Energía nuclear para la acción climática, ¿sí o no?- RED/ACCIÓN

Energía nuclear para la acción climática, ¿sí o no?

 Una iniciativa de Dircoms + INFOMEDIA

Un análisis con los puntos críticos de esta fuente de energía, mientras distintos países la miran como amigable para la transición energética.

Energía nuclear para la acción climática, ¿sí o no?

Intervención: Julieta de la Cal

Un análisis con los puntos críticos de esta fuente de energía, mientras distintos países la miran como amigable para la transición energética. Además, un adelanto de lo que podemos esperar del próximo reporte climático del IPCC y los desafíos que tendrá la nueva secretaria de Cambio Climático en Argentina.

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Tolombón, Salta, Argentina | Febrero 2022

Antes de entrar de lleno en el análisis, una breve introducción a esta edición que les está llegando sobre el final de la semana. Muchos pensarán "ah, Tais se tomó unos días por su cumpleaños". Bueno, no precisamente. Esta edición de PLANETA empezó a ser escrita en la armoniosa naturaleza de los Valles Calchaquíes en el norte argentino (viaje cuyo motivo les compartiré luego) y terminó siendo escrita en la -un poco- ruidosa ciudad de Buenos Aires. La empecé a escribir con 33 años y la terminé con 34. En el medio hubo un work and travel super express, una recaída física con síntomas sospechosamente compatibles con COVID, tres hisopados y un cumpleaños responsablemente en aislamiento. Afortunadamente no fue COVID sino parece que una mezcla de mi espalda algo rota (no vamos a echarle la culpa a Yiyo por todas las veces que lo alzo a diario) y la no costumbre de estar a altura.

Así que, como ya me conocen, el retraso me obligó a cambiar ciertas cosas de la versión original porque siempre quiero que tengan la información más actualizada y analizada Ello hizo que esta edición incluya un adelanto de lo que se viene en el nuevo reporte del IPCC y un análisis sobre los desafíos que tiene la recientemente anunciada secretaria de Cambio Climático en Argentina. ¿Nos favoreció el retraso? Vamos a mirarlo positivamente, así que sí. Como parte de la celebración de mi cumpleaños, espero disfruten esta edición conmigo. Empecemos con uno de los temas más polémicos de la agenda ambiental: la energía nuclear.

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Intervención: Julieta De la Cal

¿Por qué hablamos hoy de energía nuclear? Hace bastante que venía pensando en dedicar una edición de la newsletter a la energía nuclear, pero la realidad climática local e internacional no me lo venía permitiendo hasta que... ahora sí lo hizo. Podríamos enumerar tres motivos por los cuales hoy el análisis se centrará en esta fuente de energía.

  • La Unión Europea consideraría a la energía nuclear como "energía verde". Tras meses de intensas idas y vueltas, a principios de febrero la Comisión Europea presentó su propuesta final para que las inversiones en algunas plantas de energía nuclear y de gas natural -que cumplan con determinadas condiciones- sean consideradas como inversiones verdes. Este cambio tendría lugar en lo que se conoce como Taxonomía. Se trata del sistema de clasificación con el que la Unión Europea establece una lista de "actividades económicas ambientalmente sostenibles". Su propósito es orientar y dar seguridad a las inversiones en el sector con vistas a cumplir las metas climáticas de la Unión y apoyando la transición necesaria.

    Los legisladores tendrán cuatro meses para presentar oposiciones a la propuesta. Esto se da en el medio de una Europa dividida en su postura respecto a la nuclear. Mientras Alemania sigue un plan de cierre de plantas nucleares (cerró tres a fin de 2021 y las tres restantes en pie serán cerradas a fines de este 2022) con vistas a que para el 2030 el 80% de su matriz energética proceda de fuentes renovables, en Francia el presidente Emmanuel Macron aviva la campaña electoral anunciando que, de ganar, se construirán seis nuevos reactores en el país europeo y dijo: "La fuente de producción de electricidad no intermitente más libre de carbono es la nuclear".
  • Argentina y China firmaron un contrato para construir una nueva central nuclear en el país latinoamericano. La noticia se dio a conocer el primero de este mes. China invertirá en la Argentina para la construcción de la Central Nuclear Atucha III. Se tratará de la cuarta central nuclear en el país latinoamericano, tendrá una potencia bruta de 1200 MW y una vida útil de 60 años. Estará ubicada en el Complejo Nuclear Atucha en la localidad de Lima, en la provincia de Buenos Aires. Las obras de construcción de la central iniciarían a fines de este año. El anuncio fue realizado con eufóricos argumentos en favor de una "energía limpia, segura y sustentable". La noticia despertó todo tipo de reacciones, a favor y en contra.
  • El uso o no de la energía nuclear es uno los temas con posturas más opuestas entre quienes trabajan en temas ambientales. Todavía recuerdo que en Glasgow fue la primera vez en una COP que vi presencia tan decidida de activistas pronuclear, no solo en las manifestaciones en las calles sino también al interior de los pasillos de la COP26. Su argumento era claro: "frente al carbón, la nuclear es mejor". Las miradas y los comentarios de quienes pasaban alrededor eran tan distintas como las posturas: algunos aprobaban con un gesto o un saludo, otros criticaban en lo alto o por lo bajo.

Estos tres motivos nos llevan a profundizar en el análisis.

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Los ejes críticos. Esta newsletter lleva de título un interrogante Energía nuclear para la acción climática, ¿sí o no? y tiene una trampa. Porque aquí no encontrarán una respuesta determinante y explícita a esa pregunta. Más bien, expondré los ejes que, con posturas a favor y en contra, protagonizan el debate en torno a la participación de la energía nuclear en la necesaria acción ante el cambio climático. Espero que, luego de esta lectura, cada uno de ustedes pueda tener su propia respuesta y/o hacerme más preguntas.

Veamos cuáles son esos ejes críticos.

  • La eficiencia en tiempo. 2050. Ese es el año en que debiéramos alcanzar la neutralidad en carbono. Y es la fecha que les pido que tengan en mente. El promedio de tiempo de construcción de una central nuclear, considerando las construcciones de 1981 a 2019, ha sido de siete años. En 2019, esa cifra alcanzó casi los 10 años. Tomemos el mejor promedio de siete. Si hoy iniciamos la construcción de una central nuclear, recién estaría lista en 2029, en vísperas de muchas de las metas de reducción de emisiones de los países y a sólo 21 años de emisiones cero. Cabe la pena preguntarse si vale la pena ese esfuerzo.

    Juan Ignacio Arroyo, licenciado en Economía especializado en energía y ecología, sugiere la posibilidad de considerar los pequeños reactores nucleares que, según explica el Organismo Internacional de Energía Atómica, son físicamente más pequeños por lo que podrían ubicarse en lugares de otros no y son modulares. Es decir, los sistemas y componentes se ensamblan en fábrica y se transportan como una sola unidad al lugar determinado para su instalación. Su estado está aún en desarrollo.
  • Los minerales. El uranio es el combustible que se utiliza en las centrales para la generación de energía nuclear. En los últimos 60 años se ha convertido en uno de los minerales energéticos más importantes del mundo. Si la demanda de la energía nuclear crece en pos de la transición energética, se espera que haya un consecuente incremento en la demanda de uranio y, por ende, de su extracción. Cómo y dónde se realizará la minería para ese propósito. Qué impacto ambiental tendrá. Cuáles son las condiciones laborales de los trabajadores en las minas.

    Éste es uno de los elementos por los cuales para Greenpeace la energía nuclear es la fuente de energía con mayor potencial contaminante. La organización argumenta que la extracción de minerales de uranio es contaminante y genera emisiones de gases de efecto invernadero, contribuyentes al cambio climático. Un estudio de 2008 de la Comisión Europea sugiere que el impacto ambiental de la explotación de uranio dependerá de su concentración porque los depósitos de roca más concentrados y ricos suelen ser los que requieren menos recursos.
  • Los rendimientos económicos. A favor o en contra, los consultados coinciden en que la nuclear no es una energía barata. No solo por la inversión inicial que se requiere sino también por la recomposición posterior por décadas del capital prestado.

    Según el Informe sobre el Estado de la Industria Nuclear Mundial 2021 (WNISR), desde 2009 las estimaciones de costos nivelados para la energía solar a gran escala se redujeron en un 90%, para la eólica en un 70% y en el caso de la nuclear aumentaron en un 33%. Y si seguimos con el comparativo con las renovables, la inversión total en electricidad nueva y renovable superó de nuevo los 300.000 millones de dólares estadounidenses, 17 veces por encima de las decisiones de inversión globales notificadas para la energía nuclear.
  • Las emisiones contaminantes. Conforme Our World in Data, las emisiones de carbono de todo el ciclo de una planta de carbón son de 820 toneladas de CO2 equivalente, mientras que las emisiones de nuclear son de tres toneladas. Es decir, las emisiones de carbón se encuentran 273 veces por encima que la nuclear. Si queremos hacer el comparativo con el "recurso de transición del momento", el genera 490 toneladas de CO2 equivalente.

    Al respecto, no me parece menor una mirada desde la ciencia climática. El investigador y profesor de energía, y revisor experto del IPCC, Eloy Sanz desarrolló lo que el panel de científicos expuso en su crucial Informe sobre el calentamiento de 1,5ºC. Recomiendo que lo lean, pero lo que me parece más destacado en su análisis es que si bien la energía nuclear presenta como ventajas la generación de bajas emisiones de CO2, el bajo riesgo para la salud por Kw-h, la generación de potencia firme y el poco uso de terreno, también hay desventajas reconocidas: el tardío proceso de construcción mencionado, el incrementado costo de la energía nuclear, los efectos negativos de la minería de uranio de impacto similar al del carbón, el riesgo que suponen los accidentes y el almacenamiento de residuos radioactivos, así como también el riesgo de constante proliferación nuclear. La lista sigue...

    La ventaja de las bajas emisiones parece quedar muy chica en comparación con todo lo demás.
  • Los residuos nucleares. Los residuos radioactivos son uno de los puntos más críticos de la energía. Hay distintos tipos de residuos nucleares conforme su nivel de radioactividad. Según la Asociación Nuclear Mundial, el 90% de los residuos nucleares son los de menor radioactividad. Se trataría por ejemplo de elementos o vestimenta contaminada. La disposición de todos estos tipos de residuos es fundamental. El combustible nuclear utilizado se tiene que almacenar en lugares con altos estándares de seguridad. Algunos países reciclan el combustible nuclear luego de almacenado, otros directamente lo desechan. Claro que no se puede hacer de cualquier forma, siempre bajo protocolos de seguridad.

    Es ese requerimiento de seguridad lo que a veces pone en duda la efectiva realización de energía nuclear en países donde los controles ambientales no presentan la mejor trayectoria histórica.
  • Los posibles accidentes. Quizás uno de los datos que más me sorprendió al investigar para esta edición es el que también comparte Our World in Data respecto de la tasa de muerte por accidentes o contaminación de aire según el tipo de fuente de energía. El carbón y el petróleo lideran el ranking con un 56% conjunto. La energía nuclear se ubica en un 4%.

    Ahora si desmenuzamos los datos en lo que los accidentes nucleares han significado, la imagen parece ser otra. En el reporte de WNISR se evidencia que, a 35 años del inicio del desastre de Chernobyl, en Ucrania, la contaminación de alimentos persiste en grandes áreas de Europa; la mayoría de los 6.800 pacientes con cáncer de tiroides de los primeros 20 años sobrevivieron, pero a un alto costo; y el desmantelamiento de las Unidades 1 a 3, que no sufrieron daños en 1986, recién se podrá concluir para 2065.

    A 10 años del accidente nuclear de Fukushima, en Japón, 218 personas -niños en el momento de la exposición- fueron diagnosticadas con cáncer de tiroides; la incidencia de cáncer entre los residentes aumenta con el nivel de contaminación ambiental; el polémico plan de volcar agua contaminada al océano y reprocesar parte de ella llevaría al menos tres décadas.

    Los accidentes son una posibilidad. Cuando ocurren, los daños, parece, van más allá del 4%.
  • Las complejidades de la transición. Me siento un poco reiterativa con esto, pero sin una hoja de ruta clara, la transición energética es un lindo eslogan que en la práctica queda totalmente disuelto con políticas energéticas que se contradicen entre sí. Cómo se hará la transición, cómo se diversificará la matriz, qué rol tendrá la nuclear hacia su apertura, reapertura o cierre, en qué condiciones se realiza la generación de cada fuente son los interrogantes sobre los cuales sólo una hoja de ruta clara por cada país nos puede dar.

    Si la nuclear debe entrar o no en ese camino necesario de acción climática es algo que se los dejo como reflexión a ustedes.

    Ahora veamos también todo esto otro que está sucediendo en la agenda climática a nivel internacional y local.

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Cuenta regresiva para un nuevo reporte climático del IPCC (y ya tengo cositas para compartirles). Les dije que febrero es mes de IPCC. Y yo ya desde hace unos días que me vengo preparando para la cobertura de lo que será la contribución del Grupo de Trabajo II del IPCC al Sexto Informe de Evaluación. ¿Sobre qué tema tratará esta vez? Vaya que no es menos importante: impacto, adaptación y vulnerabilidad. Sí, todo eso que suele quedar relegado en la política climática internacional.

Este jueves participé de un briefing con los co-chairs de ese grupo de trabajo y aquí les adelanto algunos de los puntos clave que podemos esperar de este reporte.

  • El ADN de la narrativa. La información se basará en la interconectividad entre tres sistemas: el sistema humano, el sistema del clima y los ecosistemas. A diferencia de los reportes anteriores que se centraban más en el vínculo humano-clima, la naturaleza pasa también a jugar un papel indiscutido. El científico Hans-Otto Pörtner dio un ejemplo muy concentro: "Si solo hacemos conservación de la naturaleza y no implementamos políticas de acción climática, no estamos protegiendo a la naturaleza".
  • El vínculo entre el coronavirus y la crisis climática. En línea con lo anterior, habrá un apartado dedicado a los aprendizajes de la crisis del más reciente coronavirus y su paralelismo con el cambio climático. Ello de nuevo expone la interconectividad de los ecosistemas, pues la pandemia visibilizó que la distancia entre los humanos y los ecosistemas -donde habitan virus- se está acortando.
  • Las distintas imágenes que tendremos. Habrá información sobre las opciones que las personas más vulnerables alrededor del mundo tienen para adaptarse, habrá escenarios sobre los distintos futuros de impacto conforme las decisiones humanas actuales y habrá un análisis sobre las técnicas de geoingeniería desde el punto de vista del impacto que tienen, no de su contribución a la mitigación.
  • El foco en la vulnerabilidad y la exposición a los efectos del cambio climático. Éste será un punto clave, especialmente en el impacto que pueda llegar a tener en una COP27 que buscará poner el foco en la adaptación y considerando que la COP26 no nos dejó nada satisfactorio al respecto. Podremos acceder a información científica sobre daños y pérdidas y al financiamiento necesario para la adaptación. Sobre este último punto quise profundizar en el briefing y la científica Debra Roberts respondió que habrá un capítulo dedicado a los desafíos que la adaptación supone en materia del financiamiento necesario. Algo que se desprendió de la conversación: si el límite de la adaptación sigue subiendo, ningún dinero presente será suficiente. Let´s see!
  • El impacto deseado. Con honestidad, cuando veo y escucho a los científicos climáticos no puedo dejar de pensar en Don´t Look Up y en esa impotencia de venir mostrando la evidencia hace años y que aún la acción haya sido insuficiente (por no decir nula). Cuando se le preguntó a los científicos por las expectativas de este reporte que conoceremos en semanas, Pörtner no titubeó en responder: "La ciencia climática es clara. Cómo ello se está transformando en acción en la política y la sociedad es lo que no está tan claro"

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El ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, y la reciente designada Secretaria de Cambio Climático, Cecilia Nicolini | Foto: Twitter

Mientras tanto, en Argentina, habemus nueva Secretaria de Cambio Climático. Cuando creíamos que el reemplazo directo era el fijo, el martes los grupos de WhatsApp se llenaron de rumores sobre lo que llegó como precipitado anuncio el miércoles. La asesora presidencial Cecilia Nicolini es la nueva Secretaria de Cambio Climático, Desarrollo Sostenible e Innovación.

Sí, lo primero que uno puede decir es que no tiene experiencia en su haber con la temática ambiental en general, mucho menos con la climática en particular. Su participación en una COP se limitó a acompañar la comitiva presidencial en Glasgow. El único aspecto que puede tener a su favor en paralelo es su más reciente rol en la negociación con otros países para la obtención de vacunas. ¿Quizás esa capacidad de negociación pueda trasladarse al espacio de las COP? Veremos.

Por ahora, con la designación hecha, veamos cuáles son los desafíos que se le plantean en este nuevo cargo.

  • Armonizar la relación con los otros ministerios y secretarias. Todos sabemos de las disputas que hubo el año pasado entre la Secretaría en cuestión y las carteras correspondientes a los dos sectores más emisores del país. Esas disputados frenaron el proceso de elaboración del plan de desarrollo a largo plazo. Nicolini tendrá el enorme desafío de volver a establecer vínculos con las otras carteras para, aún en las diferencias, lograr un consenso que nos encamine en una acción real y ambiciosa.
  • Reanudar los reportes pendientes. Además del mencionado plan de desarrollo a largo plazo, también está pendiente -desde 2019- la presentación de una nueva Comunicación Nacional sobre Cambio Climático que nos actualice el panorama del cambio climático en el país.
  • ¿Seguimos en línea con la misma NDC? Si bien oficialmente es lo que está presentando ante la Convención, sabemos que la última actualización de la meta de reducción de emisiones fue la gota que rebalsó el vaso en el vínculo entre carteras. Sería fundamental dar una señal de confirmación de esa meta.
  • Preparar los objetivos rumbo a Egipto. Sí, soy súper ambiciosa. Pero cuando uno se da cuenta, la COP27 está la vuelta de la esquina. ¿Qué resultados buscará obtener el país en materia de negociaciones en una COP donde la adaptación y el financiamiento serán cruciales, y donde ello puede traer disputas con países africanos y hasta entre los latinoamericanos?
  • Dar entrevistas a periodistas, especializados (?). Perdón que lo exponga así. Pero, como ya saben, el Ministro de Ambiente dejó de darme entrevistas, quizás ahora con una persona en el área de Cambio Climático que más interesa a mi trabajo, podamos conversar y profundizar en los puntos anteriores. La invitación para una conversación en PLANETA queda hecha.

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La reciente anunciada Enviada Especial para la Acción Climática Internacional, Jennifer Morgan, y la ministra de Asuntos Exteriores Annalena Baerbock | Foto: Twitter

La otra designación a la que estuve atenta y positivamente expectante. ¡Bravo por Jennifer Morgan! Vaya que hay una mujer que camina los pasillos de las COP y presiona para que las negociaciones avancen. Morgan es de esas que, cuando las cosas se empiezan a poner turbias en las COP, se pone en un pasillo, llama a los periodistas y nos cuenta lo que esta pasando para que lo comuniquemos. Bueno, ella esta semana fue designada como la Enviada Especial para la Acción Climática Internacional del gobierno de coalición de Alemania.

Pocas veces veo tanta alegría en el movimiento climático internacional por una designación. Y es que el recorrido de Morgan es notable. Ha empujado la acción climática desde múltiples lugares: el Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF), E3G, el Instituto de Recursos Mundiales (WRI) y más recientemente como directora ejecutiva de Greenpeace Internacional. Participó en cada COP desde la primera en Berlín en 1995.

¡Super expectante de lo que pueda lograr en este nuevo rol!

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Don´t Look Up | Foto: Netflix

¡Temporada de premios! Bueno, como la newsletter llega sobre el borde del fin de semana no puedo dejar de hablar de cine (excusas jeje). Y es que inició mi temporada favorita: la de premios cinematográficos. Si bien confieso que aún no vi un 30% de las películas nominadas (tarea para el hogar), que Don´t Look Up esté en las listas no me parece un dato menor. Su propio director dijo que era una película sobre cambio climático. Así que: ¡tenemos una película sobre cambio climático nominada en la categoría de Mejor Película en los premios Oscar!

Si todavía no viste esta producción, creo que es el momento perfecto para hacerlo. Porque en este febrero de reporte climático de IPCC me leerás haciendo muchas enologías. Yo avisé 😉

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Estuve en el norte argentino para hablar de cambio climático en un evento sobre este tema y agricultura. Pero lo que más me llevo de ese work and travel es que, por primera vez, participé de una ofrenda a la Pachamama, realizada por comunidades originarias, en las tierras sagradas donde habitan. Fue un momento armónico que nos recordó a todos lo desconectados que estamos en nuestras decisiones de la naturaleza y lo vital que sus servicios ecosistémicos son para la vida, en especial cuando estás en condición de vulnerabilidad.

Gracias por leer, disculpas por el delay de esta entrega y gracias especiales a Juan por acompañarme en la edición.

¡Nos reencontramos el miércoles!

Un saludo,

Tais

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