Los datos que confirman la profundidad de la recesión que atraviesa la economía nacional, siguen llegando a diario. En esta oportunidad la caída se refleja en el complejo industrial argentino, que vive una parálisis muy similar al que se verificaba durante la cuarentena establecida en el primer año de la pandemia.
La certeza del enfriamiento de la actividad fabril surge del informe sobre la «Utilización de la capacidad instalada en la industria», publicado ayer por el Indec. El mismo registra que durante el primer mes de 2024, la el uso de la capacidad instalada cayó hasta el 54,6%.
El panorama refleja en general una caída del 7,6% interanual, que confirma la tendencia la tendencia que ya se verificaba en el mes de diciembre, cuando la utilización de la capacidad cayó 11,5% en solo 30 días y se ubicó en 54,9%.
El 54,6% de enero queda al borde de aquel registrado en junio de 2020, cuando en plena cuarentena por el Covid y con la gente «guardada» en sus casas, el uso de la capacidad instalada se ubicaba en el 53%.
El registro de actividad en el promedio de los sectores implica que la industria nacional se mueve literalmente a «media máquina» al inicio de 2024, lo cual da cuenta de la profundidad de la recesión que atraviesa la economía. La referencia es elocuente si se compara con el dato de junio de 2020, cuando en plena cuarentena por el Covid y con la gente «guardada» en sus casas, el uso de la capacidad instalada se ubicaba en el 53%. La foto que arroja hoy la industria es muy similar a aquella de la pandemia.
Pero el cuadro se torna todavía más oscuro si se analiza rubro por rubro hacia dentro del conglomerado industrial. De los 12 sectores relevados por el Indec, hay seis que trabajan por encima del promedio, y tres que muestran un uso de la capacidad que denota buen ritmo de actividad.
La refinación de petróleo con una utilización de la capacidad instalada del 83,5%, es el barco insignia de la industria nacional en 2024. El nivel de actividad que se verifica hoy en Vaca Muerta, es lo que sostiene el promedio de la actividad insdustrial de todo el país, por encima de valores que serían de catástrofe.
Le siguen las industrias metálicas básicas (76,3%), y papel y cartón (69,8%). En tanto, alimentos y bebidas (57,7%), productos químicos (57,1%), y minerales no metálicos (57%), se ubican por encima pero muy cercanos al promedio de 54,6%.
No obstante, lo más crudo de la crisis se verifica entre los sectores que se ubican por debajo del promedio en el uso de la capacidad instalada. Allí aparecen en un primer lote edición e impresión (53,9%), productos de tabaco (50,5%), y caucho y plástico (43,5%). En un segundo lote aparecen productos textiles (36,7%) y metalmecánica (33,4%), que trabajan hoy literalmente a un tercio de su capacidad de producción.
Párrafo aparte para la industria automotriz. Un sector que supo ser el ícono del crecimiento industrial durante más de una década, y que por el año 2012 se ilusionaba con ensamblar en Argentina más de un millón de unidades por año. Las propias terminales de producción (Adefa), informaron esta semana que con los datos de enero y febreo, la proyección de máxima para 2024 es de 350.000 unidades producidas.
El dato de Indec confirma el registro de los privados, e indica que la utilización de la capacidad instalada en enero en la industria automotriz, fue de solo el 25,7%. Implica que la producción de autos en Argentina se mueve hoy a un cuarto de su capacidad real.
Este contenido fue originalmente publicado en RÍO NEGRO y se republica como parte del programa «Periodismo Humano», una alianza por el periodismo de calidad entre RÍO NEGRO y RED/ACCIÓN.
