Un taller de herrería convoca a jóvenes de barrios vulnerables de Bariloche que transforman chatarra en esculturas
Herreros de la Luz funciona desde hace siete años en un galpón donde aprender un oficio es un vehículo para que jóvenes y adolescentes encuentren escucha, contención y posibilidades de crear. Algunas de sus piezas de arte hechas con clavos, tornillos, hierros, chatarra y todo tipo de objetos metálicos reciclados se exhiben en lugares públicos de Bariloche y están a la venta en hoteles. “La basura que pisaron toda su vida la transforman en esculturas que los enaltecen, los hacen ser los artistas que son. Y, además, generan ingresos”, resume David Varano, el creador del espacio.