El negocio de la carrera espacial se dispara - RED/ACCIÓN

El negocio de la carrera espacial se dispara

 Una iniciativa de Dircoms + INFOMEDIA

Gracias a los avances tecnológicos, la propiedad de los datos captados por los satélites ya no está sólo en manos militares y de los gobiernos. Grandes magnates como Elon Musk, Jeff Bezos o Richard Branson han impactado significativamente en el desarrollo de la tecnología espacial. Ahora, wl surgimiento de nuevas empresas dentro del sector espacial va a fomentar un entorno más competitivo y promover la adopción de nuevos modelos de negocio y tecnología.

El negocio de la carrera espacial se dispara

Blueee77/Shutterstock

Los pequeños satélites como CubeSat han revolucionado la industria del espacio por su simplicidad, estandarización y eficiencia en costes (cost-efficiency) en relación a su diseño y la escalabilidad de su producción. Estos aspectos han abierto nuevas oportunidades de negocio, despertando el interés de pequeñas empresas con intereses comerciales en Europa como Open Cosmos, Planet, Satellogic, Sateliot o GomSpace.

Datos al alcance de todos

Gracias a los avances tecnológicos, la propiedad de los datos captados por los satélites ya no está sólo en manos militares y de los gobiernos. Ahora también participa la empresa privada; es lo que se ha dado en llamar new space y que ha dado pie a la comercialización de los datos a unos precios accesibles para las pequeñas y medianas empresas.

La entrada de nuevos jugadores dentro de la industria del espacio puede mejorar la accesibilidad y asequibilidad de los datos (imágenes, internet, etcétera) que estas empresas proveen no solo a la sociedad sino también a diferentes sectores económicos. Por ejemplo, a la agricultura para mejorar el rendimiento de los cultivos o identificar fugas a las empresas industriales para paliar el impacto medioambiental.

Magnates espaciales

Grandes magnates como Elon Musk, Jeff Bezos o Richard Branson han impactado significativamente en el desarrollo de la tecnología espacial. Innovaciones clave como el desarrollo del vehículo de transporte hipersónico de Starship o el cohete reutilizable Falcon Heavy, impulsadas por la empresa SpaceX de Elon Musk han supuesto un cambio radical e impulso en la comercialización del espacio.

Estos desarrollos tecnológicos han atraído la atención de inversionistas privados y han impulsado la creación de nuevas empresas dentro del sector espacial para dar respuesta a los diferentes retos que se plantean. Como por ejemplo Kreios Space en los sistemas de propulsión, Rocket Lab en los cohetes reutilizables o PlanetAISpace dando soluciones de valor añadido para mejorar la sostenibilidad del planeta.

El despliegue de grandes constelaciones de satélites como OneWeb, Starlink o el Proyecto Kuiper, de Amazon, está permitiendo dar acceso a internet a áreas remotas donde no llegan aún las infraestructuras terrestres.

También se trabaja en la reducción de costes, que permitan ajustar los precios de los servicios para hacerlos accesibles a las empresas pequeñas y medianas. Por ello, empresas como Open Cosmos o Satellogic tienen como objetivo principal desarrollar satélites al menor coste y en el menor tiempo posible.

El gran despliegue de constelaciones de satélites que orbitan a menos de 450 kilómetros de la Tierra está transformando el fenómeno new space en el big space. Esta revolución espacial quiere poner al alcance de todos soluciones de un alto valor añadido a un coste accesible.

Por ejemplo, uno de los servicios que ofrece la empresa PlanetAISpace es la detección de fugas de metano en pozos, en funcionamiento o abandonados, en cualquier lugar del mundo. Esto lo hace gracias al procesado de imágenes que recibe de diferentes satélites que orbitan alrededor de la Tierra.

Orden internacional y colaboración

Para que esta transformación en los negocios del sector espacial tenga éxito se necesita un nuevo modelo de gobernanza. Pero también es importante que exista una colaboración más estrecha entre los agentes públicos y privados. Además, se necesitan alianzas internacionales dentro del sector.

En mayo de 2022, el think tank estadounidense Atlantic Council publicó el informe “Pequeños satélites: Implicaciones para la seguridad nacional”, en el que pone el énfasis en la necesidad de ampliar y profundizar las alianzas internacionales en el sector del espacio:

“(Se necesita) fortalecer la gobernanza global de las actividades espaciales, impulsar el intercambio de conciencia situacional espacial y la coordinación del tráfico espacial, e involucrar a la comunidad internacional para mantener y fortalecer un orden internacional basado en reglas para el espacio”.

Hora de adaptarse y reinventarse

El surgimiento de nuevas empresas dentro del sector espacial va a fomentar un entorno más competitivo y promover la adopción de nuevos modelos de negocio y tecnologías.

Las empresas tradicionales se van a ver obligadas a adaptarse y reinventarse para seguir siendo relevantes frente a estas iniciativas disruptivas. Esto nos lleva a la creación de nuevos modelos de negocio como son:

  1. Proveedores a escala global de internet vía satélite o la integración vertical del servicio satelital, desde su fabricación hasta el análisis de los datos recogidos.
  2. Nuevos canales de ingresos basados en la percepción del cliente sobre el valor de los servicios ofrecidos: paga por el valor percibido, (pay what you want, PWYW).
  3. La gestión de proyectos mediante la metodología Agile (que permite actuar en entornos flexibles), la automatización de los procesos y el cloud-computing para reducir los costes, mejorar el acceso a estos servicios y permitir la democratización del espacio ultraterrestre.

Aunque el desarrollo tecnológico viene antes que los cambios normativos, la mayoría de los gobiernos están empezando a crear nuevas leyes y regulaciones para abordar la ciberseguridad, la protección de datos y la integración con tecnologías innovadoras como la inteligencia artificial, cuestiones presentes en el desarrollo de los nuevos modelos de negocio espaciales.

Silvia Rodriguez-Donaire, Profesor Docente e Investigador de los Estudios de Economia y Empresa, UOC - Universitat Oberta de Catalunya

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.