Un emprendimiento genera trabajo para mujeres de sectores vulnerables mientras reduce el impacto de la industria textil - RED/ACCIÓN

Un emprendimiento genera trabajo para mujeres de sectores vulnerables mientras reduce el impacto de la industria textil

 Una iniciativa de Dircoms + INFOMEDIA

A partir de una red de alianzas con empresas, ONG y Gobiernos, Hilanda reintroduce los desechos de telas al sistema productivo y crea nuevos empleos. Ya capacitó a más de 2.000 mujeres, que hoy cuentan con habilidades en el oficio textil, llevan adelante sus propios emprendimientos o trabajan en cooperativas y organizaciones sociales productivas.

Un emprendimiento genera trabajo para mujeres de sectores vulnerables mientras reduce el impacto de la industria textil

Intervención: Marisol Echarri.

El volumen de descarte que genera la industria textil es inmenso. Se trata de la segunda mayor industria contaminante del ambiente después del petróleo. Toneladas de residuos se generan a diario, y muchas veces las mismas fábricas no saben qué destino darles a sus retazos. 

En plena pandemia de la COVID-19, los cordobeses Verónica Ravarotto y Fernando Lobo crearon Hilanda, un programa que lleva adelante la aosociación civil sin fines de lucro Humanidad Colaborativa para generar redes de trabajo colaborativo entre empresas, ONG y aliados interesados en el cuidado del ambiente.

Durante más de 20 años, ambos se dedicaron a fabricar y vender uniformes escolares en el Valle de Punilla, provincia de Córdoba. Pero durante la virtualidad escolar los estudiantes ya no los necesitaron, entonces en 2020 comenzaron a buscar alternativas de producción. Así surgió uno de sus primeros desarrollos: el aglomerado textil,  un bloque flexible y compacto hecho a partir de la unión de restos de tela con una friselina adherente que sirve como relleno estructurante de almohadones, camitas para mascotas, camperas, entre otras aplicaciones.

Esta planchuela de aglomerado textil permite que la recuperación de miles de pedacitos de tela fuese económicamente viable. A partir de allí, trazaron las primeras alianzas con fábricas para hacerse cargo de la recuperación de sus descartes.

El trabajo en alianza es clave para Hilanda: obtiene descartes textiles de las fábricas, capacita a ONG y articula con distintos Gobiernos. (Imagen: gentileza Hilanda)

“Desde siempre, como una tradición familiar, elaborábamos productos para nuestro propio consumo a partir de los descartes”. Mi familia, de origen italiano, arrastraba la cultura de reutilizar todo. De las cortinas viejas a delantales; de los delantales a agarraderas o alfombritas. Por tradición de mi nonna, cualquier ropa se transformaba en otra cosa, aunque fuera para trapo. No existía el concepto de basura. Dijimos: ‘Cómo no aprovechamos esto, ya que la industria genera tanto descarte, y además podríamos hacer que otras empresas se contagien’. Nos propusimos incentivar a otras compañías para que también recuperaran descartes e hicieran productos con esa materia prima y a la vez, generaran trabajo para las personas en situación de vulnerabilidad”, cuenta Ravarotto, directora de Hilanda, que ya lleva recuperados en productos directos cerca de 2000 kilos de material textil.

En octubre de 2020, Hilanda ganó el Desafío de Innovación Córdoba Resiliente —organizado por la Fundación Avina y la municipalidad de Córdoba, entre otras entidades— por haber desarrollado el aglomerado textil e impulsar la economía circular. El premio les permitió llegar a mujeres desempleadas y en situaciones vulnerables en la ciudad de Córdoba y ampliar su horizonte de impacto social.

La transmisión del know how fue la clave para lograrlo. “Hicimos alianzas con ONG para brindarles programas de capacitación a personas desocupadas —en su mayoría mujeres—. Se trata de organizaciones de base que trabajan en territorios de comunidades vulneradas y que en su mayoría nos buscan o, en menor medida, las contactamos por referencias. Por lo general, otras fundaciones y organizaciones nacionales e internacionales financian nuestras capacitaciones. Al observar los beneficios, los Gobiernos locales se interesaron porque, además de brindar una solución social, la reutilización de desechos textiles disminuía el tratamiento de residuos sólidos urbanos y comenzaron a apoyar estas formaciones, en menor medida con financiamiento y, sobre todo, facilitando espacios, máquinas, difusión, almuerzos, etc.”, afirma Ravarotto.

Hilanda capacita a emprendedores y organizaciones sociales que trabajan con comunidades vulnerables y les brinda herramientas para desarrollar su modelo de negocios. (Imagen: gentileza Hilanda)

Capacitaciones

Hilanda no solo se enfoca en la recuperación de materiales textiles, sino que también busca generar un impacto real a través de capacitaciones gratuitas a emprendedores y organizaciones que ya tienen un espacio o alguna máquina de coser en desarrollar su propio modelo de negocios, comunicar lo que hacen, vender y establecer alianzas comerciales.

Las capacitaciones incluyen la enseñanza de técnicas para diseñar, desarrollar y fabricar productos textiles a partir de los descartes recuperados, así como formación en modelos de negocio e innovación tecnológica, porque uno de los problemas que detectaron desde Hilanda en su camino es que, a pesar de contar con el conocimiento, las organizaciones sociales no desarrollaban un modelo de negocios perdurable. “Buscamos que sean económicamente sostenibles, socialmente responsables, que generen un impacto positivo en su comunidad y puedan replicar el modelo sin una estructura gigantesca”, señala Lobo.

“Tenemos varios programas que incluyen formación en diversas técnicas para recuperar descartes desde lo más artesanal que puede ser tejer con tiras de tela hasta implementar, por ejemplo, el aglomerado textil y otras técnicas industriales”, indica Ravarotto.

La indumentaria no está hecha solo de tela: tiene botones, cierres, elásticos, hebillas, apliques, abrojos, etc., que es necesario separar de la tela para poder reciclarla. Además, como la mayoría de las telas están compuestas por fibras naturales y sintéticas mezcladas, los procesos de reciclado demandan pasos previos de diseño, desarrollo, pruebas, etc. que permiten constatar que el reciclado será útil y eficaz y que el producto circular será de calidad.

“Las personas se acercan a nosotros y nos presentan sus necesidades. Hilanda acompaña tanto a grupos que empiezan desde cero como a cooperativas textiles que ya están un poco más avanzadas”, agrega la directora.

En junio de 2022, en el marco de la Segunda Cumbre Mundial de Economía Circular llevada a cabo en el Predio Ferial Córdoba, Hilanda incorporó en su espacio a diferentes ONG que recibieron formación en producción textil sustentable y que hoy producen con compromiso circular, como Mandarinas al sol. Las capacitaciones permitieron a este grupo de mujeres del barrio Congreso de Córdoba capital desarrollar su microemprendimiento textil, con el que hoy fabrican y venden artículos para mascotas, hechos con un 80 % de materiales reutilizados, descartes textiles y jeans en desuso.

Desde que comenzó Hilanda, ya brindó 56 cursos de Capacitación en Producción Textil Circular y compartió la técnica con cerca de 2.000 mujeres en Córdoba, Mendoza y Santa Fe, que hoy cuentan con habilidades en el oficio textil, llevan adelante sus propios emprendimientos o trabajan en cooperativas y organizaciones sociales productivas. “Confiamos en que cada solución, por pequeña que sea, produce impacto positivo. Buscamos que la gente aprenda a producir algo que necesita su comunidad”, apunta la directora.

“En una segunda etapa de cada taller, nos enfocamos en una sistematización de búsqueda de información para producir en función de las necesidades puntuales de la comunidad. Por ejemplo, si hay una fábrica que necesita uniformes o un club que usa pecheras. De esta manera, se fabrica sabiendo que se va a vender”, apunta Ravarotto.

A partir de esta dinámica, ya hay 20 grupos de emprendedoras que generan sus propios ingresos, apalancados en el trabajo con Hilanda. Los productos que fabrican las organizaciones son muy variados: pañales y toallitas reutilizables, delantales, manteles, alfombras, etc. 

“También trabajamos en procesos de capacitación abiertos a la comunidad, como los Encuentros Intensivos de Producción Sustentable, donde entre 100 y 200 mujeres se reúnen para conocer técnicas artesanales e industriales de producción con descartes, reciclado y upcycling. Estos encuentros los venimos organizando en las provincias de Córdoba y Mendoza, siempre junto a los municipios y a ONG locales. A raíz de estas capacitaciones, por ejemplo, en Córdoba las mujeres que participaron ya han reciclado en lo que va de 2023 más de 2.100 kilos de tela”, subraya Ravarotto.

El Centro Verde de Telas lleva recuperados más de 46.000 kilos de descartes textiles (Imagen: gentileza Hilanda)

Desarrollo e innovación

Hilanda dio origen a un espacio de formación y experimentación para una producción textil sostenible al que denominaron HiLab, que permite reducir la brecha digital que hoy existe entre grandes empresas y organizaciones de triple impacto, acompañando a ONG y emprendedoras a digitalizar sus procesos productivos, reducir descartes y optimizar su tiempo y materias primas. 

“Capacitamos de forma gratuita a organizaciones sociales en el uso de un software para digitalizar moldería. Usamos un programa informático internacional constituido por un plotter y una pizarra que permiten digitalizarla”, explica Ravarotto.

Esta herramienta tecnológica es utilizada por las grandes empresas porque permite reducir desperdicios y agilizar los tiempos de producción. “El software ayuda a poner en pie de igualdad a emprendedores o productores textiles”.

En la actualidad muchas empresas envían a sus empleados para capacitarse y participaron unos 60 estudiantes de diseño de indumentaria, de moda, entre otros. Los cursos de capacitación de Hilanda son demandados en las provincias de Mendoza, en Entre Ríos y en Buenos Aires. Entre sus planes, está replicar la experiencia en el resto del país: “Pensamos llevar estas capacitaciones a otras provincias e incluso a otros países porque cada día es una necesidad más marcada el ser responsables de los descartes”, comentan. Ravarotto agrega que ya tienen capacitaciones virtuales en Argentina y países limítrofes.

Hilanda también creó HiLab, un espacio de capacitación digital para empresas y organizaciones de triple impacto (Imagen: gentileza Hilanda)

Alianzas y escalabilidad

El trabajo principal de Hilanda fue unir todos los componentes que encontraron dentro del sistema para que el proyecto fluyera y se llevara a cabo: la necesidad de trabajo digno en distintas organizaciones, las ganas de aprender y trabajar de las personas y el descarte textil. 

Y las alianzas son una pieza clave para Hilanda. En poco tiempo, trazó una red de trabajo colaborativo que abarca todas los puntos de la cadena para la recuperación. Hasta el momento, Hilanda trabajó en colaboración con 14 ONG, 9 empresas textiles, 7 entidades municipales en Córdoba, Mendoza y Santa Fe y con 5 universidades para brindar talleres.

“Articulamos soluciones porque esto no se puede hacer dentro de una empresa y nada más”, dice Ravarotto, quien señala que una de las claves para una recuperación exitosa es pensar el problema en escala. “Cuando empezamos a trabajar en grande, todo empezó a fluir de otra manera y más gente se quiere sumar”, apunta. 

Su plan es llevar la industria textil de la provincia de Córdoba al “descarte cero”, lo que “implica que haya todo un sistema de acopio, selección y distribución de toda la materia textil que podamos recuperar de todas las empresas productoras de indumentaria de Córdoba, que se centren en un solo lugar y que de ahí se puedan distribuir a las organizaciones sociales que necesiten insumos para sus productos”.

Como parte de ese plan, Hilanda participó en la creación del primer Centro Verde de recuperación de textiles en la Argentina, un espacio que impulsó el ecosistema de circularidad en la ciudad de Córdoba. El Centro Verde de Telas, que depende del Ente de Servicios y Obras Públicas de la ciudad de Córdoba (Córdoba Obras y Servicios, COyS), se inauguró en 2022. Allí varias empresas textiles llevan sus descartes para ser reciclados por organizaciones sociales que los reciben de manera gratuita. “Este centro lleva recuperados hasta el mes de septiembre de 2023 más de 46.000 kilos de descartes textiles”, comenta Ravarotto.

En ese centro, único en América Latina, Hilanda realizó numerosas jornadas de capacitación. Todo lo recolectado allí se transforma en insumos gratuitos para proyectos de emprendedores circulares de Córdoba.

El personal encargado realiza una clasificación basada en el tamaño, textura y color del material, permitiendo que cualquier productor o emprendedor pueda aprovecharlos en su producción como materia prima.

Reciclaje de jeans

Hilanda tiene una campaña vigente llamada “Activá tus jeans”, que consiste en donar jeans viejos en desuso. Varias empresas de indumentaria se han sumado colocando una caja en su local para recibir estas prendas. Dentro de la web, se encuentra un mapa de locales adheridos a la campaña.

Ya hay un grupo de mujeres que está utilizando estos jeans para crear los delantales de trabajo que se usan en los centros verdes que tiene la municipalidad de Córdoba.