Chile se convierte en pionero en luchar contra la contaminación lumínica y proteger los cielos oscuros - RED/ACCIÓN

Chile se convierte en pionero en luchar contra la contaminación lumínica y proteger los cielos oscuros

 Una iniciativa de Dircoms + RED/ACCION

Un niño que nace hoy en un lugar donde se ven 250 estrellas por la noche, en ese mismo sitio sólo podrá ver unas 100 cuando cumpla 18 años por el aumento de la luminosidad artificial. Además de la pérdida cultural, el fenómeno impacta en la salud humana, en la supervivencia de diversas especies de animales y en el avance del conocimiento sobre el universo.

Chile se convierte en pionero en luchar contra la contaminación lumínica y proteger los cielos oscuros

Foto de Kaique Rocha: https://www.pexels.com/es-es/foto/fotografia-timelapse-de-luces-de-vehiculos-266044/

Hace pocas semanas contamos sobre el nacimiento de un nuevo término que ayuda a describir lo que genera el aumento de la iluminación artificial en las ciudades e incluso en poblados pequeños: “noctalgia”, que significa “dolor del cielo” y plasma la angustia colectiva que se crea a medida que seguimos perdiendo el acceso a ver las estrellas y otros objetos del cielo nocturno. El término lo crearon investigadores en astronomía, se informó en un artículo de la publicación científica arXiv y en un escrito en la revista Science

Pero el problema de la contaminación lumínica excede al mundo científico. El incremento del uso de diodos emisores de luz (LED) en iluminación exterior, alumbrado público, publicidad e instalaciones deportivas y su uso indiscriminado en aras de la “seguridad” está cegando nuestra visión de las estrellas. Tal es así que un niño nacido donde hoy se ven 250 estrellas por la noche solo podrá ver unas 100 cuando cumpla los 18 años en el mismo lugar.

Esto altera comportamientos y procesos fisiológicos de los seres vivos que están determinados por los ciclos diarios de noche y día; contribuye a un "apocalipsis de insectos", según un estudio de 2019 que evidenció cómo la luz tiene un gran impacto en la forma en que las especies se mueven, buscan comida, se reproducen, crecen y se esconden de los depredadores; y destruye una parte importante de nuestro patrimonio cultural, por ejemplo, para comunidades originarias cuyas tradiciones se basan en los astros.

Según contó el neurólogo Hachi Manzurlad del Hospital Clínico de la Universidad de Chile , “la exposición a luz de esta naturaleza puede retrasar el inicio del sueño, produciendo insomnio. También puede alterar la secreción de hormonas y ritmos naturales del organismo, como el apetito, causando aumento de peso. A nivel del ánimo, independiente del mal dormir, la desregulación de los ciclos internos favorece la aparición de trastornos del ánimo”.

Frente a esta situación, Chile se está convirtiendo en un país pionero en la lucha contra la contaminación lumínica. A mediados de octubre se publicó el Decreto Número N°01/2022 en el Diario Oficial que estableció una nueva norma para la protección de los cielos oscuros del país, considerados únicos en el mundo (de hecho, el país es sede de algunos de los observatorios astronómicos más importantes del planeta).

La norma impulsada por el Ministerio de Medio Ambiente busca controlar las emisiones provenientes del alumbrado y letreros exteriores, y amplía una ley que ya está en vigor en las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo.”El alumbrado público en Chile se ajustará para favorecer la composición de luz en tonos ámbar y limitar la luz azul. Asimismo, el alumbrado publicitario y deportivo estará sujeto a control de horarios, lo que, por ejemplo, permitirá un mayor descanso de las poblaciones cercanas a carteles promocionales. Asimismo, se fortalecerá el control preventivo de productos o proyectos que no cumplan con estas directrices”, informó el Southern European Observatory (ESO), que opera en la región a través de varios centros de observación.

Asimismo, el ESO destacó que la norma, que se estima que entrará en vigencia dentro de un año, establece exigencias especiales en 29 comunas de estas regiones declaradas de protección para la astronomía, lo que “ejemplifica el firme compromiso de Chile, tanto de sus instituciones como de la academia con la astronomía y su valor como motor de desarrollo en la sociedad”.

Por su parte, el académico del Departamento de Astronomía de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, Guillermo Blanc, expuso en el artículo citado: “Los cielos del norte de Chile son un laboratorio natural único en el planeta Tierra, desde el cual científicos de todo el mundo están haciendo investigaciones que apuntan a contestar las preguntas más fundamentales que tenemos sobre el universo”.

Sobre eso, profundizó que la nueva medida no implica simplemente apagar las luces, “sino que estas cumplan con tres reglas básicas: primero, apuntar hacia abajo para que la luz llegue solo a las superficies que se quieren iluminar, y no llegue ni al cielo, ni a los ojos de los transeúntes (lo que los encandila y genera que vean menos, no más), ni a las ventanas de los vecinos; segundo, utilizar luz de tonos cálidos y siempre evitar el uso de luz de color ‘blanco-frio’, la que genera mucha más contaminación y tiene un impacto más negativo en la salud humana y en la biodiversidad; y tercero, usar los niveles más bajos posibles de intensidad de la luz que permitan hacer las actividades humanas que correspondan”.