Las imágenes creadas por inteligencia artificial han sido un fenómeno en los últimos meses. Una de las herramientas principales para crearlas es Midjourney de Microsoft, que ha sido todo un boom debido a su capacidad de crear con una precisión sorprendente y que ha llegado a casi todos los rincones del mundo.
Hace poco más de diez días el equipo de Midjourney lanzó la segunda edición de Midjourney Magazine, una revista en papel que muestra, principalmente, imágenes creadas por la inteligencia artificial. Pero ¿qué es lo más interesante de la propuesta?
Según Entrepeneur, la idea de la revista es presentar en cada ejemplar una selección de las mejores imágenes creadas por los usuarios utilizando Midjourney, así como entrevistas con miembros destacados de la comunidad de la plataforma. “Pretendemos mostrar una amplia gama de intereses y técnicas que reflejen nuestra comunidad”, aseguran en su página oficial.
Además, destacan que para cada edición reúnen los trabajos más valorados en una biblioteca de 20 mil imágenes. De ahí, un equipo selecciona manualmente las preseleccionadas para la revista. “Las imágenes se eligen en función de una serie de factores, como la claridad conceptual, la originalidad, la belleza, lo llamativo, la diversidad estilística y la composición”, explican en la página.
En detalle, la revista vale 4 dólares y consiste de 114 hojas llenas de imágenes de alta calidad que están apenas agrupadas bajo una temática y con un epígrafe que contiene las instrucciones que han sido utilizadas para crearlas, la persona que las generó y la plataforma de IA generativa de la que se extrae su contenido, según informa una nota de Wired.
Si hay un rasgo de humanidad en esta edición es la entrevista de ocho páginas a Bob Bonniol, un diseñador que ha utilizado Midjourney para plasmar sus ideas. Más allá de eso, todo fue generado con la inteligencia artificial y, por más asombroso que parezca, también puede ser desolador.
“Las revistas cuentan con un vehículo para contar historias y expresarse y así conectar con el lector”, dijo en una conversación con Wired, Michelle Pegg, cofundadora de Curate Creative, una agencia con sede en el Reino Unido. “Lo que más hace falta en esta revista es la conexión humana. No hay historias, no hay una razón detrás de las imágenes por la que quiera saber más, no hay una razón para ese estilo”, concluyó.
En esta línea, el periodista y autor de la nota de Wierd admitió que él estaba haciendo un esfuerzo para que esta revista le guste y quería que así fuera pero “siente que no tiene alma”. Y este es el gran problema de la IA: nunca –ni en el corto o largo plazo– podrá imitar el alma, la impronta del ser humano en el arte, en la música, en el teatro, en la escritura, en las miradas.
El gran desafío es, por el momento, no anestesiar esa cualidad de nuestra especie ni dejar que sea opacada por la inteligencia artificial. Parece fácil, pero poco a poco es más estrecho el contacto que tenemos con esta tecnología y más difícil distinguirlo.
