La Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) es una pequeña ciudad científica que flota en el espacio y al reúne tripulaciones y laboratorios de investigación científica de Europa, Japón, Rusia, Canadá y Estados Unidos. Allí se desarrolla el experimento Veg-05, un sistema que permite producir vegetales en el espacio (por el momento, útil para complementar la dieta preenvasada de los astronautas). Y así es que comienza la explicación de un tomate perdido en el espacio.
El hecho se comentó públicamente por primera vez el 13 de septiembre en un video en streaming desde la ISS, cuando el astronauta estadounidense Frank Rubio celebraba un inesperado récord de un año en órbita. ¿Por qué inesperado? La duración original de la misión era de seis meses, pero se convirtió en un año debido a un problema con la Nave espacial Soyuz.
El mismo Rubio había cultivado el tomate con esfuerzo (ya que tuvo algunas dificultades), pero no lo pudo ni probar cuando los astronautas recibieron sus raciones. Hay que tener en cuenta que la ISS es del tamaño de una casa de seis habitaciones (además de estar activa y poblada de cosas hace 25 años) y, con la microgravedad, las cosas pueden alejarse flotando.
El astronauta bromeó con que pasó muchísimo tiempo buscándolo e incluso fue acusado de comérselo. Aunque pueda parecer algo menor, este chiste interno se convirtió en un alivio para la tripulación que tuvo que atravesar el estrés de la demora e intentar mantener la agudeza mental para llevar a cabo sus investigaciones. Incluso puede que demuestre algo sobre cómo afrontar lo inesperado a la hora de cultivar plantas en la Luna o Marte, una meta que se espera alcanzar con el tiempo.
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