Personas con discapacidad intelectual empezaron con un taller en un bar para expresar sus emociones y desde ahí armaron un programa que llegó a la TV Pública - RED/ACCIÓN

Personas con discapacidad intelectual empezaron con un taller en un bar para expresar sus emociones y desde ahí armaron un programa que llegó a la TV Pública

 Una iniciativa de Dircoms + RED/ACCION

Loros Parlantes comenzó hace seis años como un taller impulsado por una actriz y acompañante terapéutica que buscaba promover la confianza y autonomía en personas con síndrome de Down. A partir de los buenos resultados logrados en este espacio, el grupo comenzó a producir, junto con personas con retraso madurativo y otras discapacidades, un magazine, en el cual entrevistaron a referentes de la política y los espectáculos, y que buscan hacer crecer.

Personas con discapacidad intelectual empezaron con un taller en un bar para expresar sus emociones y desde ahí armaron un programa que llegó a la TV Pública

Intervención por Marisol Echarri.

Loros Parlantes es mucho más que una asociación civil enfocada en promover el desarrollo de personas con diversas discapacidades intelectuales mediante talleres de confianza, vínculos y autonomía. Es, además, un programa de televisión producido y conducido por personas con síndrome de Down. En cada emisión se abordan diferentes temas de la actualidad, y hay espacios de música, entrevistas y opinión.

Su historia comenzó en marzo de 2017, cuando Adriana Tassotti (55), actriz y acompañante terapéutica, ideó un taller de confianza y autonomía para “dar voz a aquellos que, por distintos motivos, creen que no la tienen”. El espacio empezó a funcionar en un bar del barrio porteño de Belgrano.

“Yo estaba colaborando como voluntaria en un grupo de chicos con síndrome de Down y noté que muchos no te miraban a los ojos, se escondían, no participaban en nada, pero en el fondo, se morían de ganas y elegían el silencio porque no sabían que podían hacerlo.Tal vez porque fui muy tímida de chica o porque mi papá ejercía como docente en escuelas especiales, pero la cosa es que yo podía identificarme con lo que sentían y quise ayudarlos. El taller de confianza sigue siendo hoy el corazón de Loros Parlantes”, cuenta.


El patio de la casona de Boedo donde se graban actualmente los programas está ambientado como un bar. Allí se arman debates sobre temas que interesan a los Loros. Todos proponen, todos participan. (Imagen: gentileza Loros Parlantes)

Talleres que dieron frutos

Al principio eran nueve participantes, hoy son más de 50 los que recitan con orgullo el lema que los hermana: “Por mil palabras y cero miedos. Por más confianza y más ‘yo puedo’. Loros parlantes, siempre adelante”. 

En el taller de emociones, Adriana utiliza tarjetas con pictogramas para que los participantes identifiquen las distintas emociones. “Al principio les mostraba la del enojo, por ejemplo, y decían que nunca se enojaban. Al profundizar, actuar situaciones, recitar trabalenguas con entonación de alegría, tristeza, rabia las descubrían en ellos y en los demás y, de a poco, se iban animando a expresarlas”. Precisamente, dos herramientas fundamentales son los trabalenguas (aprenderlos de memoria implica perder el miedo a exponerse y romper el hielo) y el desafío de presentarse ante el grupo: “Hola. Me llamo… Yo puedo… Yo deseo…”. 

“Era muy llamativo ver que algunos parecían no saber ni siquiera lo que les gustaba —recuerda Adriana de aquellos primeros pasos—. Nos costaba llevar un tema a la mesa. Hoy no nos alcanza el tiempo para debatir y compartir todo lo que proponen. Sus temas favoritos son el amor, los vínculos, los prejuicios, el bullying y los desafíos de asumirse adultos”. 

Cualquier excusa es buena cuando se trata de estimular la comunicación. En el grupo de WhatsApp, por ejemplo, solo se pueden enviar audios. Además, las primeras reuniones se hacían en un bar, donde los participantes debían animarse a hacer sus pedidos a los mozos o reclamar si faltaba algo. 

La semilla de la confianza fue germinando y dando frutos. Los cambios en las actitudes, y en la manera de posicionarse en la vida fueron tan notorios que despertaron la curiosidad de psicólogos, fonoaudiólogos y terapeutas de los participantes del taller:“¿Qué pasa en ese bar?”, querían saber. El impacto positivo también se veía en las familias, que iban redescubriendo a sus hijos en sus nuevas facetas. El taller de confianza comenzó a hacerse conocido y los Loros Parlantes fueron invitados a una radio para contar lo que hacían.

El salto a los medios 

Inesperadamente, gracias al ofrecimiento de Fernando Andrade, director de la Radio Capital Argentina, el taller de confianza y autonomía se transformó, el 30 de agosto de 2019, en un programa de radio. Analía Masciangioli (46), Cristian Gómez (27) y Giuliana Lembo (27) tomaron el rol de conductores, mientras que más de 20 movileros, todos participantes del taller, comenzaron a hacer notas sobre lo que pasaba en sus barrios y sobre distintos aspectos vinculados con la autonomía de las personas con discapacidad. “No teníamos idea de cómo se hacía radio, pero escucharnos decir ‘yo puedo’ nos hizo avanzar. En el primer programa leíamos todo, no había nada improvisado, ¡fue aburridísimo!”, cuenta Tassotti entre risas.

Así, centrándose en el habla, la empatía y la comunicación, con un intenso y comprometido trabajo en equipo, los Loros Parlantes siguieron creciendo, proponiendo segmentos, con invitados especiales y nuevas temáticas para columnas en cada programa. 

Además de Tassotti, acompañan el proyecto una psicopedagoga, una terapista ocupacional y una editora.


Una vez por mes los Loros son invitados como coconductores especiales en el magazine Altavoz, en la TV Pública

Del bar a la TV pública

Dos años después se concretó un desafío mayor que sigue vigente al día de hoy: tener un programa propio de televisión. La propuesta vino de la mano de Maxi Malbruk, representante de Carlitos Balá. “Fue él quien nos llevó a la plataforma de TV digital Diucko y Christian Iuale, el director, jamás nos cobró un peso por el estudio de grabación y todo lo que pusieron a nuestro servicio”, destaca la actriz. 

Luego de tres meses de grabaciones, tuvieron que buscar una alternativa para seguir produciendo un programa de TV: el vivo era demasiado exigente para estos jóvenes, que tienen tiempos más lentos. 

Una casona antigua en el barrio de Boedo, sobre la Avenida Castro Barros, ofrecida por la mamá de uno de ellos, se convirtió en un estudio de televisión. En el patio techado se recreó un bar porteño, con barra, sillas, mesas y un escenario para las entrevistas (no todas son presenciales, muchas se hacen de manera virtual, se graban y editan con anticipación). Todos sus contenidos y producciones se pueden ver en el canal de YouTube Loros Parlantes Oficial.

Los miércoles por la tarde la casona es invadida por los “loros”. Ese día se hace el taller de confianza y se graba. Una habitación es la sala de maquillaje, otra sirve de vestuario y el escritorio es el escenario para que los conductores graben la introducción y el cierre del programa. Hay columnistas como Lucía Rubino (33), que hace el Rincón de Cocina, Candelaria Figuereido (25), que es crítica de libros, Emiliano López (29), a cargo del Rincón de Deportes, Analía Masciangoli (46) tiene el Rincón de Poemas, Martín Tillet (27) recomienda películas y series en el segmento Dale Play, Verónica Vieiro (27) tiene un espacio de juegos y Cristian Gómez (27) uno en el cual entrevista a cada nuevo integrante del equipo. Florencia Nieva Moreno, una persona sin discapacidad, es la camarógrafa y editora del programa.

“Emociona ver cómo se potencian entre ellos. Cande, por ejemplo, con sus recomendaciones de libros, ha logrado contagiar a varios las ganas de leer. Y así cada uno con lo suyo —dice Adriana—. Hace poco inauguramos un nuevo segmento: ‘Loros Ciudadanos’ y ya han entrevistado a legisladores de la Ciudad de Buenos Aires como Esteban Garrido, Roberto García Moritán, Patricio del Corro, a la diputada Carla Carrizo y al jefe de Gobierno electo Jorge Macri, entre otros. Y acaban de conseguir un reportaje on line con Mar Galcerán, la primera diputada con síndrome de Down de Valencia, España.

Hay también un segmento de noticias,aunque lo más destacado del programa son las entrevistas. Figuras como Rusherking, Andrea Pietra, Facundo Arana, Patricia Sosa, Guillermo Novelis, Carlitos Bala, Karina la Princesita, Javier Saviola han respondido las preguntas de los Loros. También invitados internacionales como la inspectora Murillo, Iziar Ituño, de la Casa de Papel, y Adrián Grosser de la serie Merli

El 2023 fue un gran año para los Loros: expusieron en el Congreso Nacional el Día Mundial del Síndrome de Down. Además, en marzo también protagonizaron la obra Es solo un cromosoma más, en la Usina del Arte, una adaptación de uno de Los Cuentos de India Abuelita cuéntame, adaptado por Adriana Tassotti, con la dirección musical del maestro Carlos Gianni y la participación de la artista Adriana Szusterman. A su vez, la Legislatura porteña acaba de declarar a la Asociación Civil Loros Parlantes de interés para la comunicación social, medios de comunicación y tecnologías de la comunicación. Y lo más destacado: una vez por mes los Loros son invitados como coconductores especiales en el magazine Altavoz, en la TV Pública.


En una de las tantas entrevistas en la Legislatura porteña para el segmento Loros Ciudadanos. (Imagen: gentileza Loros Parlantes)

Todo a pulmón

Los Loros Parlantes se sostienen sin subsidios ni espónsors, a excepción de una carnicería que les paga 10.000 pesos mensuales en publicidad. Las actividades son gratuitas y las profesionales de la asociación son voluntarias.

Su principal ingreso son las donaciones que reciben a través de su sitio web. Por lo general, el dinero que entra lo utilizan para las notas en exteriores. “Por ejemplo, tuvimos que ir a la Legislatura la semana pasada a entrevistar a un diputado. Nos encontramos en la puerta para el reportaje y luego salimos a comer todos juntos, lo que pagamos con la plata de las donaciones”, explica Tassotti y agrega que los gastos fijos de la Asociación como el Zoom y el canal de YouTube, que son en dólares, suelen cubrirse con su propia tarjeta de crédito.

Para seguir creciendo y que este taller se convierta en un trabajo para cada uno de los jóvenes que lo integran, necesitan de la ayuda de todos: voluntarios que se sumen y donantes que ayuden económicamente para comprar equipos, utilería, pagar viáticos y que los participantes del espacio puedan obtener un rédito económico por su producción.

Los Loros Parlantes se han convertido en referentes en el área de autonomía, inclusión y convivencia. “Los loros demuestran cada día que no tienen techo. Nuestro próximo paso es conseguir un lugar propio para grabar y hacer los talleres, así no tenemos que armar y desarmar cada vez que grabamos. Queremos que nuestro mensaje del YO PUEDO potencie el deseo de quienes nos conozcan. Buscamos generar un cambio de paradigma para que la sociedad se informe, sea más inclusiva y empática”, concluye Tassotti.

___

Esta nota forma parte de la plataforma Soluciones, una alianza entre Río Negro y RED/ACCIÓN.