Pueblos de ensueño, poco conocidos y para descubrir en Argentina - RED/ACCIÓN

Pueblos de ensueño, poco conocidos y para descubrir en Argentina

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El país tiene un universo de paisajes para todos los gustos y muchos eligen viajar a los destinos más conocidos. Descubrir cuáles esos lugares vale la pena.

Pueblos de ensueño, poco conocidos y para descubrir en Argentina

Este pueblo La Carolina fue el epicentro de la fiebre del oro en Argentina durante los siglos XVIII y XIX.

A lo largo y ancho del país, Argentina tiene cientos de pueblos que deslumbran con su encanto. Estos destinos no tradicionales invitan a los viajeros a ampliar su experiencia por lugares recónditos, llenos de historias y desconocidos para la mayoría.

A lo largo y ancho de l país, Argentina tiene cientos de pueblos que deslumbran con su encanto. Estos destinos no tradicionales invitan a los viajeros a ampliar su experiencia por lugares recónditos, llenos de historias y desconocidos para la mayoría.

Su historia, se puede imaginar con tan solo transitar sus calles empedradas y contemplar su arquitectura colonial. Este pueblo de altura fue el epicentro de la fiebre del oro en Argentina durante los siglos XVIII y XIX, primero con los españoles, luego con los ingleses quienes agotaron los recursos de sus montañas.

El río es amarillo, está lleno de minerales y dada su oxidación adopta ese color que lo hace único. En ese río se puede hacer la excursión de revivir la búsqueda de oro con paila, una mezcla insípida de agua con arena, para que el oro precipite en el fondo del plato cónico, que suelen llamar sombrero chino o fuente minera.

Y el paseo por el interior de las minas, donde aún se conserva la costumbre de la búsqueda manual del oro, se puede realizar todo el año. Los amantes del turismo aventura también pueden hacer actividades como rappel, escalada, tirolesa, trekking y cabalgatas.

Está a 80 km de la capital puntana, por la RP9, de camino pavimentado y se encuentra ubicada a más de 1500m de altura.


Malargüe, Mendoza


En el Sur de Mendoza, el departamento de Malargüe cuenta con un amplio abanico de experiencias para que descubras tesoros de la naturaleza. Se pueden hacer actividades de turismo aventura como cabalgatas, canopy, trekking y más.

La Payunia es de esos lugares que a uno le hacen sentir que viajó a otro planeta. Este gran territorio está colmado de más de 900 volcanes inactivos.

Se encuentra a 208 kilómetros de la ciudad por la ruta 185, Otro de los imperdibles en un viaje a Malargüe es el tour para descubrir el interior del Malacara, un volcán hidromagmático, único en Sudamérica.

La Caverna de las Brujas, al ingresar a esta cueva de rocas calcáreas a te envuelve la oscuridad y el silencio, el corazón comienza a latir más rápido y la respiración se hace más profunda. Son 200 metros los que se pueden recorrer, en el trayecto uno pasa por pequeños pasadizos que dejan sin aliento a todo.

Malargüe cuenta con dos de los 8 laberintos de Argentina, a solo 4 Km de la ciudad, este espacio cuenta con más de 100.000 almácigos de siempre verdes y arabia; también un gran predio de árboles con más de 15 variedades entre álamos y sauces.

Malargüe se encuentra al sur de la provincia de Mendoza y la Ruta 40 pasa por el centro de la ciudad. Esta ruta comunica a Malargüe con la Patagonia, está a 595 km de Neuquén, de Bariloche a 909 km.


Valle Fértil, San Juan


Este pequeño pueblo de San Juan atrae con su riqueza paleontológica y su diversidad de actividades recreativas. Se encuentra a casi 250 km de la capital y su entorno se destaca por una vegetación variada, donde conviven cardones, jarillas, cactus y algarrobos, entre otras especies.

Cabalgatas, senderismo y trekking son opciones para adentrarse en la belleza natural del lugar. Además, se pueden visitar museos y chacras para conocer la riqueza cultural y agrícola de la zona, mientras que los amantes de la ornitología pueden avistar aves en su hábitat natural.

A tan solo 75 km de San Agustín de Valle Fértil, te encontrarás con el gran motivo para ir: el impresionante Parque Provincial Ischigualasto, conocido popularmente como el “Valle de la Luna”. Este sitio es famoso por sus formaciones geológicas y su riqueza paleontológica, que lo han llevado a ser declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, en conjunto con el Parque Nacional Talampaya.

Las Barrancas Coloradas, con sus 200 metros de altura, son un testimonio de la erosión eólica que ha moldeado el paisaje durante milenios. El hierro presente en la zona otorga a estas formaciones un color rojizo. Entre las diversas formaciones rocosas, te encontrarás nombres tan curiosos como El Gusano, El Hongo, La Esfinge y La Cancha de Bochas. Estas formas caprichosas, moldeadas por el viento y el agua, parecen sacadas de un cuento de fantasía.

Pero Ischigualasto no solo ofrece belleza natural, sino también una fascinante historia geológica y paleontológica. Los fósiles de animales y plantas presentes en el parque dan cuenta del pasado remoto de la tierra, representando el Período Triásico.


Villa Tulumba, Córdoba


Entre callecitas empedradas, farolas añejas y antiguas casonas del siglo XVIII y XIX, Villa Tulumba, de Córdoba es un “museo a cielo abierto” detenido en el tiempo, que refleja la época de las colonias. Se trata de uno de los pueblos más antiguos de la provincia.

Si vas una buena idea es visitar su icono más destacado: la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, que data de 1882. En su interior, resaltan un antiguo tabernáculo de estilo barroco y las pinturas del artista Martín Santiago.

En el corazón del casco histórico, las Cuatro Esquinas es otro de los rincones más pintorescos, tanto que sirvió de inspiración para las obras de múltiples artistas. Por su parte, la Calle Real desemboca en otra posta infaltable: la casa de la familia Reynafé, una de las más influyentes del país. Fue en ella donde se ideó la masacre de Barranca Yaco, que terminó con el asesinato del general Facundo Quiroga en 1835.

Su entorno natural es bastante agreste; sin embargo, el río Suncho, que atraviesa de oeste a este la localidad, es el principal punto de encuentro entre tulumbanos y visitantes. Bordeado de vegetación autóctona, reúne su mayor caudal en la zona de Laguna del Molle y son sus márgenes el mejor recorrido para recorrer a pie, a caballo o en bicicleta.

Villa Tulumba se encuentra a 150 kilómetros de la ciudad de Córdoba. En colectivo, se puede ir con Fonobus. En auto, habrá que tomar la RN 9 o elegir la ruta 60, desviando luego por la ruta 16 en Deán Funes o en San José de la Dormida.

Este contenido fue originalmente publicado en RÍO NEGRO y se republica como parte del programa «Periodismo Humano», una alianza por el periodismo de calidad entre RÍO NEGRO y RED/ACCIÓN.