Mujeres en el freestyle: comenzó la batalla por la igualdad en el mundo del rap- RED/ACCIÓN

Mujeres en el freestyle: comenzó la batalla por la igualdad en el mundo del rap

 Una iniciativa de Dircoms + RED/ACCION

La lucha por la equidad de género finalmente llegó al freestyle, un tipo de rap donde las letras son improvisadas. Sus principales exponentes en la Argentina, aka Roma y NTC, explican cómo fue abrirse paso y cómo pelearon contra el machismo que siempre dominó el ambiente.

Mujeres en el freestyle: comenzó la batalla por la igualdad en el mundo del rap

Ilustración: Pablo Domrose

No se los ve. Están sentados al fondo, tras una penumbra densa que les esconde la cara. Pero ahí están: los mejores raperos de la Argentina mirando en vivo un suceso inédito. 

Todo sucede en el Luna Park, el 20 de octubre de 2019, en plena competencia nacional de la Batalla de los Gallos. Allí, algo cambió de pronto: por primera vez llegaron a las instancias finales dos mujeres. Y por primera vez también esas dos mujeres se enfrentaron mano a mano. 

Eso es lo que están viendo los competidores varones desde el fondo: cómo aka Roma (María Rosario Flores) y NTC (Josefina Lucía Bolli) se tiran con todo en la batalla. Rima contra rima, punchline contra punchline, acote contra acote. Pero entonces, y aquí conduce esta introducción, una de las chicas -NTC-, sale del cuerpo a cuerpo y tira una rima dedicada exclusivamente a ellos.

“Dale en serio, que ya tengo los poderes./ 
Para los que dicen que son malas las mujeres/ 
para los que dicen que no tenemos niveles.../ 
¡Tranqui pibes, que ahora les toca a ustedes!”

El público levanta las manos y las hace vibrar en el aire. Se siente ahí mismo el temblor de lo que está pasando. No es solo una rima, no es solo un recurso para conquistar a la audiencia. Es un manifiesto, una declaración de principios, un grito que venía contenido y que finalmente pudo ser dicho. La hora de las mujeres también llegó para el mundo del rap.

No es algo liviano de decir: el freestyle (de plaza o de competencias profesionales) fue siempre un lugar de hombres y de mensajes machistas. La mayoría de sus competidores son hombres, la mayoría del público son hombres, muchos de sus momentos más recordados fueron con rimas sexistas o cosificando a la mujer, hablando de la novia del otro competidor, de infidelidades, de la reputación de tal o cual persona según sus preferencias sexuales. 

Los números también demuestran la situación: el Quinto Escalón (la competencia mítica de Buenos Aires, que se llevaba a cabo en Parque Rivadavia y ya no se realiza), no tuvo nunca una campeona mujer (ni siquiera tuvo una en la final). La Batalla de Gallos Nacional e Internacional no tuvo nunca una campeona mujer. En el mundo de la música recién empieza a abrirse camino Cazzu, trapera de ley que -lo dice ella misma- nunca compitió en batallas. 

Josefina -NTC- tiene 21 años. La sigla de su apodo significa “no te compliques” y viene de un capítulo de los Simpsons. Nació en el barrio de Versalles, en la ciudad de Buenos Aires. A los 19 años fue madre de Marek. Empezó compitiendo en plazas de manera amateur hasta que este año dio el salto y se profesionalizó. Hoy tiene entrenador y toma el freestyle como su trabajo. El crecimiento fue exponencial: comenzó a participar de competencias y este año llegó a las instancias finales de la Batalla de Gallos. Aunque no ganó, pudo hacer esas rimas liberadoras. Desde entonces, ya está definitivamente en las grandes ligas: “Sin dudas mi punchline más importante fue cuando me enfrenté a los pibes y les dije: ahora le toca a ustedes. Significó mucho para mí. Me pasaba antes de la Red Bull que yo le tenía mucho respeto a los competidores de elite, y un día mi entrenador me dijo: perdeles el respeto. Y creo que con ese punchline pude culminar el proceso de no tenerles tanto respeto y estar como intimidada. Mi entrenador me dijo: vos también sos una competidora de elite. Por eso ese punchline marcó un empoderamiento y algo que me queda en la cabeza porque fueron gente que admiré toda mi vida y de repente ponerme enfrente y decirles que ahora les tocaba a ellos fue todo un flash”, cuenta a RED/ACCIÓN.

El camino hasta acá no fue fácil. No porque su vida tuviera complicaciones particulares sino porque -ya fue dicho- para destacarse en un ambiente machista no alcanza con hacer las cosas bien: “Para ser mujer y triunfar en el freestyle hay que ser la mejor del mundo. No basta con ser buena”, dice. 

¿Cuál es la diferencia entre la competencia de plaza y la de escenario?
—La plaza es mucho menos cuidada. Es terrible el machismo ahí. En el escenario hay más conciencia de que están con un micrófono. En la plaza te pueden decir cualquier cosa, suele ser muy hostil. Los competidores y el público. Pero la plaza es necesaria para aprender.

¿Recordás algo que te hayan dicho en una competencia de plaza que te haya dolido?
—Me dijeron algo horrible en Madero Freestyl (una competencia nocturna que sucede en Puerto Madero). No me lo olvido más. Estaba compitiendo y uno me dijo que la próxima marcha del Ni Una Menos iba a ser por mí… Tremendo. Y lo peor es que el público lo festejó. Fue muy fuerte. Me quedé medio congelada, no sabía qué hacer en ese momento. Ahora ya estoy preparada para responder esas cosas.

En la intimidad del mundo del freestyle, ¿cuál es el lugar de la mujer? ¿Cómo se las trata?
—Creo que el que más tiene que avanzar es el público. Todo el mundo me pregunta cómo es estar en un mundo de hombres, pero por suerte para mí es un mundo tranquilo. Son divinos los competidores que conozco. Con Zasko por ejemplo (un freestyler español) hice hace poco un video porque él había dicho que las mujeres son malísimas. Pero lo dijo cuando tenía 17 años. Ahora tiene 23 y se retractó. 

¿Notás cambios?
—Sí, está cambiando la cosa. Sobre todo desde los competidores de escenario. Al menos en la Argentina. Ya no pasa eso de que te digan cosas terribles por ser mujer. Saben que no está bueno hacerlo. He hablado con competidores que están mentalizados en no decir esas cosas de hecho, que lo trabajan de manera consciente. Yo entreno con tres competidores de elite y a veces hasta me consultan sobre temas sensibles.

¿Sos feminista? ¿Como entendés el feminismo?
—El feminismo es la lucha por la igualdad. Por mucho que digan que hay una igualdad, no la hay. Todavía hay muchos acotes que si los dice un hombre sin duda se hacen virales, pero si los dice una mujer apenas se festejan. Realmente el que más tiene que cambiar es el público.

¿Qué mundo querrías para tu hijo?
—Uno en el que cambiara la discriminación que hay. La violencia que hay. Todo lo que ponga barreras entre la gente. El machismo que hay, que le hace mal a las mujeres pero también a los hombres. Me encantaría un mundo menos superficial y que se enfoque en resolver los problemas reales, no en taparlos.

La lucha colectiva y la voz de aka Roma

Las luchas sociales no se empujan desde nombres individuales sino desde colectivos. Si bien NTC y Roma son hoy las líderes hacia afuera, ya hay movimientos que buscan una salida en conjunto. La Triple F (Federación de Freestyle Femenino) es una liga para competidoras mujeres que busca que la profesionalización llegue sin distinción de género. Para esto es fundamental sumar espacios de exhibición y de entrenamiento para mujeres. 

Pueblo Rapper es uno de esos espacios. En su competencia de plaza no se aceptan rimas machistas o discriminadoras. Se define como “batallas donde no se festeja el acote homofóbico ni misógino”. No es poca cosa: tanto Roma como NTC coinciden en que el mayor cambio debe venir por parte del público, que suele ser quien avala las rimas más desagradables. 

También se creó en septiembre la “Riña de Gallas” (en alusión directa a la Batalla de Gallos), que se realizó en el Centro Cultural Haroldo Conti organizada por Dakillah y por Tink, dos MCs ya con recorrido.

Otros espacios de competencia se pueden encontrar en el Centro Cultural Recoleta. Durante todo noviembre hay fechas donde las mujeres que quieren incursionar en el género pueden hacerlo. La agenda del mes se puede ver en este link.

La pregunta hacia dentro del ambiente ya está dada: ¿el crecimiento es a través de las competencias de plaza o de escenario? Roma coincide con NTC en que en plazas la cosificación es mayor porque no hay un marco y se puede decir cualquier cosa. Sin embargo, ve un aspecto positivo en ese formato: “Batallé en plazas millones de veces. La diferencia es muy clara: vos estás al nivel de todos y todos están a tu nivel. No estás en una tarima donde te exponen, donde te ponen más arriba, donde estás más a la vista. Realmente ahí en la plaza estás a la altura de todos y estás con un beatbox o con una instrumental… y no es lo mismo que estar con un micrófono y una luz que te apunte en un estadio histórico como el Luna Park”, dice Maria Rosario Flores -Roma-, que a sus 17 años conquistó el corazón rapero de miles y miles de chicos y chicas. 

Sin embargo, descree de esa condición: “Yo realmente no siento que sea alguien. No siento que sea una inspiración para nadie aunque haya una banda de gente que me dice que es así. Yo no me veo así, capaz porque me conozco de toda la vida y no me puedo mentir, por así decirlo. Porque el público solo ve lo que está ahí, lo que sale al escenario, y no lo que soy yo. No digo que esté mal, pero es raro”, reflexiona.

¿Qué te gusta y qué no te gusta del freestyle?
—Del freestyle amo las oportunidades que te da. Amo la gente que conocés. Amo el ambiente. Amo competir con gente buena. No me gusta competir con gente que me va a tratar mal. ¿Y qué odio? Odio las críticas del público, es algo que me rompe mucho las pelotas. Odio la subestimación, de todo tipo y a cualquier persona. 

Cuando dicen que, por ser una de las primeras mujeres en llegar a las instancias finales de la Batalla de Gallos (este año llegó semifinal), representás a todas las mujeres, ¿qué pensás?
—Me cae como el orto que digan que una mujer representa a todas las mujeres… No, realmente no. Yo estoy yendo a representarme a mí, a mí no me gusta que me ponga un título de a quién estoy representando. Yo no digo que los pibes están representando a los pibes, no digo que el de pelo morocho está representando a los de pelo morocho, o que el chabón del interior representa a todo el interior… Bajen un cacho: uno se va a representar a sí mismo y a quien quiera representar. Que digan que estoy ahí en representación de todas las mujeres me parece la pelotudez más grande del mundo.

¿Cómo ves el futuro de la mujer en esta disciplina en el país?
—Veo el futuro de la mujer en el ambiente muy bueno, muy fuerte. Siento que venimos con una fuerza que lleva a muchas a dejar todo y siento que vamos a romperla. Se empezaron a abrir puertas, sí, y aunque faltan muchísimas por abrir todavía, siento que está empezando algo que no existía.

¿Hay alguna rima propia que haya sido particularmente importante para vos?
—Una rima que me dolió hacer es una que dice: “Aguante la maternidad, pero es deseada o no será” (la dijo en los cuartos de final, versus Dozer). Lo dije con mucha bronca, con un peso muy fuerte, con mucho sentimiento atrás. Yo creo que en el “será” del final prácticamente se me va la voz, se me desgarra. Realmente me salió con dolor, con todo junto y cuando lo escucho de vuelta me duele. No me gusta ver ese acote porque es un constante recordatorio de la mierda que pasa con esos temas. Pero en el momento fue un disparador para defender lo que estaba diciendo.

¿Quiénes son más machistas: el público o los competidores?
—El público es muchísimo más machista que los competidores. Y eso que algunos competidores se van a la mierda eh... pero el público llega un punto en que pienso que ya no tiene remedio. No digo que todos, obviamente. Hay una banda de gente que entiende cómo son las cosas: dónde criticar, dónde no, qué tiene que criticar, qué no, con  qué quedarse pillos... Ese público es el que se merece todo. 

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