Irene Kit: "Es esencial no empezar las clases presenciales con evaluaciones diagnósticas"- RED/ACCIÓN

Irene Kit: "Es esencial no empezar las clases presenciales con evaluaciones diagnósticas"

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Ante la vuelta a las aulas, la especialista en educación sostiene que hay que "dedicar al menos un mes a enseñar, a sistematizar lo que se aprendió y relacionarlo entre sí, a generar intercambios entre pares para consolidar y estructurar esos saberes".

Irene Kit: "Es esencial no empezar las clases presenciales con evaluaciones diagnósticas"

Irene Kit

Desde hace semanas escuchamos hablar a funcionarios y gremialistas sobre los protocolos y medidas de seguridad que se requieren para volver a las aulas. Ahora, ¿cuáles serán los desafíos pedagógicos para este año?

Sobre esto conversé con Irene Kit, que es presidenta de la asociación civil Educación para Todos y participa de investigaciones del Observatorio Argentinos por la Educación.

—A días de comenzar las clases presenciales o ya habiendo empezado, poco sabemos sobre cuáles serán los objetivos a cumplir en términos pedagógicos este año...
—Sí, se habla poco de a qué vamos a volver. Desde los ministerios se habla de una unidad pedagógica 2020-2021, asumiendo que el 2020 se pudo avanzar menos de lo imaginado, y que habrá que recuperar e integrar este año. Ahora bien, ¿cómo se hace eso en concreto? Ya sabemos que en el mejor de los casos, tendremos una presencialidad reducida en cantidad de días o de horas. ¿Qué definiciones se han tomado para orientar a los docentes en esa unidad pedagógica? ¿Se van a seleccionar algunos contenidos, se realizarán proyectos integrados, se seguirán asignados temas para aprender y estudiar en casa? Parece que se habla mucho del “cómo” sanitario, pero mucho menos del “qué y cómo” pedagógico. Creo que no nos hemos animado a decir que entre 2020 y 2021 hubo una promoción directa. Como si fuera facilísimo, y no fuera reconocer el impacto colateral de una pandemia que arrasó con todas las rutinas. Al temer a esa expresión hay riesgo de que estemos errando en las soluciones para este año.

—¿Y la secundaria?
—Ese es otro tema. Porque las propuestas de regreso a las aulas están pensadas desde un imaginario de escuela primaria, donde cada grado tiene un maestro. Pero coser los horarios de profesores que dan en distintas secundarias y que al dividirse los cursos deben duplicar las horas de clases, o dar la mitad de los contenidos, ya que deben repetirlos, será un enorme desafío. Y cómo van a dar todos los contenidos, si no nos animamos a seleccionar, es un enigma.

—¿Qué es lo que debería ocurrir para aclarar esta situación?
—Se requieren indicaciones claras de la conducción política. Por obligación legal de los Gobiernos provinciales y por obligación política del Gobierno nacional. Por ejemplo, se necesita saber si vamos a ir primero por temas centrales como puede ser el recuperar prácticas de lectura (los y las estudiantes tienen que poder sostener la atención durante 15 minutos trabajando en un texto que signifique un desafío acorde al grado/año que están cursando). Y a este trabajo yo creo que se lo tendría que sostener por dos o tres años. Además, si realmente hay una unidad pedagógica, tienen que especificar cuáles son los contenidos que se trabajarán de modo virtual y cuáles de modo presencial. Pero hoy lo que hay es que cada escuela y equipo docente se las arregla con las familias de su comunidad. Es un enfoque atomizado y de una autonomía escolar, que muchas veces se ha rechazado. Hay información sobre escuelas donde los docentes quieren avanzar más de lo que los gremios docentes han puesto como límite.

—¿Cómo crees que se debería comenzar desde lo pedagógico?
Se necesita hacer un replanteo sincero de los objetivos, que yo considero deberían ser modestos y bien específicos. Por ejemplo, que los chicos puedan resolver problemáticas de tal y cual características usando contenidos y procedimientos matemáticos. Algo esencial es no empezar con evaluaciones diagnósticas. Dedicar al menos un mes a enseñar, a sistematizar lo que se aprendió antes y relacionarlo entre sí, a generar intercambios entre pares para consolidar y estructurar esos saberes. Si la manera de entender el punto en el que están los estudiantes es un examen inicial, sellaremos un inicio de año escolar con un estrés adicional, perjudicial para los y las estudiantes, tras un año muy complejo.

—¿Qué pasa mientras no hay definiciones?
Yo creo que se da una situación muy hipócrita. Porque no hay virtualidad que supla la falta de laboratorios que tuvieron las escuelas técnicas, por ejemplo. Ese tipo de cosas existen, y hay que asumirlas en la planificación. Hay enunciación de prioridades: hay que volver a las aulas. Pero no se ha dado a conocer un plan de acción pedagógica. Yo me pregunto: ¿Cómo se pretende preparar a chicos y chicas emocionalmente y cognitivamente para realmente incluirlos? Hay que reentrenar a los chicos para que vayan a la escuela y estudien. Y, en las jurisdicciones que ya están implementando programas para impedir el abandono escolar, me pregunto: ¿quiénes son los tutores, qué perfil profesional tienen, cuál es su carga horaria? ¿Cómo se articula esa tarea con las que los docentes tienen previsto trabajar en el año con todo el grupo?¿Hay diálogo entre tutores y equipos docentes para hacer un puente real?

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Esta entrevista fue publicada originalmente en Reaprender, la newsletter sobre educación que edita Stella Bin. Podés suscribirte en este link.

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