Los momentos más lindos de la visita de Leila Guerriero a El Método Rebord  - RED/ACCIÓN

Los momentos más lindos de la visita de Leila Guerriero a El Método Rebord 

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El Método es uno de los programas de streaming más comentados del momento y, para bien y para mal, suele propiciar la discusión tuitera de la semana. Este último domingo, la visita de la escritora Leila Guerriero estuvo plagada de revelaciones íntimas y también de oyentes listos para vociferar sus críticas.

Los momentos más lindos de la visita de Leila Guerriero a El Método Rebord 

Fuente: Canal El Método, youtube.

Tomás Rebord se convirtió en los últimos años en un referente para los jóvenes, arrancando con la gran comunidad que se formó durante la pandemia alrededor del programa radial Caricias Significativas, pasando por MAGA (siglas de make Argentina great again) que se emite por la Radio Nacional los lunes, hasta su programa de youtube llamado El Método. Con un formato de conversación casual, sin preguntas preestablecidas, sin edición y sin límites de tiempo, la mayoría de los episodios generan un clima íntimo y genuino. Según su creador, El método es “un encuentro de almas”. 

Han pasado por allí estrellas de la música,  la literatura, de la comedia y la política: Dillom, Mariana Enriquez, Martín Garabal e incluso nuestro actual presidente de la Nación, Alberto Fernández. El domingo pasado se estrenó el capítulo con la visita de Leila Guerriero, una de las más importantes exponentes del periodismo narrativo. Con sólo leer dos líneas de una crónica, un perfil o una columna, el talento de la escritora puede dejar sin aliento. 

Además de los hits entre sus libros, como Los suicidas del fin del mundo, hace poco se editó Teoría de la gravedad, una recopilación de sus columnas. Será la brevedad de sus capítulos o el atino para describir situaciones de lo más cotidianas de una manera hipnótica, lo cierto es que se consume como una droga adictiva.

Esta facilidad y pasión por la escritura se entiende cuando comenta la huella indeleble de las primeras lecturas de su infancia, momento en el que la imaginación suele estar en su punto cúlmine. “La lectura y el cine, cuando sos chico, te hacen saber cosas antes de que las sepas: cómo es ir a las llanuras de África, cómo es enamorarse. Lo sabés con el cuerpo”, comentó. 

De hecho, el cine es una pasión bastante importante en la vida Guerriero, sobre la que compartió dos anécdotas encantadoras. La primera es también un recuerdo de la infancia, viendo en el cine E.T, el extraterrestre de Steven Spielberg. Cada vez que la criatura extraterrestre aparecía en pantalla, su madre exclamaba “¡Qué asco!”, pero Leila sólo podía sentir ternura por el protagonista y,  por consiguiente, tomó la costumbre de ir al cine sola. 

Además, cuenta sobre la tarde que entró cuatro veces al cine a ver Drácula de Francis Ford Coppola. “Quería ver si en las mismas escenas volvía a sentir exactamente lo mismo. Hay un momento en el que Drácula está en la habitación de Mia, su amor (Winona Ryder), él se corta el pecho, ella quiere beber la sangre y él la aparta. Es una metáfora hermosísima: te traje hasta acá pero no soy capaz de seguir. La transformación de Lucy, también. Me pareció una forma impresionante de contar la historia, Drácula siempre era un personaje monstruoso”, comenta. 

Otro detalle interesante que contó en El Método es el consejo que recibió en su primer día en el trabajo de periodista en el diario Página 12, de parte  de Jorge Lanata: “Defendete como puedas y las puertas que no se abran, patealas para que se caigan”.

Luego del  estreno del capítulo del programa de Rebord se armaron discusiones acaloradas en Twitter. Tras un comentario al pasar de las Aguafuertes quedó en evidencia que Rebord no sabía que el escritor Roberto Arlt había sido cronista. Algunas personas concluyeron que “no estaba a la altura” para entrevistar a una escritora de la talla de Guerriero o que le “faltaban lecturas”. 

Tal como se ve en este hilo, Rebord respondió que, si tuviera que estar “a la altura de” la gente que entrevista, no podría haber hecho nada. Puede que sí se noten sus falencias de lectura o formación, pero este es, justamente,  el principal valor de El método, es una conversación genuina. 

Además de esta reflexión, no faltaron quienes se lo tomaron con humor, un músculo que sus seguidores tienen muy ejercitado: