Naturalizar las internas - RED/ACCIÓN

Naturalizar las internas

 Una iniciativa de Dircoms + RED/ACCION

Quizás ansiosos por contar con un candidato ganador lo antes posible, en los espacios políticos mayoritarios se tiende a ver como un problema ir a las PASO. Una oportunidad para trabajar en la narrativa de la transparencia y la calidad democrática.

Naturalizar las internas

Intervención: Marisol Echarri.

¡Buenos días! Quizás ansiosos por contar con un candidato ganador lo antes posible, en los espacios políticos mayoritarios se tiende a ver como un problema ir a las PASO. Una oportunidad para trabajar en la narrativa de la transparencia y la calidad democrática.

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Intervención: Marisol Echarri.

Primarias. Crisis en Juntos por el Cambio —o en el PRO— porque Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich se enfrentan en internas para dirimir quién va a ser el candidato a presidente. Crisis en el Frente de Todos porque Alberto Fernández propone que, como dice la ley, sean las PASO las que definan quién será el candidato y no el dedo de la vicepresidenta o un acuerdo entre facciones. Viento a favor, en cambio, para La Libertad Avanza, que tiene a Javier Milei como único candidato, sin que nadie cuestione su liderazgo. Resultado: buena parte de la narrativa pública mira con ojo crítico a los que disputan una interna y considera que el candidato único es la reencarnación de Nelson Mandela. Freud estaría perplejo.

La conversación que se genera en las redes sociales y la narrativa de buena parte de los medios propone que los acuerdos dentro de cada espacio político son lo deseable y que la competencia entre precandidatos debería ser el plan B al que sólo hay que resignarse si no queda otra. O sea, un retroceso al acuerdismo anterior a la ley Sáenz Peña. Como si la grieta nos hiciera perder reflejos republicanos y pensáramos que lo mejor es sacrificar la diversidad de ideas y las aspiraciones legítimas de los candidatos en el altar de la unidad. Y un olvido flagrante de Aristóteles, que decía que la política, en su fase agonal —eso son las elecciones, también las internas—, es disenso, diferenciación, debate. Y que así es como debe ser.

Las PASO, como objeto de debate público, admiten múltiples enfoques de análisis. Aquí, algunos:

  • La ley. En diciembre de 2009, durante la primera presidencia de Cristina Kirchner, y por iniciativa del Poder Ejecutivo, el Congreso aprobó la ley 26.571 “de Democratización de la Representación Política, la Transparencia y la Equidad Electoral” que estableció las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) como método para definir qué partidos están habilitados para presentarse en las elecciones generales nacionales y cómo se eligen los candidatos de cada partido. Como todo, con sus pros y sus contras, la ley es la ley.
  • El mundo. Invento nuestro, como el dulce de leche o la birome. No hay en el resto del planeta un país en el que se diriman las primarias de los partidos en una elección abierta, simultánea y obligatoria. Aunque sí hay internas, más o menos virulentas, en prácticamente todas las democracias. Son memorables los misiles verbales que se lanzaron Donald Trump, Marco Rubio y Ted Cruz en 2016, en las del Partido Republicano. El sobreentendido, que no siempre se cumple: moderar los duelos verbales porque el que pierda tendrá que apoyar en las elecciones generales al que gane. Sentido común.
  • La transparencia. “La democracia es el peor sistema de gobierno, a excepción de todos los demás que se han inventado”, decía Winston Churchill. La competencia entre candidatos, con duelos verbales incluidos, es una manera imperfecta de elegir al que va a representar un determinado espacio político, pero no hay otro mejor: es el único que permite que sean los ciudadanos los que deciden a cuál prefieren. Las opciones alternativas son que alguien elija a dedo al candidato, o que se llegue a acuerdos en los que la mayoría de las cláusulas son secretas.

La democracia, al final, es un pacto de convivencia en el que lo que importa son las reglas. Como no estamos de acuerdo en casi nada, nos ponemos de acuerdo en qué reglas vamos a respetar para resolver nuestras diferencias en paz. En tiempos convulsionados, en los que todo cruje, hay una oportunidad para construir una narrativa en torno a eso: transparencia, competencia abierta, disputas verbales civilizadas. Y el que gana conduce, y el que pierde acompaña.

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Tres preguntas a Yuval Noah Harari. Es un historiador y escritor israelí, profesor en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Es autor de best sellers mundialmente conocidos como Sapiens: De animales a dioses, Homo Deus: Breve historia del mañana​ y 21 lecciones para el siglo XXI. Sus puntos de vista ya se incluyeron en Comms en el pasado. Esta es una de sus intervenciones públicas más recientes.

—¿Por qué la Inteligencia Artificial genera tanta preocupación, además de la sustitución de puestos de trabajo?
—Desde mediados del siglo XX la gente le tuvo miedo a la IA, y ese miedo está inspirado en clásicos de la ciencia ficción como Terminator o Matrix. Eso, quizá por una buena razón, no se tomó muy en serio en los debates académicos, científicos o políticos que planteaban que antes de que la IA se convierta en una verdadera amenaza tenía que superar dos grandes hitos: el primero, ser capaz de sentir, de desarrollar conciencia, de tener sentimientos y emociones. De otra manera, por qué tendría interés en dominar a la humanidad. El segundo, que la IA tendría que estar adaptada para circular por el mundo físico: los robots tendrían que poder moverse en las casas, las calles o los bosques al menos tan eficientemente como los humanos. Si no se pueden mover, cómo van a dominar. Pero en abril de 2023, la IA parece todavía lejos de lograr todo eso. ChatGPT y otras herramientas parecidas todavía no muestran ningún signo de conciencia o sentimientos, y aunque los vehículos autónomos ya existen, están lejos de dominar nuestros caminos. La mala noticia es que para amenazar la supervivencia de la civilización humana en realidad la IA no necesita conciencia ni tampoco la capacidad de moverse en el mundo físico.

—¿Desde qué punto de vista te parece que la IA puede ser una amenaza?
—En los últimos años, se lanzaron a la esfera pública nuevas herramientas de IA que pueden poner en riesgo la permanencia de la civilización humana de una manera totalmente inesperada. Es difícil entender las habilidades de estas nuevas herramientas y la velocidad a la que se desarrollan, y esto porque la IA es capaz de aprender por sí misma e incluso quienes crearon estas herramientas están sorprendidos por las habilidades que tiene, más allá de lo que habían imaginado. Todos sabemos que puede escribir textos, generar imágenes, componer música y desarrollar códigos, pero hay capacidades adicionales, como el Deep Faking de voces e imágenes. También puede encontrar errores en códigos informáticos o en contratos legales, pero lo más importante es que la nueva IA es capaz de generar relaciones profundas e íntimas con seres humanos. Esto merece análisis porque las implicancias que tiene no son fáciles de comorender. Si lo ponemos en palabras simples, de lo que hablamos es de la capacidad de la IA para manipular y crear lenguaje con palabras, imágenes o sonidos. La IA se está haciendo experta en lenguaje a un nivel que supera al promedio de los seres humanos.

—¿Qué consecuencias puede tener esto?
—Al convertirse en experta en lenguaje, la IA está apoderándose de la llave que abre la puerta de todas nuestras instituciones, desde los bancos hasta los templos. El lenguaje es la herramienta que usamos para dar instrucciones a nuestro banco y también para inspirar visiones celestiales en nuestras mentes. Otra manera de pensar en esto es que la IA está hackeando el sistema operativo de la civilización humana. El lenguaje fue siempre el sistema operativo de todas las culturas que hubo a lo largo de la historia: “En el principio fue la Palabra”. Usamos el lenguaje para crear los mitos y las leyes, para crear dioses y el dinero, el arte y las ciencias, la amistad y las naciones. Por ejemplo, los derechos humanos no son una realidad biológica, no están en nuestro ADN. Son algo que creamos con nuestro lenguaje contándonos historias y escribiendo leyes. Los dioses no son realidades biológicas o físicas, son creaciones de nuestro lenguaje. Lo mismo sucede con el dinero. Lo que le da valor es lo que gente como los banqueros, los ministros de finanzas o los gurúes de las criptomonedas nos dicen sobre él. No sabemos cómo será para los humanos vivir en un mundo en el que la mayoría de las historias, las melodías, las leyes y las obras de arte sean creación de una inteligencia no humana que sabe cómo explotar, con una eficiencia sobrehumana, nuestras debilidades, prejuicios y adicciones y sabe cómo generar relaciones profundas e incluso íntimas con nosotros.

Las tres preguntas a Yuval Noah Harari se tomaron de la conferencia “IA and the future of humanity”, dada en el Frontiers Forum en abril de 2023. Para acceder a la presentación completa podés hacer click acá.

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Crisis. Después del COVID-19, la guerra en Ucrania, la sequía en nuestras pampas y los desafíos que plantea la economía argentina, algunas organizaciones pueden caer en la falsa percepción de que están preparadas para todo. Error. Los peores tropezones son con las manos en los bolsillos, mirando el cielo. Este artículo, que se recomendó en otra oportunidad, plantea la importancia de prepararse para las crisis que probablemente traiga 2022 con las fases clásicas de escuchar a los públicos, preparar el plan de manejo de crisis (diagnóstico, asignación de responsabilidades, entrenamiento de voceros, preparación de mensajes, etc.) y tips para comunicar consistentemente mientras dura la etapa crítica. Tiempos de reparar las velas para la próxima tormenta.

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Academia. El lanzamiento de ChatGPT, hace unos meses, generó infinitos textos. Unos más y otros menos, la preocupación por a dónde puede llevarnos la IA parece ser el común denominador. Este artículo de José Manuel Velasco pone el acento en lo que queda de lado al enfocarnos en la superficie que rodea a los nuevos algoritmos: no hablamos de valores, de las grandes motivaciones que mueven al espíritu humano porque nos enfocamos en cuánto nos facilita la vida la IA y los riesgos que traen consigo las nuevas herramientas: “Si a la facilidad y a la superficialidad sumamos la tendencia a la concisión, corremos el riesgo de crear una sociedad compuesta por pensamientos simples, cortos y escorados hacia las emociones en detrimento de los hechos”. Interesante.

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Oportunidades laborales

Hasta acá llegamos esta semana. Todas tus ideas, propuestas o consultas son bienvenidas. Podés escribirme a [email protected]

¡Hasta el próximo miércoles!

Juan

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* El contenido de Comms no necesariamente representa la posición institucional del Círculo DirComs. El Círculo de Directivos de Comunicación (DirComs) es una asociación civil que busca promover el intercambio de conocimiento y experiencias entre los máximos responsables de comunicación corporativa, relaciones institucionales, asuntos públicos y gubernamentales de las principales empresas del país. *