El arte de cruzar oficios- RED/ACCIÓN

El arte de cruzar oficios

 Una iniciativa de Dircoms + RED/ACCION

Cada vez son más los actores y actrices que salen de su zona de confort y prueban suerte en la literatura. ¿Cómo les va a estos libros en el difícil mercado editorial?

El arte de cruzar oficios

¡Hola amigos! Bienvenidos nuevamente a SIE7E PÁRRAFOS, nuestro encuentro semanal de libros. Hoy vamos a conversar sobre los autores que llegaron a la literatura desde otro oficio. Además, los comentarios de Fernando Santillán e Ingrid Beck

1. El arte de cruzar oficios

Hay actores y actrices que escriben libros. Se ve que ese murmullo interno que les permite ser otros les sigue hablando cuando se bajan del escenario o salen del set, y deben hacer algo con eso. Una buena forma de canalizarlo es escribir. Un alivio para la locura. Y una buena recompensa: un libro. Un libro propio.

Me acuerdo cuando leí Postales del abismo de Carrie Fisher (Tusquets). No me resultaba  menor saber que la autora de esa divertidísima novela era la princesa Leia Organa de Star Wars. Y esto es justamente lo que piensan los editores a la hora de presentar actores como autores: entre la primera novela de un desconocido o de un famoso, mejor la del famoso. Va a tener más prensa y quizás salga del mundo literario para conquistar nuevos públicos. Es, digamos, un apuesta menos riesgosa.

Según dicta la experiencia, a veces funciona y a veces no. En general no funciona, es difícil trasladar al público de la tele o del Instagram a la lectura. Participé en infinidad de reuniones editoriales donde se presentan potenciales autores con el respaldo de la cantidad de seguidores que tienen en redes o el público que convocan, pero lamentablemente son mundos distintos. Moria Casán llena teatros y su libro pasa sin pena ni gloria, por poner un ejemplo extremo.

2. Construcción de la literatura

Una nueva pregunta sería: qué es lo que lleva al público de un lado al otro. Si un standupero puede llenar teatros, significa que mueve a su público de lo digital a lo real. ¿Por qué no puede entonces llevarlo a comprar libros? Una primera aproximación sería: porque no está ahí. El seguidor lo que quiere, arriesgo, es ver a su seguido, no leerlo.

Sin embargo, hay algunos casos de excepción, como el de Magalí Tajes, que tiene cientos de miles de seguidores y vende miles de libros. Quienes la siguen y persiguen van detrás de su pensamiento, de su manera de ver la realidad, de su forma de decir. En ese sentido, Magalí sí está en sus libros. Y esta podría ser la explicación éxito.

Pienso en otros libros de actores y actrices. Algunos es muy pronto para juzgar, otros ya llevan algún recorrido. La novela de Gonzalo Heredia, Construcción de la mentira, fue publicada el año pasado por Alto Pogo. Significó para la editorial su libro más vendido del año. Además, recibió críticas bastante buenas. Se notaba ahí la humildad de un escritor que tiene mayores ambiciones pero pretende hacer el camino desde abajo. Podría haberle ido a tocar la puerta a una de las grandes editoriales y sin embargo eligió una independiente. Ese solo gesto ya lo pone, a mi parecer, en un camino correcto. No es, además, una novela sencilla y tonta, hay una búsqueda incluso en contra del lector. Cuánto agradezco cuando un escritor no sale a la búsqueda de likes sino de la literatura.

Otro libro es por ejemplo el de la actriz Thelma Fardin. El arte de no callar repasa parte de su historia pero también ofrece reflexiones y herramientas y un acercamiento personal e interesante al feminismo. No es un libro hecho así nomás sino un trabajo responsable, que también se agradece. ¿Cómo fue en ventas? Es demasiado pronto para decirlo pero, nunca más justo, tal vez sea lo de menos.

3. Algunos buenos ejemplos

Más allá de que aseguren o no el éxito, los libros muchas veces son buenísimos. Mis recomendados:  Buenos, limpios & lindos de Vera Fogwill (Seix Barral), Un objeto de belleza de Steve Martin (Literatura Random House), El papel preponderante del oxígeno de Angeles Salvador (Reservoir), Las malas de Camila Sosa Villada (Tusquets) y Me peleé a los gritos con el manager del spa de Carla Quevedo (Trópico). También Romina Paula que ya tiene una obra sólida como para que entrar en la categoría de actriz que escribe.

Y aquí, los libros de no ficción de la semana:

4. Aquellos años del boom, de Xavi Ayén, comentado por Fernando Santillán

“En Aquellos años del boom, el periodista catalán Xavi Ayén escribe algo así como “todo lo que siempre quiso saber sobre el boom literario latinoamericano y nunca se animó a preguntar”. Su gran mérito es su nivel de detalle: podemos enterarnos hasta de cuándo fue operado de hemorroides Mario Vargas Llosa. Eso habla de un autor que siguió el tema desde cerca durante años, y que cuenta con un enorme material documental, incluyendo entrevistas con prácticamente todos los personajes relevantes”. Aquí el comentario completo.

5. La revolución de las hijas, de Luciana Peker, comentado por Ingrid Beck

“Leo La revolución de las hijas como la continuidad de La revolución de las mujeres (Eduvim, 2018). En la tónica en la que describió los cambios inmensos y todavía inconmensurables que el movimiento de mujeres impulsó e impulsa en los distintos sectores del Estado y de la sociedad en aquel libro, encara este nuevo trabajo, minucioso, informativo, periodístico, sobre los feminismos como protagonistas indiscutibles en la política local y global de la actualidad. La revolución de las hijas nació al calor de la marea verde por el aborto legal y con el fuego encendido de los encuentros nacionales de mujeres, de las movilizaciones Ni Una Menos, de los paros feministas, de la denuncia de Thelma Fardin y el Mirá cómo nos ponemos. Muchas de las exposiciones de quienes defendían el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo, tanto en el debate en comisiones como en el recinto, mencionaron a las adolescentes en tanto hijas y en tanto sujetas políticas como protagonistas de este momento histórico. Todo eso refleja Peker en su libro”. Aquí el comentario completo.

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Sobre libros y escritores. Todos los martes, por Javier Sinay.

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