Pedro Sánchez, el astuto - RED/ACCIÓN

Pedro Sánchez, el astuto

 Una iniciativa de Dircoms + RED/ACCION

La política española entró en ebullición con una jugada maestra de Pedro Sánchez, que amagó con renunciar y se terminó adueñando del centro de la escena. Un caso que recuerda algunos de los fundamentos de la comunicación política en ambos lados del Atlántico.

Pedro Sánchez, el astuto

Intervención: Marisol Echarri.

¡Buenos días! La política española entró en ebullición con una jugada maestra de Pedro Sánchez, que amagó con renunciar y se terminó adueñando del centro de la escena. Un caso que recuerda algunos de los fundamentos de la comunicación política en ambos lados del Atlántico.

Compartí esta newsletter o suscribite

1

Amague. Arturo Pérez-Reverte, que siempre anda a la búsqueda de personajes para sus novelas, no oculta su fascinación por Pedro Sánchez, el Jefe de Gobierno español: “No ha leído un libro en su vida (…), pero en la sangre, en las venas, tiene a Maquiavelo, a Althusius, a los teóricos de la política del Renacimiento. Los tiene a todos”. Y remata: “Los políticos son capaces de vender a su madre. Sánchez vende a su madre pero no la entrega, o entrega a la nuestra en vez de a la suya. Y además nos convence de que es la suya a la que ha entregado”.  

Sánchez desplegó toda su habilidad hace unos días cuando publicó una carta en la que decía que, cansado de los ataques hacia su mujer —se la acusa de tráfico de influencias— se tomaría unos días para pensar si seguía al frente del Gobierno. Tuvo en vilo a toda España y, después de un operativo clamor orquestado por el PSOE, bajó triunfante del Olimpo y dio un discurso en el que decía que, después de haberlo meditado, se quedaba nomás en el poder, y de paso deploraba la vileza de sus críticos. O sea, fiel a su estilo, vendió a su madre pero entregó la de otros.

El amague de renuncia de Sánchez tiene interés para la comunicación política porque, dejando de lado la coyuntura española, pone en evidencia aspectos universales:

  • Actuación. “On Politics and the Art of Acting”: así se llama la joya de 85 páginas que escribió el gran Arthur Miller. El título es elocuente. El buen político despliega sus dotes actorales delante de un público que está dispuesto a creerle. Cristina Kirchner es una artista consumada. Javier Milei imposta alternativamente al profesor y al loco indignado. Sánchez hoy juega a ser la víctima. And the Oscar goes to…
  • Relato. La clave está en expresar una idea simple, fácilmente entendible, de algún modo arraigada ya en una parte de la audiencia: me persigue la derecha porque soy progresista, moderno y democrático. Punto. Lo demás son variaciones de lo mismo: que las acusaciones son falsas, que se invierte la carga de la prueba, que es una bajeza meterse con la santa de Begoña (su mujer).
  • Contexto. Las obras de teatro tienen sentido sólo si el público está dispuesto a creer, por un momento, lo que sucede arriba del escenario. Ese es el pacto. La puesta en escena de Sánchez funciona porque millones de personas simpatizan con el PSOE y quieren creerle: se juegan su identidad, construida a lo largo de décadas. Sesgo de confirmación básico.

La sensibilidad de los ciudadanos va variando y los políticos se adaptan como pueden a los nuevos tiempos. Lo que no cambia, ni aquende ni allende los mares, es la naturaleza humana: confiamos en los de nuestra tribu porque —son milenios de adaptación—de eso depende nuestra supervivencia. Sánchez lo sabe. Y saca provecho.

2

Tres preguntas a Bieito Rubido Ramonde. Es un periodista español que dirigió periódicos como La Voz de Galicia, ABC y, en la actualidad, el diario digital El Debate. Colabora en diversos medios informativos y tertulias políticas.

—¿Qué cree que pasará con el Gobierno de España?
—Si Sánchez hubiese querido irse, ya lo hubiese hecho. Lo escribió Borges con su perspicacia habitual: “El que dice que se va, ya se fue”. No es el caso del ocupante de la Moncloa, quien a pesar de haber perdido las elecciones retorció el tapete del juego político y nos trajo hasta el desorden que padecemos. Ojalá que me equivoque (porque España saldría ganando) pero mucho me temo que se quedará y no será para nada bueno. Lo que no sabe, o no quiere saber, es que su ya accidentado mandato puede acabar todavía mucho peor. Si Pedro Sánchez se queda, le auguro un final dramático. No precisamente el que él esperaba para pasar a la historia.

—¿Cómo describiría lo que le pasa a Sánchez?
—Sánchez sufre lo que los clásicos griegos llamaban hibris: la desmesura del orgullo y de la arrogancia. Dejaron escritos los sabios de hace más de cinco mil años que “aquel a quien los dioses quieren destruir, primero lo vuelven loco”. Es algo que se ha dado con mucha frecuencia en la historia: la vida coloca a los mortales en su sitio y Sánchez es un mortal lleno de carencias, la mayor de las cuales es su pésima relación con la realidad. Su catálogo de limitaciones es enorme y el ciudadano informado las conoce con detalle. Si se me permite, sin embargo, pongo el acento en una de ellas: como buen narcisista, cree que la culpa siempre es de los demás, nunca de él. Lo de su mujer es censurable desde todo punto de vista e impropio de una democracia avanzada y de calidad. Él nunca lo reconocerá.

—¿En qué puede consistir la supuesta caída de Sánchez “en los infiernos de la hibris”?
—En escuchar todos los cantos de sirena que le han sonado, incluidas las más groseras adulaciones y las más antidemocráticas proposiciones, y abordar desde el Gobierno un plan para maniatar a jueces y periodistas y cargarse, por tanto, lo poco que queda de democracia y libertad en España. Ese será el peor de sus días, ya que detrás de ese desvarío vendrá su fulminante final por los rayos de la ciudadanía, los tribunales, los medios y el concierto internacional que está comprometido con la democracia. Que tenga cuidado Sánchez, los vientos del pueblo soplan en muchas direcciones, no solo en la suya, a pesar de las raquíticas manifestaciones de ayer y de anteayer. Su final podría ser digno, si se fuera hoy, o dramático, si se va, o “lo van”, más adelante.

Las tres preguntas a Bieito Rubido Ramonde se tomaron de su artículo titulado “A Sánchez lo castigará su arrogancia”, publicado en El Debate. Para acceder a la columna completa podés hacer click acá.

3

Fuerte y al medio. Milei no solo vino a revolucionar la política y la economía. Su estilo y su tono de comunicación le dan visibilidad a un “clima de época” que las empresas están (o deberían estar) captando para acercarse a sus audiencias. Este artículo de Guillermo Oliveto, después de una descripción ágil de los tiempos comunicacionales que corren, desgrana una serie de recomendaciones que aplica a políticos o marcas de cualquier tipo: autenticidad; contundencia y potencia; simpleza y claridad. Básico, sencillo, directo. Al medio del arco.

4

Academia. Los textos en colaboración tienen la ventaja sinfónica de los puntos de vista variados. Si además los autores son de países diversos, y escriben en contextos distintos, el resultado final es aún más rico. (No) es la comunicación. Es la política es un trabajo académico sólido que transita con rigor esa zona gris en la que la política y la comunicación se encuentran y, a veces, se confunden. Una conclusión, ya adelantada en el título: mucho de lo que malo que se atribuye a una supuesta comunicación deficiente de la política no es más que mala praxis de la política misma: la comunicación no puede hacer milagros.

5

Oportunidades laborales

¡Hasta el próximo miércoles!

Juan

Con apoyo de

Pedro Sánchez, el astuto Pedro Sánchez, el astuto

Media Partner

* El contenido de Comms no necesariamente representa la posición institucional del Círculo DirComs. El Círculo de Directivos de Comunicación (DirComs) es una asociación civil que busca promover el intercambio de conocimiento y experiencias entre los máximos responsables de comunicación corporativa, relaciones institucionales, asuntos públicos y gubernamentales de las principales empresas del país. *