Dos tercios de los chicos argentinos siguieron siendo pobres entre 2010 y 2018- RED/ACCIÓN

Dos tercios de los chicos argentinos siguieron siendo pobres entre 2010 y 2018

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Dos tercios de los chicos argentinos siguieron siendo pobres entre 2010 y 2018

Durante esos nueve años la pobreza infantil multidimensional, definida como estar privados en el ejercicio de al menos un derecho, nunca cayó por debajo el 63%. Y la mitad de los chicos menores de 18 años vivió en hogares pobres en términos de ingresos. No importó quién estuviera en la Casa Rosada ni si la economía crecía. En estos casi 10 años, el Estado ha sido incapaz de garantizar e implementar políticas que hagan posible un nivel de vida digno para los niños argentinos. Sin embargo, entre 2010 y 2018 el nivel de privación más severo (indigencia) se redujo en más de un 40%.

Los expertos dicen que la solución comienza por hacer una fuerte inversión para fortalecer y ampliar la cobertura de transferencias monetarias a todos los hogares con niños y adolescentes. Pero eso es solo un primer paso. Y destacan que el nombramiento de la Defensora del Niño la semana pasada es un paso importante en asegurar que el Estado cumpla con su responsabilidad de garantizar los derechos de la chicos.

Las últimas cifras del INDEC muestran que la sociedad argentina registra los niveles de pobreza por ingreso más altos de la presente década y similar a los niveles registrados luego de la crisis financiera del Tequila (1994/1995) y hasta antes de la crisis del corralito (2001-2002). Los más golpeados son los niños y adolescentes.

El Barómetro de la Deuda Social de la Infancia de la Universidad Católica Argentina (UCA) publicó hoy un estudio que revela que el año pasado seis de cada 10 niños/as y adolescentes de la Argentina estaba privado en el ejercicio de al menos un derecho y 51,7% vivía en hogares pobres en términos de ingresos monetarios. En 2010 las cifras era de 68,3% y 49,9%, respectivamente. O sea, en 9 años nada cambió.

La noticia más positiva del informe es que entre 2010 y 2018 el porcentaje de chicos con privaciones severas se redujo de 30,5% a 18,9%. Eso significo que 1 millón 600 mil chicos mejoraron sus vidas. Pero a nivel macro, el documento de la UCA es lapidario: muestra que en la Argentina hay casi cinco millones de niños, niñas y adolescentes (41,2%) que son “doblemente pobres” ya que viven en hogares que no llegan a cubrir la canasta básica y además tienen vulnerados derechos fundamentales en al menos una de seis dimensiones.

“La sociedad argentina está atravesada por una pobreza estructural formada por carencias crónicas en materia de recursos y capacidades de desarrollo humano. Se trata de una grieta social que se viene acumulando tras décadas de decadencia, que se agrava con cada crisis o recesión dejando marcas más profundas de fragmentación social. La estructura social argentina actual no sólo es más pobre sino también más profundamente desigual que una, dos o tres décadas atrás”, escribió hace unos días en Clarín Agustín Salvia, coordinador del Observatorio de la Deuda Social de la UCA.

A diferencia del INDEC, que define la pobreza según los ingresos familiares, la UCA la define como estar privados en el ejercicio de al menos un derecho. Y para definir de la infancia se consideran seis dimensiones:

  • Derecho a la alimentación
  • Derecho al saneamiento
  • Derecho a una vivienda digna
  • Derecho a la atención de la Salud
  • Derecho a la estimulación temprana (0-3 años) / Educación (4-17 años)
  • Derecho a la información.

El análisis de la composición de la pobreza multidimensional muestra que 1 de cada cinco chicos tiene carencias en el espacio de la vivienda y en el acceso a la información. Un 18,5% no tiene agua potable en su casa e inodoro con descarga, 17,4% tiene carencias en el acceso a la atención de la salud y 8,7% tiene problemas de hambre.

  • Desde el punto de vista etario, los adolescentes son los más expuestos a experimentar alguna carencia.
  • Los niños/as que viven en hogares de clima educativo bajo (padres que no completaron la escuela secundaria) tienen casi 3 veces más chances de tener al menos una privación que sus pares de hogares de clima educativo medio-alto (cuyos padres tienen nivel universitario incompleto o más)
  • Los niños/as que viven con uno solo de sus padres están más expuestos a experimentar privaciones que aquellos que viven con ambos padres
  • Un niño/a cuyo mayor responsable pertenece al estrato trabajador marginal tiene 4 veces más chances de tener una privación que las que experimenta un niño/a de un hogar del estrato medio profesional
  • Los niños/as cubiertos por AUH tienen más propensión a tener privaciones que los que no reciben (78,2% frente a 57,3%), pero ello se relaciona con el tipo de focalización que tiene la transferencia en poblaciones económicamente vulnerables.
  • Los niños/as que viven en villas o asentamientos tienen chances más elevadas de experimentar privaciones que sus pares de barrios con trazado urbano.
  • Las diferencias entre la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano impresonan: en CABA uno de cada tres niños/as tienen al menos una privación. En el conurbano es tres de cada cuatro.

No todo es negativo. Entre 2010 y 2018 hubo avances. Por ejemplo, el nivel de privación más severo (indigencia) se redujo en casi la mitad. También hubo mejoras en saneamiento, educación, el acceso a la información y en el derecho a la estimulación temprana.

El informe también destaca el avance en el espacio de la vivienda del último período 2015- 2018. Aunque el informe de la UCA hace hincapié en que la mayoría de las niños/as en la Argentina continúan experimentando privaciones inaceptables en múltiples dimensiones del desarrollo.

Crecimiento, planes sociales y precio de la soja

Durante los 9 años que abarca el estudio, la economía tuvo períodos de crecimiento, estancamiento y recesión. La soja, la gallina de los huevos de oro de la historia reciente de la economía Argentina, estaba a US$ 408 la tonelada a fines de 2010. El grano tuvo un pico de US$ 684 en 2012 y en 2018 cerró en US$ 380. El pico de la era Macri fue junio de 2016, cuando el precio tocó los US$ 457 la tonelada.

Planes sociales. Durante esos años entró en vigor la Asignación Universal por Hijo (AUH), la protección social que otorga a personas desocupadas, que trabajan empleados en negro o que ganan menos del salario mínimo, vital y móvil un beneficio por cada hijo menor de 18 años o hijo discapacitado. Junto a la AUH se lanzó la Asignación Universal por Embarazo (AUE), que se otorga a las futuras madres que se encuentren en las doce o más semanas de gestación; y se ampliaron ​

Los expertos dicen que la AUH y la ampliación de los planes sociales complementarios han logrado que el alza en la pobreza de ingresos no haya golpeado tan severamente la pobreza multidimensional y hasta cierto punto haya suavizado el impacto.

La UNICEF ha destacado la importancia de la AUH, que como otras transferencias monetarias hacia los sectores más vulnerables, "reducen -en promedio- un 31% la pobreza monetaria extrema en niñas y niños”.

Las soluciones

Agustín Salvia explica que el problema estructural no se soluciona transfiriendo mayor asistencia monetaria a los pobres. “Algo que es relativamente fácil e incluso necesario para mantener la paz social, pero no es suficiente, por el contrario, la pobreza estructural se cristaliza. En lo fundamental se requiere la promoción de más y mejores empleos en la economía informal, en las pequeñas y medianas empresas, en las economías regionales, con articulación creciente con una economía más diversificada con capacidad de generar divisas. Salir de la pobreza estructural es antes un tema de política económica de mediano y largo plazo que de políticas sociales asistenciales de coyuntura”.

Ianina Tuñón, coordinadora del estudio que publica la UCA, dice que la falta de políticas de Estado consistentes en el tiempo es la principal razón de que no se vean mejoras en los índices de pobreza infantil. “Las medidas de pobreza multidimensional como el de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) y en este caso ampliado a indicadores propios del desarrollo de la infancia apelan a un conjunto de dimensiones e indicadores que requieren para su reversión de políticas públicas (inversión) de altísima escala y en muchos casos de tipo universales como en salud y educación”.

Agrega que “se requiere de transformaciones apoyadas en evidencia georeferenciada para impactar de modo más inteligente en problemas como el saneamiento y la vivienda. Las transformaciones en tal sentido son lentas aunque sostenidas”.,

Hace unas semanas, CIPPEC, el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento, presentó un plan de Metas Estratégicas para Transformar Argentina (META), con diez propuestas para que los precandidatos a la presidencia tengan en cuenta al armar sus planes de gobierno.

Una de ellas es fortalecer y ampliar la cobertura de transferencias a todos los hogares con niños y adolescentes. Propone universalizar la cobertura de las transferencias –es decir, que llegue a todos los niños/as y adolescentes del país independientemente de la categoría ocupacional de sus padres y aumentar los montos permitiría reducir la pobreza infantil en un 50%. “Esta modificación requeriría una inversión de un 1,2% del PIB y permitiría crear 282.100 nuevos puestos de trabajo (casi la mitad ocupados por mujeres), con un recupero mediante impuestos del 56%, y generaría un crecimiento adicional del PBI de 0,2 puntos porcentuales”.

La Defensora del Niño

Una buena noticia es que finalmente el Congreso nombró una Defensora del Niño, la figura que podría y debería, según la ley, haber estado trabajando para asegurar que los distintos derechos de los niños, niñas y adolescentes del país están asegurados.

En 2005 se sancionó una ley creando esta figura, con el objetivo de “velar por la protección y promoción" de los derechos de niños, niñas y adolescentes "consagrados en la Constitución Nacional, la Convención sobre los Derechos del Niño y las leyes nacionales”. La misma ley establecía un plazo máximo de 90 días para la selección y designación del defensor o defensora. Sin embargo, el proceso estuvo frenado por años. Pasaron exactamente 13 años y 6 meses sin que la Comisión Bicameral a cargo del proceso de designación del defensor presente a un candidato para ocupar el puesto.

Finalmente, la semana pasada, en un hecho que fue considerado histórico por distintas organizaciones que trabajan por de niñez, la Comisión anunció la candidata seleccionada para ocupar la defensoría: la abogada Marisa Graham.

En conversación con RED/ACCIÓN, Graham enfatizó que sus prioridades como Defensora serán defender los derechos de los niños más chicos (entre 0 y 5 años) y acompañar con políticas de Estado a las madres y padres a cargo de cuidar a los niños. “Lo que queremos es ser un organismo de control fundamentalmente, pero también de acompañamiento y de recomendaciones de políticas públicas”, señala Graham.

Ahora, ambas cámaras del Congreso de la Nación tendrán que aprobar la designación de Graham como defensora para que pueda asumir oficialmente al puesto.

La grieta

“Las ideologías, las ambiciones de poder y las especulaciones políticas descartan la explicación compleja del problema como la construcción política de los instrumentos necesarios para su superación. No se asumen errores, no se convoca a los expertos, ni mucho menos se acuerdan políticas de Estado. En fin, una vez más, mientras la pobreza se profundiza, una política ciega, superficial y desorientada persiste en malgastar oportunidades históricas”, escribió Salvia, en su columna de Clarín de hace un par de semanas.

Y sentenció que los pobres viven en un país “cuyas dirigencias -entre ellas, las que conducen el actual gobierno- soslayan el problema y carecen de un proyecto orientado efectivamente a superar las grietas sociales”.