Cómo una empresa resolvió la falta de conectividad en zonas rurales

Una empresa creada por el municipio mendocino de Lavalle resolvió la falta de conectividad de 2.500 hogares de zonas rurales

 Una iniciativa de Dircoms + RED/ACCION

Se trata de una sociedad integrada en un 90 % por el Estado local y en un 10 % por privados que llevó conexión a internet donde hasta hace dos años no había ni siquiera señal para el celular. “Poníamos el teléfono en la punta de un palo”, cuenta Laura Guardia, de Asunción, que pudo expandir su emprendimiento de telar gracias al nuevo servicio: “Me cambió la vida”. La misma sociedad tiene ahora un proyecto de biotecnología.

Una empresa creada por el municipio mendocino de Lavalle resolvió la falta de conectividad de 2.500 hogares de zonas rurales

Intervención: Marisol Echarri

“Antes teníamos que subir al médano unos 20 metros hasta conseguir señal para el celular. O poníamos el teléfono en la punta de un palo y activábamos el altavoz para poder hablar. Internet nos cambió la vida”. Puede pensarse que este testimonio tiene una década de antigüedad. Sin embargo, la escena se repetía hace apenas un par de años en las localidades rurales del departamento de Lavalle, en el norte de Mendoza.

La que cuenta cómo cambió su vida con la llegada de internet es Laura Guardia, pobladora de la zona de Asunción, donde unas 40 familias de la comunidad huarpe Paula Guaquinchay viven a más de 15 kilómetros del centro urbano más cercano. Ella y su familia crían chivos y animales de granja y también llevan adelante un emprendimiento de tejidos en telar, Guardiana del Tejido, que se expandió gracias a la conectividad

Cerca de 2.500 hogares  de Lavalle cuentan hoy con un servicio de internet eficiente y barato gracias a la iniciativa de la municipalidad local, que impulsó en 2017 la creación de una empresa mixta, con un 90 % de participación estatal comunal y 10 % privada. Proyectos Lavalle SAPEM (sociedad anónima con participación estatal mayoritaria) se llama la empresa cuyo presidente —ad honorem— es Gerardo Vaquer, senador provincial y exsecretario de gobierno de la municipalidad.

Interluz es el primer caso del país de empresa integrada mayoritariamente por un Estado municipal que lleva internet a 2.500 hogares del departamento de Lavalle, en Mendoza, que tiene 50 mil habitantes y extensas zonas rurales. (Imagen: gentileza Interluz)

El departamento de Lavalle tiene cerca de 50 mil habitantes distribuidos de manera muy dispersa, con una densidad poblacional muy baja y extensas zonas rurales, con muy pocas lluvias y temperaturas muy extremas. En la ciudad cabecera, Villa Tulumaya, viven apenas unas 15.000 personas. 

Con estas características, resulta un mercado muy poco atractivo para la actividad privada. La cuenta es sencilla. En una zona urbana, explica Vaquer, con 100 metros de fibra se puede dar servicio a un edificio de 100 departamentos más diez casas. Pero en un lugar como el departamento de Lavalle, con suerte se puede llegar a siete casas. “Estábamos de rehenes de una sola empresa, mediana, que daba un mal servicio y caro”, describe Vaquer. 

Pero ese servicio, además, solo estaba disponible para quienes vivían en los lugares urbanizados. Por entonces —no hace tanto—, las familias de las zonas rurales solo podían conectarse a través de la red de telefonía móvil. Era el caso de Guardia, que tiene dos hijas adolescentes que estudian en Asunción, la localidad más cercana a su casa. Para hablar con ellas, la mujer se subía al médano entre las 7 y las 8 de la tarde. “Era la única hora en la que conseguía señal”, recuerda. 

Conexión rápida y económica

De acuerdo a información del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), en 2020 en la provincia de Mendoza, 60 de cada 100 hogares no tenían acceso al servicio de internet fijo. Por otro lado, un estudio del Ministerio de Agricultura, hecho a través del Programa Cambio Rural, señalaba que en las zonas rurales no poseía internet (ni móvil ni fija) cerca del 90 % de los habitantes. En pueblos de hasta 2.000 habitantes, un tercio no tenía ese servicio y menos del 15 % accedía a internet fijo.

Proyectos Lavalle SAPEM se inscribió como sociedad con un objeto amplio: ganadería, construcción, biotecnología e internet. La decisión fue empezar por la conectividad porque había mucha necesidad de tenerla. Contó con el asesoramiento de la provincia de La Rioja, donde ya existía una SAPEM provincial de internet, compró equipamiento y el 21 de octubre de 2019 conectó al primer cliente.

Hoy Interluz, la unidad de negocio que provee internet en Lavalle, cuenta con 2.500 abonados. “Nuestro carrier es Arsat. Ellos nos dijeron que con 300 nuevos clientes por año podíamos estar felices, y llegamos a los 800 anuales”, destaca Vaquer. 

La propia Municipalidad de Lavalle es el cliente número 100 de Interluz. La empresa forma parte de Proyectos Lavalle SAPEM (sociedad anónima con participación estatal mayoritaria) creada para varios fines: actualmente también trabaja en el área de biotecnología. (Imagen: gentileza Interluz)

La conectividad por fibra óptica llegó así a la ciudad cabecera, Tulumaya, y otras localidades cercanas. En los distritos rurales, en la parte del secano, fue más complicado por el terreno y por la dispersión de sus habitantes. Como no se podía tender fibra óptica, se instaló radio enlace con red terrestre de wireless

Esa es la zona donde vive Guardia. “Desde que nos pusieron la antenita de Interluz cambió todo. Además, me abrió puertas para mi emprendimiento. Y ahora no hay cortes”, dice.  

“Esta semana completamos la conexión para 11 comunidades huarpe. Y conectamos a más de 150 puesteros, que viven en algunos casos sin siquiera electricidad. Ni teléfono tenían, estaban realmente aislados”, describe Vaquer.

La propia Municipalidad —que fue el cliente número 100 de Interluz—, centros de salud, los Bomberos Voluntarios, escuelas e instituciones varias atravesaron por la mágica experiencia de contar con un servicio de internet rápido y económico. “En las escuelas se daba un servicio provincial muy pobre, de apenas 2 megas, y caro. Ahora estamos trabajando con Arsat en un programa para llevar internet a todas”, cuenta Vaquer. 

Además de haber mejorado su sistema administrativo, gracias a la conectividad la municipalidad desarrolló un sistema de seguridad basado en su propia red de cámaras y monitoreo. 

Sobre el modo de gestión, Vaquer destaca que “el compromiso social es el eje del trabajo”, sin perder de vista que la empresa tiene que ser sustentable. Para ello, afirma, son “estrictos con la recaudación”. Con más de 150 millones de pesos invertidos en infraestructura y 15 puestos de trabajo creados, Interluz todavía no llega a distribuir ganancias. “Va todo a sueldos y equipamiento”, dice.  

Gerardo Vaquer es el presidente, ad honorem, de Interluz “En Arsat nos decían que con 300 clientes nuevos al año podíamos estar felices, y llegamos a los 800”. (Imagen: gentileza Interluz)

Interluz es apenas el principio del camino de Proyectos Lavalle SAPEM. Actualmente está trabajando en el área de biotecnología, desarrollando un suero caprino para investigación. 

De acuerdo a la información disponible, el caso de Lavalle, una municipalidad que integra mayoritariamente una empresa de servicios de internet, es único en su tipo en el país. 

Achicar la brecha

La dificultad para llevar conectividad a las zonas aisladas es un problema que se puso de manifiesto con la mayor dureza durante la pandemia de COVID-19. Si bien el aislamiento pudo haber evitado que el virus se esparciera de manera tan brutal como en las grandes ciudades, lo cierto es que a partir de 2020 se generalizó la necesidad de conexión, no solo para comunicaciones sino también para actividades educativas, trámites a distancia e incluso telemedicina

De acuerdo a estudios privados, la mayoría de los habitantes de zonas rurales dependen del wifi público. 

Comunidades que viven en valles de montaña, familias que habitan en llanuras y poblaciones que trabajan la tierra y crían animales deben trasladarse hasta una escuela rural, donde está la única antena de la zona que provee internet. Son historias que se repiten en zonas rurales de toda la Argentina y también de América Latina. 

En la zona de Asunción, dentro del departamento de Lavalle, “la antenita”, como le dice Laura Guardia, una habitante del lugar: “Antes teníamos que subir al médano unos veinte metros para conseguir señal para el celular. Internet nos cambió la vida”, cuenta. (Imagen: gentileza Laura Guardia)

Del otro lado, los grandes centros urbanos también muestran una gran desigualdad en materia de acceso a internet, que según la Organización de las Naciones Unidas es un derecho básico de todos los seres humanos. 

Un estudio de People Media mostró que en América Latina la mayoría de las personas dependen del wifi público. Y si bien 162 millones de habitantes acceden a una línea de telefonía móvil, solo el 20 % cuenta con alguna suscripción de datos pospago para suplir la falta de conectividad. Sin contar los problemas generalizados por la baja velocidad de navegación y cobertura.

Para resolverlo, están los emprendimientos asociativos mixtos con preeminencia y control estatal, con sentido de servicio público, y también aquellos impulsados desde las propias comunidades, a través de cooperativas o similares. Las iniciativas para resolver la cuestión de la brecha digital son diversas. El caso de Lavalle, de momento, es único en el país.


Esta nota forma parte de la plataforma Soluciones para América Latina, una alianza entre INFOBAE y RED/ACCIÓN, y fue publicada originalmente el 21 de noviembre de 2022.

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