Por, comentado por Nicolás Poggi- RED/ACCIÓN

Por, comentado por Nicolás Poggi

 Una iniciativa de Dircoms + INFOMEDIA

Un especialista invitado comenta un libro de no ficción y elige los seis párrafos de ese libro que más le hayan llamado la atención.

Por, comentado por Nicolás Poggi

Por
Eduardo Berti
Gourmet Musical

Uno (mi comentario)

Un libro entero sobre un tema de 1:40 segundos. Eso es Spinetta. “Por”, la tercera canción del disco “Artaud” (1973), tiene una letra con palabras en apariencia sueltas y sin sentido, pero que cuando la escuchás es como si lo tuviera. En esa especie de magia que surge de la libertad creativa se concentra (y trabaja) el escritor Eduardo Berti, un “spinettólogo” que se propuso indagar en las causas y efectos de esta verdadera rareza del rock nacional, una pieza inclasificable a la que el autor se acerca como si hubiera demarcado un “accidente” en la línea de tiempo de nuestra música.

Pero este libro, así como la canción que es su objeto de estudio, constituye un juego en sí mismo, sin formato definido (atención al detalle de que incluye un juego de cartas con versos aleatorios de otras canciones de Spinetta para combinar posibilidades). Pocas veces se vio un acto de amor semejante con la obra de un artista.  

Sin respuestas claras (no puede haberlas), Berti disfruta abordando las infinitas posibilidades de este ejercicio surrealista que es “Por”. Si bien queda claro que esa poética desordenada surgió de un acto espontáneo -porque así lo cuenta Patricia Zalazar, pareja de Spinetta por entonces y coautora de los versos- el libro se anima a plantearse si no estaba todo estudiado, como si la canción activara otros elementos de “Artaud” o, incluso, como si el artista hubiera diagramado el uso de las palabras que iba a hacer a lo largo de más de 30 años de obra musical. ¿O todo fue fruto del azar, puro divertimento creativo?

Las 47 palabras de “Por” cumplen la función de ajustarse a la métrica pero, también, parecen encadenar una narración que el propio cantante refuerza con la melodía (como cuando dice “Dios” o “temor”, dos vocablos para nada livianos). Y el oyente, a su vez, puede hacer sus propias construcciones o interpretaciones (a propósito, ¿el binomio “Amigo-Cruz” no hace referencia al Martín Fierro?). Ensoñaciones y desafíos de un artista que, ya por entonces (y especialmente en esos años) vivía en estado de creación permanente. Puro juego. Desorden. Disolución. Estalactita mirador. 

Dos (la selección)

“[…] La letra es una enumeración de palabras; la elección de las palabras fue realizada siguiendo el mismo orden en el que hoy pueden leerse o escucharse. Aunque Zalazar no recuerda bien qué vocablos fueron elegidos por ella y cuáles por Spinetta, es probable que “menta”, “loba”, “dedo”, “felpa” o “coito” hayan sido propuestos por él y que “dios”, “cruz” o “fin” hayan sido propuestas por ella. ‘Ahora que lo pienso, Luis le puso más cuerpo a la letra. Más carne. Puso más palabras concretas’”.

Tres

“Lo surrealista de Por reside, fundamentalmente, en que las palabras valen por su sonoridad, tanto o más que por su significación; lo surrealista reside en que las palabras no conforman un sintagma (una cadena de sentido), sino que valen cada una por sí misma o por ciertos ecos que el oyente/lector puede establecer a su manera; lo surrealista reside, también, en la renuncia a la idea de una totalidad armoniosamente lógica”.

Cuatro

“[…] Las palabras que tienen cierta afinidad (“sol” e “insolación”, “menta” y “té”) no se tocan, no se suceden. Hay, sin embargo, unas pocas excepciones: árbol / hoja, clavo / coito, Dios / temor. En estos tres binomios se detecta alguna clase de relación y de causalidad entre dos vocablos consecutivos”.

Cinco

“La elección de los singulares parece inevitable para una canción tan peculiar. La elección de sustantivos en singular remite a una célebre afirmación de Borges en El tamaño de mi esperanza: ‘Todo sustantivo es abreviatura. En lugar de decir frío, filoso, hiriente, inquebrantable, brillador, puntiagudo, enunciamos puñal’”.

Seis

“Desde su título, que puede leerse como el signo de la multiplicación, Por es un pretexto (y un pre-texto) que invita a la rescritura. A la proliferación”

Siete

“Desde luego, no hay gran eslogan posible en Por con su discurso como despedazado. Ni eslogan ni riff, por cierto. Ni tampoco introducción. Hay, más bien, una suerte de concreción poética o de ilustración formal de varias de esas frases tan potentes que resuenan en el resto del disco. Las cuarenta y siete palabras son como hojas a merced del viento, no atadas a ninguna lógica discursiva, atraídas por ese signo final (‘por’) que parece apuntar a un mañana”.


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