Hacerle juicio a la memoria. De eso se trata la nueva película de Juan Antonio Bayona La sociedad de la nieve. Basada en el libro de Pablo Vierci, este film cuenta la historia real de cómo un grupo de jóvenes uruguayos sobrevivieron 72 días en la Cordillera de los Andes: con hambre, con frío y olvidados por el mundo. Pero juntos.
Simón Hempe fue el intérprete de José Luis Inciarte, también conocido por sus amigos como “Coche” y quién murió a sus 75 años el pasado 27 de julio una semana después de ver la película con sus compañeros. Personificar esta historia no es solo un trabajo, sino más bien una responsabilidad: tanto para la narrativa, como para la memoria de Coche y todos aquellos héroes que no pudieron regresar a su casa.
“La película se hizo con el relato de los que están, pero también cuenta la historia de los que fallecieron”, afirma el actor. El ejemplo de supervivencia que ha atravesado décadas hoy llega envuelto en una película de dos horas y media y con ella, una oportunidad para ver realmente qué pasó, quiénes estuvieron, cómo fue y cómo volvieron.
¿Cómo te llegó la propuesta para la película?
Fue en la pandemia, a través de un casting todo por video en el que, primero, tuve que presentarme y mandar una escena. Después vas pasando diferentes etapas hasta que me llamaron para ir a Uruguay a conocer al director y hacer tres semanas de pruebas intensivas. Yo hice todo ese proceso para dos personajes, lo cual fue súper desafiante y duro. Al volver a Buenos Aires, si bien no me confirmaron quién era, me dijeron que estaba en la película. Seguí haciendo escenas y pruebas hasta que, finalmente, me dijeron que iba a interpretar a José Luis Inciarte, más conocido como Coche.
¿Qué sentiste al saber que ibas a ser parte de la película que cuente esta historia?
Fue una locura. Desde lo que significa para las familias de las personas que no sobrevivieron hasta para las familias de aquellos que sí pudieron regresar a sus casas. Y para Coche, ni hablar. Es una responsabilidad muy grande la que nos tocó afrontar a todos los actores de la película. Sin embargo, es un compromiso y un desafío que te da ganas de tomar porque al fin y al cabo la historia está contada de la manera que ellos querían: completa.
¿Cómo hiciste para meterte en la piel de este personaje?
Desde lo emocional, leí el libro un par de veces. Me junté mucho con Coche en su casa de Montevideo a conversar con él, a escucharlo. Incluso, lo hice en el proceso de casting, antes de estar confirmado que iba a ser yo quien lo interpretase. También conocimos a los demás sobrevivientes y charlé con cada uno de ellos para saber qué opinaban y también para buscar información sobre Coche que ellos me podían dar. Siempre la percepción de uno en otros cambia. Quise construirlo desde todos los lados posibles.
Después, hay una transformación física que es mucho mérito de las maquilladoras, peluqueras y vestuaristas. Agarraron todos los registros, archivos, fotos y videos y copiaron todo exacto en cada personaje. Por mi parte, me dejé el pelo largo y lacio, me creció la barba, bajé 16 kilos. Y todo ese proceso se ve en el personaje. Ese trabajo de caracterización fue clave.
¿Cómo fue tu relación con José “Coche” Luis Iniciarte?
Se formó una relación muy cercana. No solo con él, sino también con toda su familia: la mujer, los hijos, las nietas. Coche era una persona muy querida porque siempre fue simpático, alegre, gracioso, sensible, emocional y, por sobre todo, siempre resaltaba el trabajo de sus compañeros. Nuestro vínculo era de puro amor, de charla constante. “Te quiero mucho”, “sos mi actor favorito”, “siempre voy a estar muy orgulloso”, me decía en nuestras últimas charlas antes de que se muera en julio de este año.
Él estaba muy enfermo y cuando el director viajó a Montevideo hace unos meses para unos doblajes, lo vio a Coche muy flaco y debilitado. Fue el primero de los sobrevivientes en verla en el cine junto con su familia y Bayona. También llegó a verla por segunda vez con todos sus compañeros. Pero tres días después de eso, dejó de tomar la medicación que lo mantenía vivo y, lamentablemente, luego de una semana y media falleció. Creo que estaba esperando a ver la película. Con eso ya tenía todo resuelto: la historia estaba completa y no le hacía falta seguir vivo.
¿A qué te referís con “la historia completa”?
El enfoque de La sociedad de la nieve es entender que para que hayan sobrevivido dieciséis personas hubo muchos héroes. No es que los que regresaron a casa fueron los mejores y por eso ellos ganaron: fue un trabajo en conjunto y por eso se logró. Siempre tuvimos una buena predisposición por parte de los sobrevivientes, las familias de los que murieron en 1972 y, también, de Pablo Vierci, el escritor del libro. La película se hizo con el relato de los que están, pero también cuenta la historia de los que fallecieron.
¿Qué desafíos encontraste a la hora de interpretar este personaje?
Fueron muy pocos los momentos del rodaje en los que en los que realmente me sentí relajado y diciendo “esta te la hago de taco”. Todas las escenas que hice, algunas se ven y otras no porque grabamos 700 horas de material que se redujo a dos horas y media, fueron un desafío. Pero, sin dudas, el más grande es meterse en lo que estas personas estaban viviendo. Entender lo que debe ser estar viajando en un avión con tus amigos y de pronto estrellarte, encontrarte con heridos, muertos, y vos en el medio de la montaña.
Intentamos de pasar la situación de la manera más similar posible. Grabamos en la montaña a 2500 metros de altura con nieve real así que podíamos dimensionar un poco el frío. También teníamos hambre, bajé 16 kilos y en un día de rodaje comías un kiwi, un pedacito de carne y a la noche un té. Detrás, había todo un equipo nutricional y médico haciendo el seguimiento.
¿Qué enseñanzas te dejó haber sido, por unos momentos, un sobreviviente de esta historia?
El agradecimiento a la vida. Hay algo ahí de celebrar la vida y de agradecerla: los amigos, las oportunidades, poder tener una casa, poder comer una comida rica que te guste. Pensar que estos pibes pasaron el triple del frío que uno puede tener, se estaban comiendo a sus compañeros que acaban de morir y no sabían cuándo iban a volver a sus casas porque el mundo los abandonó. Hay muchas cosas que concientizar cuando te acordás del rodaje que son importantes porque sirven para agradecer lo que uno tiene en el día a día. Así que por eso hoy agradezco haber tenido la posibilidad de interpretar a Coche y que hayan confiado en mí para hacerlo.
Ahora no solo lo representas a Coche en la película, sino que también a su memoria, ¿cómo vivís eso?
Nunca pensé que la actuación me iba a terminar llevando a semejante lugar. Un amigo, que interpreta al personaje de Nando Parrado, me contó una vez que después de que vea la película, lo llamó y le dijo: “Esta es la figura que el mundo va a tener de Nando Parrado”. Homenajearlos y representarlos es el compromiso que significa esto. Yo lo vivo como un regalo. Y después de la muerte de Coche, tomó más importancia.
