nos hacen sentir. Ayuda a entender cómo funcionan las cosas de manera intuitiva y está presente en lo cotidiano. Por lo tanto, el usuario debería estar en el centro de cualquier proceso de diseño.

En la actualidad, hay una disciplina expresamente encargada de lograr que la interacción del usuario con un dispositivo, un producto o un servicio sea lo más intuitiva, fluida y placentera posible. Se denomina experiencia de usuario o UX.

Pero hay que tener en cuenta que esto no es nuevo. La orientación a la funcionalidad y la usabilidad siempre han estado presentes en el diseño. Ya a finales del siglo XIX, el arquitecto Louis Sullivan había sentenciado “form follows function”, es decir, que la apariencia de un objeto está subordinada a su función.

Imagen de una casa de una planta totalmente acristalada en medio de la naturaleza.
La Casa Farnsworth diseñada por Mies Van Der Rohe es preciosa pero muy poco práctica para vivir día a día. Victor Grigas/Wikimedia Commons, CC BY-SA

Al popularizar la frase “menos es más”, Mies van der Rohe, último director de la Bauhaus, reivindicó la sofisticación de la sencillez y sintetizaba los principios del minimalismo. Sin embargo, esta filosofía fue insuficiente cuando olvidó al usuario: la casa más bella diseñada por Mies resultó ser preciosa pero inhabitable.

Así, en el siglo XX, el diseñador industrial Dieter Rams enunció diez principios que debe seguir el buen diseño. Se resumen en “Menos, pero mejor”: alcanzar la excelencia a través de lo esencial, situando al usuario en el centro.

Pictogramas creados por Otl Aicher para los Juegos Olímpicos de 1972 en Múnich. En este caso, representan el atletismo y el fútbol.
Pictogramas creados por Otl Aicher para los Juegos Olímpicos de 1972 en Múnich. En este caso, representan el atletismo y el fútbol. Canis dirus/Wikimedia Commons, CC BY

En el ámbito del diseño gráfico, el Estilo Internacional Suizo recogió el testigo de la Bauhaus. Estos mismos principios de limpieza y funcionalidad se encuentran presentes en la identidad visual que Otl Aicher creó para las olimpiadas de Munich 72 o en el sistema de señales que Adrian Frutiger diseñó para el aeropuerto Charles de Gaulle de París.

Tampoco podemos olvidar a Susan Kare, autora de los famosos iconos del escritorio de los primeros Macintosh en 1984, que obligaron a Microsoft, su competidor, a desarrollar el sistema Windows. El diseño de Kare facilitó la interacción del usuario gracias a su simplicidad, claridad y estética amigable.

La historia se repite

Imagen del logo de Volkswagen de 2012, más tridimensional, frente al nuevo logo, de 2019, con una estética más plana y _vintage_,
Imagen del logo de Volkswagen de 2012, más tridimensional, frente al nuevo logo, de 2019, con una estética más plana y vintage, RoanDM/Wikimedia Commons

El diseño plano y todas las filosofías de diseño que reivindican lo esencial no están exentos de críticas y detractores. En este sentido, se le puede calificar de frío, monótono, aburrido e indiferenciado.

Como respuesta al esqueumorfismo, el diseño plano no deja de ser un ejemplo más de los ciclos de acción y reacción que se alternan en la historia del diseño. Se trata, en definitiva, de un diálogo entre lo esencial y lo superfluo.

Fernando Carcavilla Puey, Doctor en Comunicación, Universidad San Jorge

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.