Tazas creadas con borra de café: la historia detrás de un proyecto argentino que busca fomentar la sustentabilidad en cafeterías de especialidad - RED/ACCIÓN

Tazas creadas con borra de café: la historia detrás de un proyecto argentino que busca fomentar la sustentabilidad en cafeterías de especialidad

 Una iniciativa de Dircoms + RED/ACCION

Etimo Biomateriales es un estudio que produce materiales 100 % biodegradables a partir de residuos gastronómicos. Este emprendimiento, surgido del deseo de tres amigas de hacer un aporte al cuidado del ambiente, desarrolló una taza con la que impulsa un modelo de negocio circular y sostenible.

Tazas creadas con borra de café: la historia detrás de un proyecto argentino que busca fomentar la sustentabilidad en cafeterías de especialidad

Intervenida por Marisol Echarri.

El 49 % de nuestros residuos son orgánicos. Con esta premisa, Camila Castro Grinstein preparaba en 2018 su tesis de grado en Diseño Textil, en la que estudiaba el reciclado de residuos orgánicos para encontrar alternativas al plástico.

A comienzos de 2022, enfocada en la divulgación e investigación decidió impulsar el uso en la vida cotidiana de objetos elaborados con residuos biodegradables. A su idea se sumaron dos amigas. Primero Sofía, con experiencia gastronómica, conocimientos del mercado y la ganas de potenciar la producción de materiales y productos a partir de residuos gastronómicos. Y luego Malena, en el área de comunicación y fotografía, con la misión de dar a conocer el proyecto y generar mayor conciencia. Así nació el estudio Etimos, un emprendimiento que a través de un proceso de economía circular, convierte residuos gastronómicos en materiales 100 % biodegradables destinados a la industria gastronómica. En esta línea, por ejemplo, comenzaron con un plato elaborado a base de yerba mate. Uno de los desafíos clave es mantener las texturas, colores y aromas originales de las materias primas en los nuevos materiales para dar una experiencia diferencial en los objetos.

Las emprendedoras eligieron la borra de café como material principal para desarrollar sus proyectos. El primer producto que desarrollaron fue una goma espuma para utilizar como packaging sustentable de una marca de joyas. Una vez abierto, el material podía compostarse o desechar en tierra y abonar las plantas. Haber elegido este material no fue algo aleatorio sino una elección: la borra de café es un residuo fácil de conseguir y, además, valoran su color y, especialmente, su aroma distintivo. Consideran que, entre todos los residuos gastronómicos, la borra de café es la que conserva su aroma por más tiempo. 

“Una vez que desarrollás el material empezás a encontrar un montón de otras aplicaciones potenciales. Hoy podés hacer la taza y mañana el plato o una bandeja u otra cosa”, dice Camila. En esa línea, a partir de la goma espuma hecha con borra de café vislumbran realizar paneles acústicos.

Etimo Biomateriales fue fundada por Sofía Eloisa, Camila Castro Grinstein y Malena García Blaya. Este año fueron ganadoras de Santander X Global Award 2023, en la categoría Launch (startups).
(Imagen: gentileza Camila Castro Grinstein e intervenida por Marisol Echarri).

Taza Borra

Las emprendedoras también vieron en la borra de café la materia prima para buscar una solución al problema de la gran cantidad de basura que se genera por el uso de vasos descartables en las cafeterías. Así nació la idea de confeccionar la taza Borra. “Sabíamos era muy complejo de realizar por la escala y también las necesidades técnicas del material”, explica Camila.

Durante esta búsqueda, trabajaron estrechamente con inventores y diseñadores industriales para perfeccionar el producto. También contaron con el asesoramiento de expertos para desarrollar un modelo de negocio que impulsara el crecimiento de su propuesta hacia nuevos tipos de producción. 

Tras más de un año de trabajar el modelo, hoy el proceso de producción empieza con la recopilación de la borra en cafeterías. Luego se mezcla con otros aglutinantes, siempre biodegradables, y ―con la fusión―se produce un nuevo material. Para dar el salto a un producto masivo, fue necesario hacer testeos para que este material pudiera ser trabajado en maquinaria de industria plástica. Por inyección, hoy se llenan los moldes de la taza Borra. Camila destaca que el uso de moldes es un avance para quienes manejan las máquinas industriales. “Hoy en día el que trabaja con esta maquinaria puede poner nuestro material y por inyección se llena el molde de nuestra taza que es un diseño propio. De esta manera no solo nos aseguramos de tener una buena cantidad de tazas y poder abastecer, sino también de que después se puedan fabricar otros productos”. 

Este diseño de taza fue pensado para poder complementarlo en un futuro con una tapa y ofrecerlo como taza take away a las cafeterías. Actualmente se está testeando en distintas cafeterías, con el objetivo de venderlas el año próximo.

En un principio, para las primeras exploraciones, el proyecto se sustentaba con cursos online sobre biomateriales y también con una financiación autogestiva. “Los procesos de innovación son largos, tienen un período extenso sin ventas, entonces se necesita financiación”, cuenta Camila. En ese sentido, dice que fue clave el espacio de trabajo que les brindó el Centro Metropolitano de Diseño. A su vez, consiguieron distintas vías de financiamiento y algunos subsidios, como la ayuda del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Ciudad de Buenos Aires. También lograron incorporarse a un ecosistema emprendedor, con mentorías para potenciar el modelo de negocio y lograr cada vez más presencia entre otras marcas de diseño e innovación.

El proyecto asume un modelo de circularidad. Incluye el retiro de borra de café de los locales asociados que luego transforman en biomateriales y en tazas reutilizables, que entregan a las mismas cafeterías cuando buscan más residuos. (Imagen: gentileza Camila Castro Grinstein e intervenida por Marisol Echarri).

En cafeterías

Hoy, la taza Borra está en proceso de testeo en seis locales de café de la Ciudad de Buenos Aires. 

Para Camila,es lindo hacerlos parte del proceso de creación y testeo. Es fundamental trabajar con ellos para todo el desarrollo. Son los que vienen acompañando el proyecto desde hace mucho tiempo. Tanto para el diseño de la forma, que funcione bien para el café de especialidad, como también lo de ir a recopilar la borra y eso”.

Una de las mujeres que atiende en Café Z no duda en mostrar y hablar sobre la taza, ofreciéndola para casi cualquier café de la carta. Para explicar el proceso de diseño, acerca al mostrador una caja llena de borras de café. 

Esta cafetería reparte los residuos del café a tres emprendedores diferentes: dos dedicados al compostaje y el equipo de Etimo. Así se asegura que los desperdicios encuentren un propósito útil. En la puerta del local hay un código QR para que quienes prueban la taza puedan contestar una encuesta y conocer más del proceso.

En uno de los locales de Cuervo Café (en el barrio porteño de Palermo), la taza Borra se usa especialmente para servir café filtrado, una opción que requiere más tiempo y es menos solicitada, pero permite apreciar mejor la propuesta. El objetivo es brindar una presentación diferencial al resto de la carta, añadiendo un valor visual. Cuando los clientes preguntan acerca de las tazas, el personal les cuenta que están hechas a base de café y gusta más.

Cuando la taza está nueva, tiene un poco de aroma que se va yendo con el uso y los lavados. Es parte del objetivo de que se pueda ver lo orgánico en el producto. “Nosotros queríamos que se viera el color del café, que ese producto viene de donde dice venir, que sea una experiencia —cuenta Camila—. Nos interesa pensar la sustentabilidad desde la eficiencia de los productos, pero también que sea una experiencia más estética, no que sea lo mismo pero biodegradable. Que esa experiencia sea también más placentera, que el futuro sea más lindo, no solo más eficiente”.

La taza Borra actualmente está en proceso de testeo en Cuervo Café, Café Z y Café del Muro. (Imagen: Virginia Ramírez)

Take away

A fin de año será el lanzamiento oficial, tanto para la taza normal como la take away. “Por una cuestión de orden de las cosas y de producción, pudimos armar primero la taza y ahora la tapa. Por eso estamos esperando a tener todo ese desarrollo para poder lanzarlo en conjunto”, explica Camila.

Este año recibieron el Premio Internacional Santander X Global Award 2023, en la categoría Launch y a principios de julio el premio PONI, que busca fomentar la cultura emprendedora, en la categoría de soluciones innovadoras de carácter social y ambiental. Pero, más que premios, el objetivo al que aspiran tiene que ver con generar un impacto en la salud del planeta, según cuenta Camila: “Trabajamos mucho y para nosotros el mayor éxito es que las tazas se usen y realmente podamos solucionar un problema ambiental. Lo que más queremos es que llegue a la vida cotidiana y a solucionar, ese es nuestro parámetro de éxito, hacia dónde vamos”.

Esta nota forma parte de la plataforma Soluciones, una alianza entre Río Negro y RED/ACCIÓN.