Tomar, cocinar y lavarse con agua de lluvia: crónica de una solución para comunidades aisladas- RED/ACCIÓN

Tomar, cocinar y lavarse con agua de lluvia: crónica de una solución para comunidades aisladas

14 de junio de 2022

En la provincia de Salta hay 32.999 hogares sin acceso a agua potable y con necesidades básicas insatisfechas. Son familias que se enfrentan a la pobreza estructural y no tienen forma de obtener agua para tomar, cocinar o higienizarse: ni de red ni de pozo. 

Este problema es más urgente en el Chaco Salteño, comprendido por los departamentos de General San Martín y Rivadavia, donde la pobreza llega a ser extrema. 

Hace 10 años, en esta zona se empezó a recorrer un camino para encontrar un plan que permita revertir esa crisis: una alianza entre el Estado, asociaciones de la sociedad civil y la propia comunidad permitió diseñar un sistema de captación, filtración y almacenamiento de agua de lluvia para el consumo de personas.

La solución, inspirada en una experiencia de Brasil y conocida como Mesa del Agua* de Salta, empezó a instrumentarse en cientos de hogares y ya inspiró a otras regiones semiáridas.

Esta es la historia de una solución a un problema estructural y también la crónica de un plan que requirió consenso, decisión política, legislación y, principalmente, un trabajo para que la comunidad de campesinos e indígenas se apropie y gestione la solución.

2012| El modelo del semiárido brasileño

1 Millón de Cisternas. Así se llama el plan brasileño que una organización que trabaja por el desarrollo en comunidades indígenas y campesinas del norte argentino, Fundapaz, viajó a conocer.

Ese programa empezó en 1999 como una iniciativa que facilitó la construcción de cisternas domésticas para colectar y almacenar agua de lluvia en zonas semiáridas de Ceará, Río Grande do Norte, Paraíba, Pernambuco y Bahía. Hoy hay instaladas más de un millón de cisternas en hogares ubicados en zonas de sequía extrema.

“El aprendizaje que nos dio el modelo de Brasil fue que no alcanza con un programa de construcción de cisternas, sino que se necesita generar una apropiación de la tecnología y formar a los dirigentes locales”, cuenta Gabriel Seghezzo, director ejecutivo de Fundapaz, organización que lideró la creación de la Mesa de Agua de Salta, un espacio para idear soluciones similares para el Chaco Salteño

2013| Del problema regional a la solución a medida

Para darle continuidad al intercambio, se creó la Plataforma Semiáridos de América Latina**. Este espacio busca aprender de aciertos y errores de las experiencias para llevar agua a zonas de la región.

La intención es que dirigentes, campesinos, técnicos y funcionarios compartan prácticas innovadoras para el uso y manejo sustentable de recursos naturales del Chaco Trinacional (Argentina, Bolivia y Paraguay), del Nordeste de Brasil y del Corredor Seco Centroamericano (Honduras, Guatemala, Nicaragua y El Salvador).

Si bien no hay una solución “perfecta” que pueda implementarse en todos los territorios, el uso de cisternas demostró dar buenos resultados. Seghezzo, que es coordinador de la plataforma, cuenta que a partir del intercambio se ideó una adaptación local: “En Brasil, las casas tienen techos de tejas que captan lluvia. En el Chaco argentino, muchos techos son de tierra. Por eso, se tuvo que hacer una adaptación tecnológica”

2016| Cisternas de diseño comunitario

La adaptación de la solución brasileña al Chaco Salteño surgió después de una de las visitas al país vecino, concretamente después de que el entonces ministro de Asuntos Indígenas de Salta, Luis Gómez Almaraz, conociera las cisternas del semiárido brasileño.

Para replicar el plan en Salta, se creó la Mesa del Agua en julio de 2016. Esa mesa reúne a funcionarios, organizaciones de la sociedad civil y referentes comunitarios, y estuvo pensada para que la adaptación del sistema incluyera a la comunidad.

En primer lugar, para captar el agua de lluvia se definió usar techos de chapa a dos aguas. El agua escurre por canaletas hacia la conexión al tanque. Esa conexión tiene un filtro hecho de mallas metálicas, arena y carbón. Y el tanque logra almacenar hasta 16.000 litros. A su vez tiene un segundo filtro en la boca de salida del agua, que ya es apta para consumo humano.

En el armado y la instalación de las cisternas interviene la propia comunidad, de manera tal que también adquiere los conocimientos para realizar el mantenimiento del sistema.

2016| Agua segura donde antes bebían agua contaminada

Lucía Ruiz vive en el paraje El Pértigo, a 25 kilómetros de Morillo, pueblo cabecera del departamento Rivadavia Banda Norte. Se dedica a la producción y cría de ganado y preside la asociación Unión y Progreso. Como referente, es parte de la Mesa del Agua.

“En la zona donde vivo teníamos dificultades para acceder al agua. Consumíamos agua de represas o cañadas, donde defecan los animales. Esa realidad cambia con la construcción de cisternas”, dice.

Seghezzo remarca que la participación comunitaria es fundamental: “Si se busca lograr un proceso de apropiación por parte de la comunidad, es importante que participen desde el principio”.

La mesa no cuenta con una sola vía de financiamiento. Los recursos suelen ser públicos o de organismos internacionales. Es decir que, el plan de construcción de cisternas avanza a medida que ingresa financiamiento.

2017| Un sistema que permite pasar sequías de 8 meses

Las familias campesinas e indígenas participan en la identificación y mapeo de las zonas más afectadas por la falta de agua para garantizar que las cisternas se construyan donde más se necesitan.

Una vez identificados estos puntos, la Mesa del Agua les da a las familias las herramientas y la capacitación para que puedan construir las cisternas. Además, las acompaña un equipo técnico. El objetivo es que la comunidad pueda construir el sistema, cuidarlo y mantenerlo. Todo ese recorrido lleva a la apropiación tecnológica por parte de las familias.

El sistema de cisternas es una tecnología pensada para una familia de cinco personas que consume agua para beber, cocinar y lavarse los dientes. Se estima que una cisterna de 16.000 litros permite abastecerse de agua durante una sequía de hasta ocho meses.

2018| El modelo de Salta inspira a otras comunidades

En 2018, el modelo impulsado por la Mesa del Agua comenzó a instrumentarse en Castelli, en Chaco. Y esas dos experiencias argentinas alimentaron la Plataforma Semiáridos de América Latina, por lo que el concepto de “mesa” se replicó en Bolivia y Paraguay.

En Bolivia se conformó una Mesa con la Municipalidad de Villamontes, que impulsó a que el Gobierno incluyera en su presupuesto anual la construcción de 100 cisternas de agua en su territorio, de las cuales 80 ya han sido ejecutadas. Más recientemente, tras la instalación de la Mesa, la Intendencia de Irala Fernández, en Paraguay, comprometió una parte del presupuesto público para la construcción de cisternas.

2019| Una ley para evitar que el problema se agudice 

En paralelo, la Mesa del Agua de Salta promovió la Ley de Acceso y Gestión del Agua. Fue una idea presentada al Gobierno de la provincia en noviembre de 2019 y convertida en ley un mes después.

La ley establece que todas las obras públicas que se construyan en zonas de escasez de agua deben contar con un sistema de captación de agua de lluvia. Se estima que la ley garantizará un mayor acceso al agua a casi 8.000 familias campesinas e indígenas.

Este es un ejemplo claro de cómo la alianza entre organizaciones de la sociedad civil y el Estado permitió impulsar políticas públicas para garantizar el acceso al agua.

2020| La desnutrición le agrega urgencia al plan

El 29 de enero de 2020 la provincia de Salta declaró la emergencia sociosanitaria en los departamentos de Orán, Rivadavia y General San Martín por el fallecimiento de niños y niñas indígenas por cuadros de desnutrición e inseguridad alimentaria, agravados por la falta de acceso al agua segura.

La situación obligó a dirigir mayores esfuerzos estatales a asistir a las personas que viven en esas localidades con acciones enfocadas en cubrir las necesidades de comida, atención de la salud y agua potable.

Naciones Unidas, la Unión Europea y la Cruz Roja resolvieron apoyar la asistencia en esa zona y lo hicieron sumándose a la Mesa del Agua. En este contexto, el Ministerio de Desarrollo Social de Salta, el Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento y la Mesa del Agua armaron un proyecto para construir 2.000 cisternas por un monto de 3 millones de dólares.

Sin embargo y, en coincidencia con el desarrollo de la pandemia, este plan específico avanzó lentamente. “Se construyeron 20 cisternas. Pero estamos destrabando el financiamiento para continuar”, contó Seghezzo.

2022| La clave de los liderazgos comunitarios

Ismael Chávez preside la comunidad wichi-guaraní de Misión la Loma de Embarcación. Su comunidad se encuentra próxima a la ciudad de Embarcación y a unos 220 kilómetros de la capital provincial. “Hay una deuda histórica del Estado con las comunidades indígenas respecto al agua. Sin agua no hay vida y por ende no hay desarrollo comunitario”, expresa.

El 7 de abril Chávez se incorporó a la Mesa del Agua. “Tenemos la oportunidad de integrar un espacio donde se deciden políticas públicas sobre el agua”, dice. La comunidad que integra Chávez logró sumar una cisterna de 16.000 litros. “Ahora tenemos un reservorio de agua. Este reservorio se llena con agua de lluvia. Y cuando no llueve, la llena el camión cisterna de la municipalidad”, cuenta.

La cisterna se construyó con fondos de una organización franciscana que tiene su sede en Alemania y el Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania. En el marco de este proyecto*** se hicieron 14 cisternas para comunidades Wichi.

2022| Una solución convertida en política pública

“La Mesa del Agua ya trascendió a dos gobernadores y tres ministros. Para lograr una solución, es muy importante lograr la institucionalización y trascender a una gestión de gobierno”, destaca Seghezzo.

En la actualidad, la Mesa del Agua lleva construidas unas 300 cisternas. Es decir, se logró dar acceso a agua a más de 1500 personas del Chaco Salteño y de esa manera se logró impactar en un 6 % de la población con necesidad de agua segura en las áreas rurales dispersas del Chaco Salteño.

*La Mesa de Gestión y Acceso al Agua hoy está formada por Fundapaz, como miembro y representante de la Plataforma Semiáridos de América Latina, Church World Service, el Programa Integrado Trinacional, el Ministerio de Asuntos Indígenas y Desarrollo Comunitario del Gobierno de Salta, la Secretaría de Agricultura Familiar, Subsecretaría de Desarrollo Comunitarios, Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), Fundación Siwok, Programa Hábitat de Nación, Fundación Gran Chaco, Fundación Avina, Agua Segura, ONU Mujeres, Alto Comisionado de Naciones Unidas, OPS, entre otros.

** La Plataforma Semiáridos de América Latina está formada por nueve organizaciones miembro de la International Land Coalition (ILC) que operan en las regiones semiáridas (Plurales, Fundapaz, Cerdet, Sabía, Cetra, Funde, AC, Fepp, Nitlapan).

*** El proyecto de Fortalecimiento a las comunidades Wichí y Acceso al Agua es llevado adelante por Talentos, Missionszentrale der Franziskaner e.V. y el Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania.

Producción periodística y textos: Florencia Tuchin. 
Edición general: Javier Drovetto. 
Ilustraciones: Julieta de la Cal. 
Diseño y desarrollo: Dina Pérez y Yanina Canosa

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