Bonos verdes en tiempos de crisis: ¿pueden financiar la transición a una economía argentina más sustentable?- RED/ACCIÓN

Bonos verdes en tiempos de crisis: ¿pueden financiar la transición a una economía argentina más sustentable?

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Son instrumentos que se utilizan exclusivamente para financiar proyectos que contribuyan a la mejora de las condiciones ambientales y de las personas. ¿Qué inversiones permitió hacer en Jujuy y La Rioja?

Bonos verdes en tiempos de crisis: ¿pueden financiar la transición a una economía argentina más sustentable?

Foto: Gobierno de Jujuy

Hace dos semanas miles de jóvenes argentinos en 30 ciudades del país marcharon para exigir una lucha frontal para enfrentar la crisis del cambio climático. Las manifestaciones fueron parte del movimiento “Viernes por el futuro” que lidera la activista sueca de 16 años Greta Thunberg y que organizó una marcha mundial por el clima en la que participaron millones de personas en 150 países, en su mayoría adolescentes.

Argentina suscribió al Acuerdo de París y el próximo año, independientemente de quién gane las elecciones, tiene que presentar un plan más ambicioso de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y adaptación al cambio climático. Actualmente la participación de la Argentina en las emisiones globales de gases se estima en 0,7% del total mundial. Este Gobierno se comprometió a reducirlas a 0,6%.

Pero la transición hacia una economía baja en carbono y más sustentable tiene sus costos. El Comité sobre Cambio Climático calcula que el costo de lograr emisiones netas de gases de efecto invernadero cero para 2050 sería entre el 1% y el 2% del PBI. Para la Argentina eso se traduce a entre US$ 6.500 millones y US$ 13.000 millones.

Argentina es uno de los tantas economías emergentes que han asumido cumplir con los compromisos de París del 2015, pero no tienen dinero para financiar las fuertes inversiones necesarias en infraestructura. En medio de una profunda crisis y con más de un tercio de la población viviendo en la pobreza, no es fácil pensar cómo podremos financiar la transición hacia una economía sustentable.

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Y es ahí donde entran los bonos verdes, parte de una creciente tendencia de finanzas sustentables y una apuesta del Gobierno de Mauricio Macri para transformar a la economía argentina.

Qué son las finanzas sustentables. Es invertir el dinero en activos o actividades que contribuyan a mitigar el cambio climático, financiando proyectos como las energías renovables, la eficiencia energética, el tratamiento de efluentes, y tantos otros.

Qué es un bono verde. A diferencia de los bonos comunes, que pueden dirigirse a cualquier tipo de idea sin importar su impacto en el ecosistema, los bonos verdes son aquellos que se utilizan exclusivamente para financiar o refinanciar proyectos sustentables que contribuyan a la mejora de las condiciones del planeta, por lo cual están íntimamente relacionados con el respeto por el medio ambiente.

  • Tienen como objetivo reducir la pobreza, financiando el acceso de las personas al agua potable, cloacas, electricidad, gas, y a un trabajo digno, entre otras mejoras en su condición social
  • Además son un instrumento que también ayuda a mejorar las condiciones de gobernanza de una empresa, como la calidad de sus directorios, prácticas para mitigar conflictos de interés, de transparencia, de ética en general, y con foco en el respeto a todos los que interactúan con esa empresa.

Cabe mencionar que este tipo de bonos se ajustan a lo establecido en el Acuerdo de París de 2015, que establece medidas para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero a través de la mitigación, adaptación y resiliencia de los ecosistemas a efectos del calentamiento global.

El mercado global. Los bonos verdes y sustentables son una pequeña fracción del mercado de bonos, pero su popularidad aumenta a medida que los gobiernos y las empresas desarrollan iniciativas para combatir el cambio climático.

Mercado argentino. Hasta que golpeó la crisis, el mercado local para esos instrumentos financieros era uno de los más prometedores de la región. Los inversores alrededor del mundo están vertiendo millones en instrumentos que tienen como objetivo ganar dinero haciendo el bien. El Gobierno estima que los bonos verdes, sociales y sustentables son una forma efectiva de movilizar capital privado hacia los sectores prioritarios de Argentina y “así promover el desarrollo de infraestructura resiliente baja en carbono, que permita un desarrollo equitativo y sustentable”

En la Argentina ya hubo emisiones de bonos verdes pero solo de los gobiernos provinciales y siempre se colocaban en el exterior o entre organismos multilaterales.

En septiembre de 2017, Jujuy hizo historia al colocar la mayor emisión de un “bono verde” para la Argentina. Los US$ 210 millones fueron a financiar Cauchari, el parque de energía solar más grande de América Latina que se acaba de inaugurar en la provincia. El gobierno de Gerardo Morales recibió más del triple de ofertas del monto que había propuesto emitir. Por su parte, La Rioja emitió bonos verdes por US$ 200 millones para desarrollar la energía eólica.

Y a fines de año pasado, el Banco de Inversión y Comercio Exterior de Argentina (BICE) emitió el primer bono sustentable de la regíon. El monto fue por US$ 30 millones.

Fuente: BICE

La crisis ha tenido un impacto en el crecimiento que venía teniendo ese mercado, pero un informe de S&P Global y expertos del sector estiman que esto sería algo temporal y que hay un amplio margen para que el mercado local se expanda a un ritmo parecido al del resto de la región, donde Chile es el pionero.

En marzo de este año, la Comisión Nacional de Valores (CNV) presentó los lineamientos para emisión de bonos verdes, sociales y sustentables en el mercado local. Y hace dos semanas, junto a la Secretaría de Gobierno de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, organizó un encuentro de finanzas sostenibles en la Casa Rosada, donde participaron empresas, expertos en finanzas sustentables y fondos de inversión institucionales. El objetivo es atraer nuevos inversores al país y que no todas las operaciones se hagan afuera.

“Estamos hablando, ni más ni menos, del cuidado del ambiente, de la sociedad, y el fomento de la ética en la forma de hacer negocios. Estamos tan complicados con la coyuntura que pensamos que este tipo de temáticas pueden esperar, pero creo que es lo opuesto, el desarrollo de las finanzas sostenibles será uno de los pilares de nuestro crecimiento sostenible.”

Marcos Ayerra, presidente de la CNV

Agrega que el gran desasfío de la Argentina es desarrollar un mercado local. “Hay muchos emisores potenciales e inversores. Aseguradoras internacionales como Zurich y Mapfre ya están comprometidas y las subsidiaria local están en búsqueda de este tipo de activos. Es decir, cuando halla activos etiquetados va a haber inversores locales que son de multinacionales y que van a estar buscando ese tipo de activos por mandatos de inversión”.

Axel Christensen es el responsable de BlackRock para Iberoamérica. Blackrock es el fondo de inversión más grande del mundo: "La inversión sostenible alguna vez fue vista como una disyuntiva entre los valores del inversionista o el valor económico de la compañía. Sin embargo, hoy en día, ese dilema no es tal. ¿Qué ha cambiado? Más y mejores datos, análisis más sofisticados y una visión más dinámica sobre la sostenibilidad, así como una creciente conciencia de que ciertos factores, a menudo caracterizados como ambientales, sociales y de gobernanza pueden estar vinculados al potencial de crecimiento de largo plazo de una empresa".

Las empresas argentinas primeras en la lista. El regulador del mercado dice que los bonos verdes van a ser la principal fuente de financiamiento de todo lo que es energías renovables. “Hay empresas como Aluar que tienen un plan muy grande de energías renovables. Hay empresas como Gennei que también tiene un plan muy grande de energías limpias. AySA va emitir bonos para dar a la gente acceso al agua. Eso es un bono social. Y después YPF Luz tiene proyectos de energías renovables.

Cauchari, la planta solar más grande de América Latina.

Los activos etiquetados como verdes son actualmente el segmento más desarrollado a nivel global, con un gran reconocimiento del público inversor.

De donde vendrán las inversiones. Los Fondos de pensiones hace tiempo han puesto foco en esto, cuyo impacto es evidente por el largo plazo de sus inversiones. En el Gobierno dicen que el Fondo de Garantía y Sustentabilidad de la Anses (FGS) podría tener un rol líder, ya que tiene un mandato de invertir el 5% en temas de infraestructura.

Las compañías de seguros. Son los inversores más grande del mundo y los bonos verdes y sustenables estan incorporados en sus políticas de inversión por ser quienes tienen que pagar los daños de las catástrofes climáticas.

Desde el BID afirman que en la Argentina los inversores institucionales también pueden ser una importante fuente de capital para financiar el desarrollo de infraestructura y proyectos sustentables.

En total, más de 2.000 inversores institucionales que manejan más de 80 trillones de dólares ya se han comprometido con los Principios de Inversión Responsable, incorporando la sustentabilidad en sus prácticas de inversión. Como consecuencia, la emisión de bonos verdes pasó de ser cero hace 10 años, a más de US$ 170.000 millones en 2018.

Los inversores minoristas. El nivel de conciencia de estos actores, a partir de los millenials que hoy tienen hasta 40 años, y de ahí para abajo, son un factor a tener en cuenta. Su nivel creciente de conciencia sobre el impacto del cambio climático ha ido generando un cambio de cultura y prácticas de otros actores del mercado.

Los beneficios económicos. De acuerdo a un informe de la Comisión Global de Economía y Clima, el cambio a tecnologías y técnicas sustentables ahorraría 26 billones de dólares en los próximos 10 años a través de una mayor productividad, innovación y menores costos de salud. Y algunos de los economistas más influyentes del mundo están convencidos que ganar plata en el mercado financiero y ayudar a combatir el calentamiento global no son incompatibles.

Hay consenso que los inversores, ya sean los institucionales o los minoristas, discriminarán a las empresas que no tengan buena gobernanza, que no prioricen la ética, que no actúen genuinamente en interés de las comunidades que las sostienen. Ayerra de la CNV dice que “esta generación de conciencia, motivada por el normal uso del dinero, nos hará mucho bien como sociedad, y el mercado y sus actores serán el faro, la fuente de inspiración. Esto ya está pasando en otros países”.

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